RECAPITULANDO A LA COP17: LAS TAREAS EN EL TINTERO

14 de diciembre del 2011 | por Lucila García

En un momento muy complicado a nivel mundial, en medio de una gran incertidumbre y dificultades financieras, se llevó a cabo del 28 de noviembre al 11 de diciembre la 17 Cumbre de la ONU sobre Cambio Climático (COP17) en Durban, Sudáfrica. Los problemas económicos que enfrentan naciones que por muchos años fueron consideradas las potencias del mundo, han frenado y enviado al Cambio Climático, en más de un caso, a segundo término en la agenda internacional.

En los meses previos a Durban se percibió un ambiente de incertidumbre en las negociaciones internacionales y se hizo evidente la renuencia de países como Canadá, Rusia y Japón para firmar un acuerdo vinculante con obligaciones legales de reducción de emisiones. La atención hoy está puesta en las preocupaciones económicas, lo que hace que muchas de las naciones pierdan de vista la relevancia, riesgos y oportunidades que representa para el mundo y los negocios el Cambio Climático.

El proceso ha sido lento, sin respuestas ni compromisos concretos. No obstante los resultados de Durban, tanto los compromisos como la falta de ellos, tendrán un impacto en los negocios. En efecto, representan tanto oportunidades para aquellos que de manera visionaria y proactiva empiecen a gestionar a su favor el tema, como riesgos para los que no se informen y por lo tanto desconozcan los impactos potenciales positivos y negativos que representa para el mundo y en consecuencia para su industria.

De las expectativas que se tenían para la COP17, podemos resaltar lo siguiente:
• En relación al Protocolo, ratificado por 37 países industrializados, que expiraría en 2012, se estableció un segundo periodo de compromiso. De acuerdo al Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, permitirá incrementar la seguridad para el mercado de carbono y ofrecer incentivos adicionales para nuevas inversiones en tecnología y la infraestructura necesaria para luchar contra el Cambio Climático. La ampliación del Protocolo establece que los países que lo hayan ratificado deben disminuir al menos del 25% al 40% sus emisiones por debajo de las emisiones de 1990, que es el año base.

• Estados Unidos no está a favor de un acuerdo vinculante; Canadá, Rusia y Japón ya expresaron que no firmarán otro Kioto. El ministro del Medio Ambiente de Canadá, Peter Kent, dijo durante una rueda de prensa que Kioto no funciona y anunció que Canadá abandona el Protocolo de Kioto para no pagar las multas relacionadas con el incumplimiento de la reducción de emisiones.

• China e India parecen no estar dispuestas a limitar sus emisiones. “El 50% de las emisiones proceden de Estados Unidos y China, que no parecen dispuestos a firmar nada”, dijo Fatih Birol, economista en jefe de la Agencia Internacional de la Energía.

• El Fondo Verde para el Clima (FVC), el cual se encargará de la distribución de 100,000 millones de dólares anuales a partir de 2012. En teoría, los países más desarrollados aportarán esta cantidad para financiar a los países en desarrollo que se encuentran trabajando en la reducción de emisiones. Desde la COP16 en Cancún, no era claro cómo se recaudarían los fondos ni el papel que el sector privado jugará en dicho fondo.

Durante la COP16 se hizo evidente la ausencia de un documento que defina el rol de los negocios en financiamiento, tecnología, y medidas de mitigación y adaptación. Desafortunadamente ya concluyó la COP17 y el proceso sigue siendo incierto y sin respuesta. Si buscamos que el FVC trascienda con el subsidio, será determinante definir el rol que desempeñará el sector privado.

Bajo este contexto, si bien como resultado de la COP17 se tiene una hoja de ruta para un nuevo acuerdo climático global, hoy no es claro cómo funcionarán las reglas del juego. Sin el respaldo y el consenso político se ve prácticamente imposible que se llegue a un acuerdo real y concreto.

¿Y México?

El Secretario del Medio Ambiente y Recursos Naturales de México, Juan Rafael Elvira Quesada, expresó que en 2012 se redoblarán los esfuerzos para dar cumplimiento a las metas voluntarias de reducción de emisiones de CO2. Este es un foco de alerta para los empresarios, pues el papel del sector privado será fundamental en el cumplimiento de las metas de reducción que comprometa nuestra nación.

De acuerdo al estudio de KPMG en México Desarrollo Sostenible 2.0 en su edición 2011, el 95% de los ejecutivos entrevistados consideró a la sostenibilidad como un concepto que debe estar incluido en la estrategia de negocios. No obstante, el 52% de los ejecutivos expresó que el tema se encuentra en un nivel de implementación intermedio.

Esto indica que si bien los empresarios consideraron el tema como estratégico, no lo han consolidado en sus empresas. Sin duda es un punto de reflexión para los directivos ya que la eficiencia energética, los cambios en infraestructura, los impactos agrícolas y el uso eficiente de los recursos naturales, por mencionar algunos, tendrán un impacto en el negocio. La gestión de estos elementos así como la proactividad que las empresas tengan en el control y mitigación de los riesgos que les representan, se verá reflejada en los estados de resultados de la empresa y en el posicionamiento en los mercados internacionales e índices de sostenibilidad.

Si bien por primera vez hay un consenso para negociar un acuerdo o instrumento legal de algún tipo que se aplique a todos los países, lo cierto es que aún no se encuentra definido cómo funcionará. El 2012 requerirá de un arduo trabajo para conseguir el respaldo político que haga moverse de las negociaciones técnicas y burocráticas a acuerdos que conlleven obligaciones reales y legales que se pretenden cerrar en la cumbre de Qatar 2012.

Acerca del autor:
Lucila García es Asesora de la Práctica de Desarrollo Sostenible de KPMG en México.
Correo electrónico: asesoria@kpmg.com.mx
Para más información visita: www.delineandoestrategias.com

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