NUESTRO COCHE, NUESTRA IMAGEN

27 de febrero del 2009 | por David Olvera*

Se ha preguntado ¿cuál es la imagen que proyecta mi coche y cuál es la imagen que proyecto al manejar? ¿Qué es lo que la gente piensa de mi cuando me ven en mi coche? Muy probablemente todos, o casi todos, nos preocupamos por lucir siempre lo mejor y más profesional posible, pero tal vez nunca nos hemos puesto a pensar que nuestra imagen también se ve afectada, a favor o en contra por nuestro automóvil.

Primero debemos examinarlo ¿Cuál es su estado físico? ¿Le faltan partes? ¿Está limpio? ¿Refleja lo que soy, quien soy y cómo soy? Cuando manejamos vamos causando infinitas impresiones (la mayoría por primera vez) acerca de nosotros, tanto por el estado de nuestro coche, como por nuestra manera de manejar y nunca sabemos si esa primera impresión se la vamos a causar a nuestro próximo jefe, al amor de nuestras vidas o a nuestros propios suegros.
¿Cómo vamos a lograr transmitir una buena imagen? Lo mínimo, lo absolutamente indispensable es traerlo limpio, y la época de lluvias no es pretexto para no hacerlo ¿o acaso en época de lluvias nuestra ropa puede estar sucia y manchada? El automóvil también debe estar completo, es decir todas sus piezas deben estar donde deben ir y de la manera que deben ir (¿usted considera que causa una buena imagen si a su pantalón roto le pone un parche, si su blusa está descosida o si le falta un botón a su saco?) por lo que es recomendable evitar ante todo el uso de papel celofán color rojo en el lugar donde algún día estuvo la calavera, o el espejo de baño haciendo las veces de espejo retrovisor. Lejos de hacernos parecer como una persona creativa y solucionadora de problemas, nos deja como conformistas y descuidados. Ojo, en ningún momento he mencionado que para tener una buena imagen debemos traer el coche más nuevo, más lujoso o más rápido.

LO QUE MI AUTO REVELA DE MI

Ahora bien, nuestro auto habla por sí solo y habla por nosotros. El modelo y la marca nos van a delatar. Por ejemplo, si vemos en la calle una minivan, inmediatamente la asociamos con un vehículo familiar y lo más seguro es que la conduzca una mujer (mujeres: si ven que la conduce un hombre joven y de buen ver, no se hagan ilusiones que ningún hombre compra una minivan por gusto, así que lo más seguro es que no sólo ya esté casado, sino que ya hasta hijos tenga). De la misma manera, si en la calle nos topamos con un descapotable o deportivo de origen alemán o italiano y lo va manejando una mujer de buen ver, nos dice que primeramente tiene una posición económica elevada y en segundo término, muy probablemente el coche no sea de ella sino de su pareja. ¿Qué es lo que pensamos al ver a un muchacho de unos 24 años aproximadamente manejando de prisa a las 8:30 de la mañana un auto compacto tal como un Renault Clío, un Suzuki Swift o el famoso Chevy en perfectas condiciones? Que muy probablemente sea su primer coche, que todavía no lo termina de pagar y que va tarde al trabajo. Ejemplos así podemos dar muchos tanto para bien como para mal: ¿usted le entregaría una buena parte de su patrimonio a un corredor de bolsa o a un agente de inversiones que está manejando un coche sucio, destartalado, que echa humo, todo golpeado, con la pintura ya quemada y que lo tiene que empujar para que arranque? No lo creo, yo no lo haría.

COLORES DE COCHES ¿QUÉ COMUNICAN?

Otro elemento que dice muchas cosas por nosotros es el color de nuestro automóvil. En el caso de que el auto haya sido un regalo o se trate de “el que me tocó en la casa” no hay mucho que hacer ni que decir. Sin embargo el panorama cambia cuando se trata de un coche nuevo el cual nosotros fuimos los responsables por escoger el color. Las personas que poseen una personalidad tranquila y que no gustan de llamar la atención se irán por un auto de color AZUL, el cual inspira tranquilidad, calma, lealtad, confianza y hasta un poco de seguridad (unas de las razones por las que las fuerzas policíacas lo usan en sus uniformes). Si nos fijamos bien, el color NEGRO por lo general es usado para grandes coches de lujo ya que transmite elegancia, poder, prestigio y status (mismo que se debe tener al percatarse que prácticamente se debe de lavar dos veces al día), aunque también representa muerte y misterio, razón por la cual las carrozas fúnebres usan este serio color. La mayoría de las veces, los coches BLANCOS están destinados a corporaciones que compran flotillas debido en gran parte a que transmite integración y optimismo, pero también es escogido por las mujeres ya que comunica, entre otras cosas, pureza, limpieza y virginidad. El pensar en un coche deportivo de color ROJO inmediatamente lo asociamos con un Ferrari, pero al pensar en autos más terrenales pintados con este color, el rojo significa pasión, energía, sensualidad, vitalidad. Ésta última característica es la que nos hace pensar que nuestro auto color sangre se ve mucho mejor que los demás y en algunos casos inclusive que es mucho más potente y veloz. Desgraciadamente es el color que más se roban los ladrones. Uno de los colores más vendidos es el GRIS plata ya que infunde sensatez, equilibrio y simboliza el éxito (y aquí entre nos les diré que es el color más limpio que hay ya que la tierra y mugre son casi imperceptibles). Los automóviles color AMARILLO son un llamado de atención (los taxis en Nueva York son de éste color amarillos) y representa alegría, felicidad, inteligencia y energía.

NUESTRA IMAGEN AL VOLANTE

Por otro lado está nuestra manera de manejar y de comportarnos cuando vamos detrás del volante. Cuando manejamos no vemos gente, vemos coches y no es sino hasta que estamos en un semáforo, o en un embotellamiento que podemos ver “al del Pointer rojo” o “ese del Audi plateado” pero siempre tratamos de voltear a ver al conductor. Por tanto, no tenemos oportunidad de demostrar nuestra educación, tanto cívica como vial, más que con nuestro automóvil. Algunas recomendaciones para proyectar una buena imagen son el hacer un gesto de agradecimiento cuando alguien nos deja pasar (situación en vías de extinción), espejear antes de cambiar de carril, evitar el uso desmedido, y grosero, del claxon, jamás tirar basura por la ventanilla y usar esa palanquita que se encuentra justo detrás del volante del lado izquierdo y que al accionarla se prenden una luces parpadeantes llamadas luces direccionales, las cuales indican que vamos a dar vuelta o que deseamos cambiarnos de carril (contrario a lo que se piense no son meros adornos sino señales que nos ayudan a todos a manejar correctamente y a prevenir accidentes). En una ciudad tan peligrosa como el DF, es sumamente recomendable que por razones obvias, nuestra manera de manejar sea lo más pacífica y discreta posible. Nunca sabemos con quién nos podemos topar.

Acerca del autor:

David Olvera es Director de ImagenES, empresa de consultoria especializada en Imagen.
Su correo electrónico es: david@imagenesconsultoria.com

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