DESCUBRE LAS SEÑALES DEL ESTRES

13 de junio del 2015 | por Martha Olavarrieta

El ritmo de vida que se nos impone o nos imponemos no es  propicio para mantener un bajo nivel de estrés. Queremos triunfar en los negocios, conservar el trabajo, educar bien a nuestros hijos, pagar deudas, viajar, tener una mejor casa o coche, mantener una activa vida social y además hacer ejercicio para conservar una buena función cardiovascular y un peso adecuado. Todo esto en 24 horas y con el mismo cuerpo para todo.

A veces es difícil reconocer cuando estamos experimentando estrés o ansiedad, porque muchos de los síntomas físicos son ambiguos achaques o dolores.

Podemos no darnos cuenta de que algunos síntomas físicos tienen en realidad un origen psicológico. La Dra. Amy Przeworski, profesora en la Universidad de Cleveland y miembro de la Asociación Americana de la Ansiedad y Depresión (ADA), nos ofrece una lista de síntomas que debiéramos observar:

  • Dolores de cabeza frecuentes. Apretar la mandíbula, tensar la expresión facial, los músculos del cuello, o de los hombros son respuestas físicas al estrés que pudieran causar dolor de cabeza.
  • Dolores del cuerpo o tensión: Cuando estamos expuestos al estrés el sistema Nervioso Simpático activa una respuesta que podríamos llamar “Pelea o vuela”. La sangre es enviada a los principales grupos musculares para incrementar la tensión muscular y estar preparados para “pelear o huir”. Incluso si no hacemos ninguna de estas dos, los músculos se mantienen tensos y luego, adoloridos.
  • Incapacidad de estar en reposo absoluto, aún cuando estamos descansado. Típico de quien mueve manos o pies, tamborilea en la mesa, etc.
  • Desórdenes gastrointestinales. Con síntomas tan variados como gastritis, nausea, colitis, estreñimiento o diarrea.
  • Acné. El estrés aumenta los niveles de Cortisol. El incremento de esta hormona puede producir acné.
  • Eczema. El estrés y ansiedad puedan provocar un efecto inflamatorio en la piel.
  • Sudoración abundante. El estrés nos hace sudar gracias a hormonas como la adrenalina que se produce en estados de alerta.
  • Desórdenes de sueño, insomnio, pesadillas. El estrés crónico aumenta la fase de sueño de Movimiento Ocular Rápidos (MOR) y disminuye la etapa de sueño profundo, afectando las funciones de mantenimiento de cuerpo y reparación celular.
  • Enfermedades frecuentes. La sobreproducción de hormonas que regulan el Sistema Inmunológico afecta la capacidad de producción de glóbulos blancos que pelean contra las infecciones, lo que nos hace más susceptibles a adquirir enfermedades.
  • Disminución del interés sexual y problemas de infertilidad. El estrés inhibe la liberación de la hormona Gonadotropina, lo que puede disminuir el conteo de esperma o alterar la ovulación.
  • Ataques de Pánico. El estrés provoca que la base del nivel de alerta se mantenga alto, cercano al nivel del Ataque de Pánico, lo que nos hace propensos a experimentar uno con cualquier estímulo adicional.

El estrés puede afectar nuestro estado de ánimo y nos dificulta el control de las emociones; nos hace irritables y volubles. Dificulta la concentración, la toma de decisiones y la memoria.

Reduce tu estrés

Si experimentas alguno de estos síntomas, debes trabajar en reducir tu nivel de estrés:

  • Practica Yoga, Meditación o Mindfulnes.
  • Ejercítate: caminar, correr, nadar o cualquier otra actividad aeróbica.
  • Usa técnicas de relajación, incluidos ejercicios de respiración y relajación muscular.

Sin embargo, la Dr. Prezeworski señala que cuando alguno de estos síntomas interfiere con la vida diaria, se debe recurrir a la ayuda de un profesional: psicólogo, psiquiatra, trabajador social o terapeuta.

 

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