COMO MANEJAR LA DECEPCIÓN ANTE EXPECTATIVAS NO ALCANZADAS

IRRADIATE MORE, DECEPCIÓN, EXPECTATIVAS

4 de abril del 2020 | por Paty Iribe, Irradiate More

IRRADIATE MORE, PATY IRIBE

Paty Iribe, Irradiate More

Uno de los mayores retos con los que todos nos enfrentamos es lidiar con el sentimiento de frustración y decepción cuando no conseguimos lo que esperamos.  Cuando no conseguimos lo que deseamos, cuando las cosas no se mueven como lo planeamos o hasta cuando todo resulta como lo planeamos y, aun así, no sentimos la satisfacción esperada, surge en cada uno el sentimiento de decepción y a veces, hasta de desaliento.

Todos hemos sentido en algún momento el tener muy claro lo que queremos lograr y sentir frustración y hasta infelicidad cuando vemos que no lo logramos a pesar del esfuerzo invertido.

Desafortunadamente, mucho se debe a la falta de claridad y validación de nuestras expectativas ante lo propuesto.  Es una condición humana pasar por momentos de decepción no solo con las situaciones, sino también con personas y hasta con nosotros mismos.  Por esta razón, es de suma importancia empezar a revisar cuáles son las expectativas que creamos alrededor de nuestros planes que incluye tanto a personas, como circunstancias del entorno, así como la percepción de nuestras capacidades.

Cuando definimos qué deseamos lograr en la vida y a eso le agregamos un plan, es muy importante lo que definimos dentro del plan.  Si nuestro plan es estricto porque deseamos que todo sea perfecto y nos apegamos fuertemente a él, nos ponemos una gran presión en seguirlo de manera inflexible con tal de sentir control.

Con el fin de tener una vida perfecta, hago un plan perfecto y me apego estrictamente a él porque creo que, si no me apego a él, no conseguiré lo que deseo. Esta necesidad por tener un plan perfecto es muy humana porque nos da seguridad y certidumbre. Sin embargo, nada es perfecto, todo es perfectible.

Con un plan estricto podemos caer en estar completamente ocupados más no satisfechos.  Aquí es donde podemos correr peligro de sentir una gran decepción.  Nos mantenemos haciendo muchas cosas que tal vez no estén funcionando solo por seguir ese plan. Cuando las cosas no van de acuerdo con el plan es una gran oportunidad de retomar e investigar qué beneficio se puede conseguir de eso.  En momentos de decepción tenemos la oportunidad de observar quién puede salir beneficiado de que las cosas no vayan como deseamos y de ser curiosos en averiguar porqué sentimos decepción.

Es importante revisar cómo hacemos el plan.  La mayoría de las veces, cuando hacemos el plan lo hacemos desde un lugar que no es nuestra autenticidad.  Es muy probable que el plan inicial lo creamos basado en nuestros miedos e inseguridades. Generalmente, el plan no sirve si no hacemos un trabajo con nosotros mismos para conocernos mejor y saber realmente lo que queremos en nuestra vida. ¿Quién te empuja a seguir el plan? A veces el plan cumple expectativas de otros.  Otros proyectan sus miedos y nos orillan a crear un plan que cubre sus miedos.  Analiza si el plan fue creado basado en tus inseguridades, en expectativas sociales o en miedos de otros.

Un ejemplo es cuando nuestros padres nos definen el plan de trabajar en un corporativo por muchos años, trabajo duro y estabilidad financiera porque sus miedos están basados en querer que tengamos una seguridad financiera que temieron perder.  Otro ejemplo es cuando la norma social define que estudies una carrera, trabajes duro, te cases a cierta edad y tengas hijos para formar una familia. Sin embargo, nuestra realidad y deseo en la vida puede ser totalmente contrario.

Cuando no puedes cumplir tus expectativas y el plan no funciona es momento de hacer un alto, revisar e invertir en tu desarrollo personal para conocerte mejor, tener claridad de lo que quieres y definir un nuevo plan.

Cuando la expectativa no se logra puedes decir “Estoy siendo redirigido, ¿qué puedo aprender de esto?”.  El agradecimiento nos ayuda a alejarnos de estar en el estado de desilusión.  Agradece la oportunidad de redefinir. Entre más tengamos apego al plan más podemos perdernos de la magia de la vida que tiene movimiento.

Ahora bien, ¿cómo lograr las metas si no tienes un plan?  Debes tener metas y debes tener un plan para alcanzarlas, pero no tienes que apegarte estrictamente a ese plan porque hay varios caminos que puedes tomar.  No tienes que hacer las cosas tal como están en el plan y cuando las cosas se salen del plan, puedes preguntarte, “¿Por qué me está pasando esto?” Piensa, “¿Qué estoy aprendiendo? Estoy siendo redirigido, ¿qué necesito observar y tomar en cuenta?”.  Tienes que mantener tus opciones abiertas y una visión amplia.

Si quieres algo, tienes que definir un mapa, pero tu mapa tiene que estar basado en lo que deseas sentir.  Si logras la meta, ¿cómo te sentirás? ¿cómo actuarías? ¿qué estarías haciendo? Ya que tengas la respuesta comienza a hacer eso que te va a ayudar a moverte hacia adelante sin apegarte a cómo se vería.  Estar con esas sensaciones hoy, nos ayuda a tener las emociones durante el proceso en vez de tener que esperar hasta tenerlo en el futuro.

Busca a personas que ya están donde quieres estar, sé curioso, investiga y entrevístalos para que tengas más información.  Sabrás más sobre los pasos que puedes tomar, pero también los desafíos que te preparan para expectativas más reales.  A la gente le gusta hablar de sí mismos ya compartir su vida, estarán felices de compartir.

Vigila como estás atacando el plan y ten cuidado con los patrones que realizas alrededor del plan.  La creencia de que trabajar mucho te traerá resultados puede llevarte a la fatiga extrema (burnout).  Ten cuidado con la definición del plan y como lo visualizas porque cuando lo ves muy alto te genera estrés y ansiedad.  Visualiza la meta y empieza a definir tus pasos.  Dibuja una escalera y los pasos para ir subiendo uno a uno.  También es importante tener a alguien que nos ayude a cumplir los pasos y celebrarlos.  Cuando sientes apoyo, te sientes más capaz de moverte haca adelante. Define tiempos para cada paso y ten un enfoque real.  Para eso es importante hacer constantes validaciones de la realidad.  ¿Sigue siendo real lo que espero de este plan? ¿Las circunstancias son cómo las imaginé cuando definí los pasos? Esto te permite hacer ajustes antes de llegar al final con una desilusión. Valida y evalúa.  Ajusta y sigue.

¿Qué hacer cuando no se cumplieron las expectativas?

  1. Aceptar que te sientes decepcionado y dejar de combatirlo. Muchas veces tratamos de evitar el sentimiento de no lograr cubrir nuestra expectativa y buscamos cosas que adormecen ese sentimiento como comer de más, beber de más, trabajar de más.  Tratamos de evitar sentir.  Aceptar lo que sentimos no es resignarnos, es saber dónde estás para moverte.
  2. Revisa tu estado emocional, mental y tus comportamientos:
    1. Emocional: a veces los sentimientos nos hacen sentirnos fuera de control. Suprimir lo que sentimos y juzgarnos crea un ciclo negativo.  Da permiso a sentir, tener compasión y dejarlos ir.  Libera la emoción, habla de lo que sientes en espacios seguros y sin juicios.  Escribe y destroza lo que escribes.
    2. Mental: imagina que tu mente va sobre un caballo y tú tienes las riendas. Tú tienes el control de tus pensamientos, respira y elige el pensamiento más útil. No refuerces sentimientos de miedo y culpa.  Piensa: “estoy haciendo lo mejor que puedo”.  Cambia tu percepción: “Todavía no sé porqué no resultaron las cosas, pero estoy dispuesto a verlo como una oportunidad para aprender algo”.  Generalmente no podemos elegir el primer pensamiento que nos llega en situaciones así, pero siempre podemos elegir el segundo pensamiento.
    3. Comportamiento: Toma pasos hacia la acción.  Cuando tenemos sentimientos de decepción hay una tendencia a no hacer nada o a hacer demasiadas cosas. Haz un plan de “Para-Empieza-Cambia”.  Define una acción medible que vas a dejar de hacer, una acción que empezarás a hacer, y una acción que vas a cambiar.  Empieza por algo simple y medible y haz eso por 40 días para formar un hábito.  Después repite el proceso y muévete hacia otro escalón que te lleve tu meta.

Prevenir la decepción

Somos humanos y tendremos decepciones.  Entre más herramientas tengas para elevar tu consciencia y el manejo de la decepción, más rápido te recuperaras:

  1. Crea acuerdos con la gente en vez de solo tener expectativas. Asumimos que todos leen nuestra mente.  Toma responsabilidad de cómo quieres ser y lo que esperas de otros aclarando a través de acuerdos.  Crea acuerdos con los que trabajas, con tu jefe y otros equipos.  Haz una validación de la percepción, valida lo que ambas partes entienden, tú y los otros.  Cuando pidas algo, dilo y solicita al otro que te explique para asegurarte que están en el mismo entendido. Cuando alguien te pida algo, repite para asegurar que entendiste lo que se espera de ti.
  1. No vayas a un restaurant chino si lo que quieres es pasta. Todos queremos a personas a nuestro alrededor para que nos den cosas que no pueden darnos.  Quieres a un jefe que te aplauda tus éxitos y no lo hace, busca entonces a alguien en tu vida que valide tus éxitos.  La única persona que podemos cambiar es a nosotros mismos.  Puedes pedir lo que deseas, pero no puedes esperar que lo haga.
  1. Si no tengo expectativas, ¿no tendré metas? Si, ten metas, pero defínelas con el ingrediente secreto que es alta intención en tu involucramiento, pero muy bajo el apego.  Ve por eso al 100% pero disfrutando el proceso, sin tener apego al resultado. Tu sentido de logro, tus capacidades, tu ser y tu estabilidad emocional no dependen del resultado.  La vida es un proceso, disfrútalo, aprende de eso, y la decepción será más llevadera.
  1. Comparación. Si te comparas con todos los demás, observa y escribe lo que ves en las personas con quienes te comparas. Analiza que sientes, ves, y cambia la orientación hacia ti y cuestiónate qué tienes de eso también. A veces la comparación es retroalimentación para hacer y mostrarte más al mundo y sentir más inspiración para hacer más de eso. Si te comparas de manera negativa y solo te sirve para juzgar, detente.
  1. Gratitud – has escuchado mucho sobre ser agradecido, pero ¿lo estás haciendo? Pon atención y conecta con lo que de verdad te sientes agradecido y aprende a agradecer las dificultades.  Observa que lo que amas y te apasiona porque eso que te emociona puede provenir de algo que sufriste y que te hace especial. De esta manera, aprenderás a recuperarte de las situaciones en las que tus expectativas no se cumplieron.

Si estos conceptos generales te hacen sentido y quieres empezar a ver cambios notorios en tu día a día, ir a mayor profundidad, te invitamos a que seas parte de nuestra tribu donde encontrarás una comunidad para aprender y pasar a un siguiente nivel www.irradiatemore.com/tribu

 

Acerca el Autor: Paty Iribe Meza  es  Coach Alto Rendimiento.   

Experta en desarrollo humano basado en el uso de herramientas y habilidades de coaching. Facilitadora de seminarios y talleres de productividad, administración del tiempo y técnicas de comunicación efectiva. 

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