TELECOM EN TIEMPOS DE INFLUENZA

3 de mayo del 2009 | por The Competitive Intelligence Unit

Al ser el primer fenómeno de salud pública afectándonos en la era de las tecnologías de la información y las comunicaciones (TICs), conviene la reflexión sobre las nuevas capacidades sociales y productivas que éstas nos brinda.

La epidemia de influenza porcina que padecemos en estos días en el país, con riesgo de expansión geográfica, tiene la característica de ser el primero de estos fenómenos de salud pública en la era de las tecnologías de la información y las comunicaciones. Ante ello, cabe esperar que nuestra capacidad de reacción, de transmisión y apropiación de información, y de continuar con algunas actividades productivas, académicas y recreativas, sean diferentes a las de tiempos pretéritos.

Ni dudar que en casos como éste, la prioridad es la salud pública y el orden social. Sin embargo, y en términos de impacto negativo en el desempeño productivo de los agentes económicos (empresas, trabajadores, unidades económicas, etcétera), es posible anticipar que el del país va a ser mucho menor, como resultado de que en la actualidad contamos con redes y herramientas colaborativas que facilitan las actividades laborales desde casa (home office) o de manera remota desde nuestros accesos móviles, sean smartphones o laptops.

Una experiencia que nos ilustra acerca de estas capacidades es la del Reino Unido, que en semanas anteriores padeció la peor tormenta de nieve desde hace más de 20 años, con los consecuentes efectos de parálisis de transporte, sin autobuses circulando por las calles internacionales en líneas del metro y trenes y un resultado inesperado: saturación de tráfico en Internet. Se calcula que 30% de la fuerza laboral no logró llegar a trabajar en esos días. Sin embargo, interesante también fue que al mismo tiempo los sitios de comercio electrónico y extrañéis corporativas registraron su mayor número de visitas desde su arranque, incluso provocando caídas de sistemas debido a la saturación de visitantes. Todo ello como resultado de la profundización en la adopción de Internet móvil en ese país.

En décadas recientes en nuestro país, los operadores de telecomunicaciones, tanto fijas, móviles y por cable, han invertido mucho dinero en redes de tercera generación que permiten el uso de banda ancha fija y móvil, de manera que la transmisión de datos se hace de modo más eficiente, permitiendo el uso de dichas herramientas laborales.

Entre las muchas herramientas computacionales con las que contamos, existen algunas que resaltan por su capacidad de facilitar el trabajo de manera remota. Ejemplo de ello son los escritorios remotos, los cuales permiten acceder a una computadora -por ejemplo a la del trabajo- para acceder a la información, utilizar la paquetería instalada e incluso apagarla.

Otra de las herramientas productivas es la ya conocida cloud computing que permite utilizar software de oficina y tener al alcance documentos de uso común que residen en la red, con la capacidad de tenerlos al alcance desde cualquier computadora que se encuentre conectada a la red. Ejemplo de estos son Zoho y los ya famosos Google Does.

Por el lado de la comunicación, programas como Skype, Twitter y Messenger están teniendo mucho impacto sobre la productividad de los empleados, pues permiten, por distintos medios, la comunicación de manera instantánea y con gran velocidad a un precio considerablemente más bajo que los medios tradicionales de telecomunicaciones.

Una lección más de la experiencia británica reside en el hecho que empresas como British Telecom, con más de 100,000 empleados, tiene al día de hoy 40% de su personal trabajando parcial o totalmente de manera remota como una medida de reducción de costos (disminuyendo el número de inmuebles) y manejando esquemas de hot-desks y, como beneficio adicional, blando la inasistencia al trabajo.

Con todo, una lección positiva que podemos extraer de esta indeseable situación de salud pública es la urgencia de intensificar las inversiones en el país para efectivamente cerrar la brecha digital, referida a las diferencias en penetración de conectividad, de acceso, de uso y de calidad de uso en comparación con las tendencias interacciónales, de servicios de telecomunicaciones fijas, móviles y de Intemet de banda ancha. Con ello, sabremos que ante este tipo de eventualidades, como sociedad estaremos preparados para una óptima información y reacción social, pero también, para amortiguar al máximo sus efectos negativos en términos de actividad productiva.

Para mayores informes acerca de esta tema:
The Competitive Intelligence Unit (http://www.the-ciu.net/)

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