ES HORA DE VOLVER A LO FUNDAMENTAL

2 de mayo del 2008 | por Federico Hernández

La confusión que el mercado de crédito atraviesa en la actualidad ha tenido un impacto en algunos de los proveedores de efectivo más grandes y mejor conocidos: los bancos. Esta situación ha llevado a un endurecimiento del mercado de crédito, que muy probablemente hará más difícil la obtención de efectivo, a la vez que incrementa los costos relacionados para la empresa promedio.

Históricamente, muchos negocios obtenían recompensas por incrementar las ganancias aun cuando dicho incremento consumía efectivo. Sin embargo, los inversionistas en los negocios obtienen su rendimiento mediante pagos en efectivo. El cambiar de un enfoque en las ganancias a una cultura de efectivo puede llevar mucho tiempo, y se pueden perder muchas de las ganancias más importantes.

Dado que los inversionistas, bancos y otros grupos de interés están ejerciendo presión para que las compañías generen más efectivo de manera interna, los directores generales y los de finanzas se han visto en la necesidad de volver a lo fundamental y empezar a pensar cómo pueden administrar el negocio haciendo que éste gire más en torno al efectivo, y en cómo arraigar una cultura de efectivo dentro de la organización.

Hay varias áreas clave a las que se debe dar atención a fin de administrar el efectivo de una forma más eficaz. El primer paso es mejorar la visibilidad y el control adoptando un sólido pronóstico de efectivo «continuo”.

El cambiar de un enfoque en las ganancias a una cultura de efectivo puede llevar mucho tiempo. Hacerlo generará información exacta y actualizada que le permitirá al negocio dar respuesta de forma inmediata. A menudo, simplemente al realizar este ejercicio, las compañías obtienen una mucho mejor comprensión sobre cómo fluye el efectivo día a día en sus negocios.

Esto debe respaldarse mediante controles que aseguren que la gente se responsabiliza del flujo de efectivo y entiende el papel que desempeña. El efectivo no es responsabilidad únicamente de las áreas de tesorería o finanzas; se deben implantar controles e incentivos a fin de que éstos puedan ser utilizados en los comportamientos de conducción en la empresa.

No es raro que un cambio de enfoque de este tipo deje salir al efectivo atrapado. Hemos visto cómo se ha liberado efectivo en algunos negocios a través de una reducción del capital de trabajo de más del 20 por ciento, pero también a través de una administración más eficiente de otros activos y pasivos, incluyendo los bienes y los impuestos.

Sin embargo, resulta esencial que una vez que las ganancias iniciales de efectivo se hayan obtenido, la gente se fije objetivos claros a largo plazo y no retomen sus viejos hábitos.

Mediante una supervisión constante de la posición de efectivo y el desempeño del capital de trabajo de una compañía, utilizando indicadores de desempeño clave, la administración tendrá un punto de referencia que le servirá para evaluar cualquier mejora.

El controlar el efectivo de esta manera también ayuda a evitar sorpresas innecesarias tanto para la compañía como para sus grupos de interés. Estos indicadores pueden ayudar a que los objetivos de la administración se centren firmemente en asuntos de efectivo y también suministran señales de alerta temprana de cualquier asunto de financiamiento.

Los ahorros de efectivo verdader»mente sustentables no se pueden obtener mediante un «bombardeo’ anual a los componentes del capital de trabajo de los deudores, acciones y acreedores. En el caso de los deudores, por ejemplo, es posible que las compañías prefieran acordar condiciones de cobranza preferibles a corto plazo, pero en última instancia necesitan dar atención a asuntos como la facturación y los procedimientos de cobranza, a fin de evitar que los asuntos de efectivo se vuelvan a dar con el tiempo.

De manera similar, los grupos de interés querrán tener la confianza de que existen incentivos que motivan al personal a optimizar la administración del efectivo de manera permanente y no únicamente al cierre del año.

Cuando se mantiene el efectivo en el centro del negocio, tanto de manera táctica como estratégica, la administración le puede asegurar al negocio y a los mercados de capital que la compañía puede hacer frente a sus obligaciones.

La inclusión de una medición continua del capital de trabajo a través de indicadores de desempeño clave puede ayudar a garantizar que el enfoque basado en efectivo es sustentable, independientemente de si el negocio consigue afianzar deuda adicional o no.

Dado que las compañías están siendo evaluadas cada vez más en lo que se refiere a su desempeño de flujo de efectivo, la administración del efectivo debería ser un asunto primordial entre los asuntos a tratar tanto por la administración como por el Consejo de Administración.

Acerca del autor:

Federico Hernández es Socio de la Práctica de Finanzas Corporativas de KPMG en México. Tiene más de 20 años de experiencia en los que se ha desempeñado profesionalmente dando asesoría a casas de bolsa, banca comercial y empresas de consultoría financiera. Federico ha asesorado a diversas empresas nacionales e internacionales en procesos de fusiones y adquisiciones, así como en reestructura financiera y la emisión de deuda bursátil. Durante la crisis asiática de 1998-99, asistió al Banco Mundial en el diagnóstico de la crisis financiera de Corea del Sur. Posteriormente, diseñó e implementó la práctica de reestructuras en el banco comercial más grande de ese país. Recientemente ha asesorado a importantes empresas listadas en la Bolsa Mexicana de Valores y mercados de valores internacionales en la valuación de sus negocios y de sus activos intangibles para efectos de cumplimiento a normas contables y fiscales.

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