UNA ADMINISTRACIÓN OBSOLETA DE INVENTARIOS PONE EN RIESGO LOS MÁRGENES DE UTILIDAD DE LOS MINORISTAS

9 de enero del 2008 | por Martha Olavarrieta

La temporada más ajetreada del año para los minoristas es la Navidad, especialistas en desempeño empresarial de la firma multidisciplinaria KPMG, consideran que muchos de ellos pusieron en riesgo valiosos márgenes de utilidad al insistir en usar anticuados medios de administración de inventarios de valor.

La Navidad es la temporada de ventas del año en la que la falta de existencias afecta a los minoristas más que cualquier otra. No obstante, el fantasma de esos estantes vacíos representa el mayor riesgo que se haya tenido, afirma KPMG, firma que provee servicios de Auditoría, Impuestos y Asesoría.

La razón es una combinación de una demanda del consumidor cada vez mayor por segmentos de regalos de nicho y productos sumamente individualizados, junto con el uso de sistemas de proyección o pronóstico de inventarios no actualizados.

Ahondando en el tema, Fernando Mancilla Socio a cargo de Servicios de Desempeño Empresarial de KPMG en México, comentó: “Sin entrar en mayores detalles técnicos, la administración de inventarios en el caso de minoristas se basa en una serie de algoritmos de planeación en la que se pronostica la demanda de sus productos y se les informa cuándo deberían reabastecer sus niveles de inventario.

Desafortunadamente, muchas veces los algoritmos pertenecen a antaño debido a que no toman totalmente en cuenta las sutilezas del comercio detallista moderno y de los cambiantes patrones de demanda. Consumidores extremadamente exigentes que buscan esa compra especial y exclusiva, han creado una proliferación masiva en los inventarios de productos de los minoristas. Actualmente se tienen más productos en los estantes pero cada vez menos de estos productos se ajustan a los tradicionales perfiles de demanda para cuyo monitoreo fueron diseñados los viejos algoritmos”.

“Todos sabemos lo que sucede cuando un minorista no puede predecir con precisión la demanda de sus productos. Sucede que hay falta de existencias de productos cotizados mientras que productos con menos demanda permanecen en grandes cantidades, ocupando valiosos espacios en los anaqueles. Desde la perspectiva del minorista, esto significa demasiado efectivo inmovilizado en inventarios de lento movimiento, pérdida de ventas debidas a falta de existencias de líneas populares y potencial daño a la marca por no haber podido satisfacer las demandas de los compradores leales.”

Fernando Mancilla indica que no es que el proceso de planeación no esté prediciendo acertadamente el perfil de demanda de cada producto. No obstante, el número de excepciones parece incrementarse con cada temporada de ventas al detalle que transcurre, y uno pregunta cuándo empezarán los minoristas a adaptar algunos de sus procesos tan probados y fiables.

“En términos de una posible solución, generalmente la evaluación de las ventas y el desempeño en existencia de los pocos artículos críticos que mejor se venden en extensos periodos, pueden darnos pistas en cuanto a la precisión de las fórmulas de proyección que se utilizan en relación con el momento de reabastecer las existencias. Se pueden hacer ajustes para mejorar la precisión de la proyección y, por consiguiente, las existencias, con lo que optimistamente se reducen las probabilidades de que ocurran las tan temidas faltas de existencia o inventarios” finalizó el socio de KPMG.

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