RECORRIENDO LA RUTA DEL QUESO Y EL VINO CON TOYOTA HIGHLANDER
21 de abril del 2022 | por José María Serralde Díaz
Uno de los grandes motores económicos del país es el turismo. A pesar de que el ejecutivo federal al inicio de su mandato tomó la decisión de cerrar el Consejo de Promoción Turística del País, los gobiernos de los estados, de la mano de las oficinas de promoción de los diferentes destinos y de los empresarios han desarrollado grandes productos con diferentes enfoques para atraer viajeros a sus destinos.
Dos de los estados que vienen haciendo muy bien las cosas son Querétaro y Guanajuato. La apuesta por la cultura, la gastronomía, el enoturismo y los atractivos naturales les han generado muy buenos resultados.
La Ruta del Queso y el Vino es un buen ejemplo de estos atractivos.
Aprovechando que – al parecer- estamos dejando atrás la pandemia por Covid-19, nos aventuramos a conocer algunos de los sitios más conocidos de esta famosa ruta: Viñedos La Redonda, Tequisquiapan, Peña de Bernal, la Finca Sala Vivé de Freixenet y el siempre atractivo San Miguel de Allende, que está catalogado como una de las mejores ciudades para visitar a nivel mundial.
El punto de partida fue la ciudad de México teniendo como lugar para pernoctar la ciudad de Querétaro, en el Hotel City Express Jurica, que, como los demás hoteles de la cadena, está muy bien ubicado lo que permitió trasladarnos a los diferentes destinos que se encuentran en promedio a unos 50 minutos de distancia.
Al ser un recorrido 100% vía carretera, invitamos a Toyota Highlander a ser protagonista de la ruta, ya que sin lugar a dudas tiene las características con las que cualquier familia desearía contar en un viaje en el que el vehículo más que un medio de transporte, es un centro de reunión y convivencia.
Además de su diseño y estilo único que la convierte en el benchmark en su clase, los aspectos más destacables de Toyota Highlander son los siguientes: comodidad, desempeño, seguridad, infoentretenimiento y rendimiento.
Comodidad:
Toyota Highlander ofrece espacios que brindan comodidad para todos los pasajeros. Con tres filas de asientos, los 4 pasajeros que participamos en este viaje pudimos ir cómodamente sentados. Conductor y acompañante con asientos tipo cubo y en la segunda fila con dos asientos individuales tipo “piloto”. En este caso la tercera fila de asientos no se ocupó, sin embargo, en experiencias previas hemos comprobado que pueden ir 3 personas cómodamente sentadas.
Prácticamente todos los lugares contaban con espacios y amenidades para colocar bebidas, smartphones, audífonos, lentes, etc.
El sistema de aire acondicionado de la Highlander tiene controles independientes para la parte posterior, por lo que los pasajeros que van en la segunda y tercera fila pueden controlar libremente el nivel temperatura.
Desempeño y seguridad:
Si bien la distancia entre la CDMX y Querétaro es relativamente corta (aproximadamente 220 km), y prácticamente todo es autopista, con una orografía mayormente plana, el gran tráfico de camiones de carga, algunos de ellos de doble remolque, hace necesario contar con un vehículo con la suficiente potencia para recorrer el trayecto con confianza y seguridad. Highlander de Toyota cuenta con un motor de 6 cilindros que responde en el momento en el que se requiere. El conductor tiene la tranquilidad, seguridad y confianza para poder acelerar y rebasar sin apuros. Durante los trayectos a los diferentes destinos hubo la necesidad de rebasar a más de una veintena de camiones de carga aun en subida y, la potencia de la Highlander cumplió cabalmente cuando fue necesario, sin que la SUV se sintiera forzada en ningún momento.
En algunos de los destinos como en San Miguel de Allende, las calles empedradas y empinadas pusieron a prueba también la potencia de Toyota Highlander, superando con facilidad cualquier obstáculo que implicara un mayor esfuerzo.
Adicionalmente, como parte importante de la seguridad, la Highlander cuenta con sistema de monitoreo de punto ciego, así como de asistencia para estacionarse, lo cual mantiene al conductor alerta de vehículos, personas u objetos cercanos al ir transitando o bien al realizar algunas maniobras.
Punto importante en tema de seguridad, y que no depende del vehículo en el que estés viajando, es procurar hacer los recorridos con luz de día, para evitar situaciones complicadas o sustos innecesarios.
Infoentretenimiento:
Parte importante para disfrutar un viaje de varias horas por carretera es la música que escuchas. En este caso, considerando que los viajeros pertenecen a 2 generaciones diferentes, requirió de una preparación previa para contar con una playlist que abarcara todos los gustos. Desde Michael Buble, pasando por Camila, Sin Bandera, Luis Miguel y Amauri Gutiérrez, llegando hasta Jesse & Joy, Reik y Morat. La única restricción que se estableció en términos musicales fue hacia el reggaetón. 4 votos a favor y ninguno en contra, moción aprobada.
Una vez teniendo la música lista, conectamos nuestros smartphones vía Bluetooth al sistema de la Highlander, la cual cuenta con una pantalla multifuncional táctil que hace sencillo el proceso de conexión. Una vez conectados, el sistema detecta automáticamente los dispositivos cada vez que son introducidos al vehículo.
Además, durante el viaje, una de las aplicaciones que más usamos en la Highlander fue el sistema de navegación que nos permitió ubicar y acceder con facilidad los diferentes sitios de visita.
Rendimiento:
Sorpresivamente a pesar de sus 6 cilindros, el gasto en combustible fue menor al que esperábamos. Me atrevería a decir que el consumo de combustible de la Highlander es igual o menor que SUV’s de menor cilindraje y ahora con la nueva versión híbrida, seguramente el ahorro de combustible se convertirá en un atractivo más.
Retomando el recorrido, nuestra primera parada fue Viñedos La Redonda, el viñedo más grande y antiguo de Querétaro, actualmente dirigido por Claudio Bortoluz, nieto del fundador del viñedo.
La Redonda ofrece a sus visitantes la opción de conocer sus viñedos y parte de las instalaciones en las que se elaboran sus vinos y aprender más de sus orígenes, tipos de uva y procesos de producción. Estas visitas guiadas se pueden hacer caminando o bien en unos camiones adecuados para circular en medio de los viñedos. La duración aproximada es de 45 minutos. Al terminar los recorridos, los visitantes tienen la opción de comer en el restaurante la Trattoria o bien en el Wine Garden, ambos dentro de las instalaciones del viñedo. El ticket por persona es de aproximadamente $ 350 pesos, incluyendo vino producido en casa.
Buscando atraer a un público joven, la Redonda lleva ya algunos años organizando festivales de música y gastronómicos en la que los asistentes pueden introducirse al mundo del vino, escuchar buena música y encontrar las mejores locaciones para tomarse fotografías para postear en Instagram y demás redes sociales.
Nuestra segunda parada fue Tequisquiapan, uno de los 6 Pueblos Mágicos del estado de Querétaro y supuestamente el centro geográfico del País.
En Tequisquiapan vale la pena darse una vuelta por la Plaza Miguel Hidalgo que es su plaza principal y comer en alguno de los restaurantes que se encuentran en los arcos, alrededor de la plaza. Otro de los atractivos de Tequisquiapan es el Museo del Queso y el Vino, en donde podrán conocer más de la cultura vitivinícola y quesera queretana disfrutando de un maridaje.
El día siguiente lo destinamos completamente a San Miguel de Allende, un destino que definitivamente se ha convertido en un “must” para cualquier turista nacional y extranjero, y que lleva ya varios años catalogado como uno de los mejores destinos para viajar en el mundo, y además ya ha sido nombrada ciudad Patrimonio de la Humanidad.
San Miguel tiene de todo y para todos, sus calles empedradas, su arquitectura colonial, restaurantes, museos, galerías, viñedos y hoteles boutique lo hacen sumamente atractivo para viajeros de todas edades. Cadenas hoteleras como Sierra Nevada, Rosewood, Live Aqua, Matilda han visto en San Miguel de Allende un buen destino de inversión, y también hay decenas de Hoteles Boutique que se presentan como excelentes opciones de hospedaje con tarifas para todas las carteras.
En esta ocasión nos apapachamos desayunando en el Hotel Santa Mónica, que era la casa del artista José Guadalupe Mojica, en donde puedes disfrutar de unos deliciosos chilaquiles y un panque de plátano y roles de canela recién horneados. Al medio día después de pueblear y chacharear, lo recomendable es buscar un “roof” con vista a la Parroquia de San Miguel Arcángel para poder refrescarte con un trago y una buena botana. Para comer nos decidimos por “La Garufa” un restaurante de comida argentina bastante cumplidor. El ticket promedio incluyendo carne, pastas, ensaladas y postre fue de $ 400 por persona.
Continuamos nuestro recorrido en Peña de Bernal, que para mi resultó la sorpresa del viaje. Además del atractivo (y reto) que significa subir la Peña, que es el tercer monolito más grande del mundo, y desde ahí admirar la vista del pueblo y de todo el valle, recorrer la plaza principal de Bernal y sus calles aledañas fue sumamente agradable.
Además de la subida a la Peña, “hazaña” que se realiza en aproximadamente en 50 minutos, al Pueblo Mágico de Bernal lo caracterizan las gorditas de maíz tronado rellenas de guisados, el pan de queso con diferentes sabores y obviamente los quesos de la región.
Bernal también cuenta con Hoteles Boutique de muy buen nivel, como Casa Mateo, construido en un edificio que data de 1758 y que fue recientemente remodelado, y que además de sus lujosas y cómodas habitaciones, tiene como atractivo un jardín y una terraza con una vista espectacular a la Peña.
Para cerrar el viaje, ya de regreso a la ciudad de México, nos detuvimos en la Finca Sala Vivé para conocer las cavas Freixenet. En el recorrido tradicional hay que descender 25 metros hasta llegar a las cavas y ahí con un guía apoyado con videos institucionales se explica a los visitantes el origen de la Finca, los tipos de uva que se cosechan y los vinos que se producen. El recorrido termina con la degustación de un vino espumoso.
Además de esta visita que ellos llaman “clásica”, para conocer los viñedos tienes otras dos opciones: la primera es en un camioncito que llaman “uva bus” y que asemeja un tranvía y la segunda es cabalgando a caballo.
Al igual que en La Redonda, en Freixenet han venido generando diferentes experiencias para atraer a los visitantes, entre las que se encuentran la visita al viñedo y la cava guiada por el sommelier o el Festival de la Paella, que este año se llevará a cabo los días 28 y 29 de mayo.
Después de dos años de encierro por la pandemia, queda claro que no hay mejor inversión que los viajes, ya que siempre nos traerán recuerdos imborrables de los diferentes lugares y experiencias que vivimos. Viajar por las carreteras de México teniendo un vehículo con las condiciones necesarias para tener un viaje placentero, dándonos la certeza de ir a nuestro destino y regresar con bien, es prioritario para cualquier familia. Sin lugar a dudas, Highlander de Toyota cumple con todos los requisitos necesarios para viajar y disfrutar sin preocupaciones.