PRESENTA KPMG “PERSPECTIVAS DE LA ALTA DIRECCIÓN EN MÉXICO 2010”

20 de marzo del 2010 | por Rodolfo Serralde Solórzano

∙ La mayor consecuencia de la crisis en México es pérdida de confianza.
∙ Directivos califican en promedio con 3.45 al Régimen Fiscal de nuestro país.
∙ Hay necesidad de mayor certidumbre para atraer inversionistas.

Con el objetivo de ayudar a los empresarios en su proceso diario de toma de decisiones y planeación estratégica, KPMG en México presenta por quinto año consecutivo la encuesta Perspectivas de la Alta Dirección en México 2010. Este estudio brinda una perspectiva de las prioridades, retos y acciones de la Alta Dirección para hacer a sus empresas más productivas y rentables durante los siguientes años, así como los efectos y consecuencias a corto y mediano plazo de la crisis que se experimentó tanto en nuestro país como a nivel mundial.

Este estudio realizado por KPMG, firma que provee servicios profesionales de Auditoría, Impuestos y Asesoría, es el resultado de una encuesta aplicada durante los primeros meses del 2010 a más de 450 altos directivos de compañías que operan en México, entre los que se encuentran Directores Generales, miembros del Comité y Consejo de Administración, Directores de Administración y Finanzas, Gerentes y Subdirectores de empresas de diversos sectores e industrias.

Roberto Cabrera, Socio a Cargo de Mercados y de la Práctica de Servicios de Asesoría en Riesgo de KPMG en México, comentó: “Gran parte de los resultados son alentadores, aunque realistas. A pesar de la complicada dinámica del mercado, la volatilidad e incertidumbre durante el 2009, hay signos de que la confianza está en franca recuperación, pero también se destacan diversos retos para las autoridades gubernamentales, piedra angular para facilitar las condiciones necesarias hacia el crecimiento”.

Un número importante de los encuestados logró capitalizar oportunidades durante el periodo crítico, la mayoría se enfocó a reducir los costos; ahora, el 81% se enfocará a obtener mayor eficiencia, aunque como se detalla en el reporte, hay otros temas de importancia que están quedando fuera de las prioridades en la agenda de la Alta Dirección.

La Alta Dirección refleja optimismo ante las grandes oportunidades que se perfilan, lo cual podemos ver en el 75% que estima que terminaremos de salir de la crisis en un periodo de 1 a 2 años. El camino a la recuperación también se evidencia en los planes de expansión y las tendencias para el crecimiento, puesto que este año pasó de 16% a 35% de compañías que tienen proyectado lograr un crecimiento mayor al esperado.

Al cuestionar a los directivos sobre cómo calificarían al Régimen Fiscal en México, otorgaron una calificación promedio de 3.45 (en una escala del 1 al 10, donde 1 es pésimo y 10 excelente). Es notable también que el 26% de los líderes destaca que el principal efecto de la crisis a largo plazo será, precisamente, la pérdida de confianza. El dato indica en el fondo la necesidad de una mayor certidumbre en el mercado como un requisito indispensable para atraer a los inversionistas. Y es ahí donde entra el papel del gobierno con los grandes pendientes en materia de reformas estructurales que permitan el crecimiento económico, ya que el 75% de los directivos encuestados ve los cambios regulatorios como la mayor amenaza para su crecimiento futuro.

Agustín Vargas, Socio a Cargo de la Práctica de Impuestos de KPMG en México para la Región Centro, afirmó: “La Alta Dirección de las empresas en nuestro país tiene un punto de vista crítico frente al papel que han jugado las distintas autoridades para salir de la crisis. Esto perfila una serie de retos para los actores políticos, encargados de facilitar las condiciones para el crecimiento económico, como las reformas fiscal y laboral que tanto se necesitan y la consecución de acuerdos que las permitan”.

El 41% de los altos ejecutivos encuestados son claros al señalar que el plan anticrisis repercutió negativamente en sus empresas. El fenómeno que generó el brote de influenza A H1N1 tuvo impactos en la actividad económica, pero también una consecuencia constructiva: las compañías van tomando una creciente conciencia de tener planes de contingencia en sus estrategias de administración del riesgo, así como control interno y estrategias de continuidad de negocio para proteger su rentabilidad.

En la encuesta se refleja una caída en temas de financiamiento debido a la escasez de crédito, resultado de las condiciones del mercado. Asimismo, en 2010 las empresas que requieren o que buscarán financiamiento recurrirán nuevamente en su mayoría a instituciones financieras (51% en 2010 vs. 55% en 2009), sin embargo, existe un aumento ligero pero constante del porcentaje de empresas que recurrirán a la emisión de bonos y acciones (17% en 2010 vs. 14% en 2009), y a fondos de capital (13% en 2010 vs. 11% en 2009).

Al respecto, Víctor Esquivel, Socio de la Práctica de Asesoría de KPMG en México, comentó: “Los resultados muestran una escasez y dificultad para acceder al financiamiento externo. Es visible que las empresas que requieren o que buscarán financiamiento empiezan a considerar alternativas no tradicionales de financiamiento como fondos de inversión de capital privado, y algunas (17%) estudian la probabilidad de hacer una emisión pública o privada de acciones o deuda. Con las recientes modificaciones a los regímenes de inversión de las Sociedades Administradoras de Fondos para el Retiro (SIEFORES), se espera un incremento del financiamiento a través de otros instrumentos tales como los certificados de capital de desarrollo, también denominados CKDs”.

A través de esta encuesta, la Alta Dirección en México deja claro que está en camino de hacer lo que le corresponde, y hace un llamado de atención a las autoridades para resolver los efectos de la crisis, y aportar lo que le corresponde para recuperar la confianza tanto en el mercado interior, como para los capitales globales. Al respecto, Cabrera concluyó: “Esto, tal parece, es la piedra angular para lograr que las fuerzas productivas estén en forma para competir en el mercado global, y que las compañías no sólo se preocupen, sino que se ocupen en conseguir dicho objetivo”.