LOS IMPUESTOS INDIRECTOS ASUMIRÁN UN PAPEL MÁS IMPORTANTE EN AMÉRICA LATINA

14 de mayo del 2011 | por César Catalán

Los contribuyentes, las autoridades e intermediarios fiscales en Latinoamérica han tenido que redefinir sus objetivos para abordar debidamente los desafíos, incertidumbres y oportunidades que presenta el nuevo clima empresarial derivado de la crisis económica. La Encuesta Global 2010 sobre Tasas de Impuestos Corporativos e Indirectos de KPMG muestra que si bien la región se tuvo un ligero incremento en su tasa promedio de impuestos indirectos, al pasar ésta del 12.39% en 2009 al 12.64% en 2010, será prioritario llevar a cabo una reforma general del actual sistema tributario. La presión que ejercen los empresarios para modernizar y mejorar estos sistemas y la necesidad de los gobiernos de crear fuentes estables de ingresos tributarios a largo plazo responden a esta realidad.

Entre 2009 y 2010, México, Panamá y Venezuela incrementaron sus tasas de impuestos indirectos. México: del 15% a 16%, Panamá: del 5 %a 7%, y Venezuela: del 9% al 12%. Asimismo, Costa Rica presentó planes de incrementar su tasa del 13% al 14 % a principios del 2011. La experiencia latinoamericana se ve influenciada por un entorno tributario regional muy diferente al de la mayor parte del resto del mundo, además debido a que las autoridades de la región enfrentan cuestiones más específicas tales como la necesidad de promover un crecimiento económico estable y sustentable y el desarrollo de infraestructura.

Recientemente, en Latinoamérica se han dado ciertas reformas a los impuestos indirectos de manera local y se esperan aún más, en respuesta a las peticiones de la comunidad empresarial de tener un sistema de impuestos indirectos más simple y eficiente.

Brasil es buen ejemplo de ello. Pese a ser una economía significativa en la región, este país también posee uno de los sistemas de impuestos indirectos más complejos del mundo. En la actualidad existen tres niveles de imposición al consumo (federal, estatal y municipal), sujetos a diferentes tasas impositivas y administrados por diferentes autoridades fiscales. Si bien, a pesar que el sistema tributario brasileño es bastante complejo, la inversión extranjera continuará fluyendo dadas las oportunidades de negocio que existen en este país. El gobierno federal deberá considerar reducir la complejidad del sistema de impuestos indirectos para apoyar este proceso.

Por otra parte, en México, la presentación en el Senado de una propuesta de reforma fiscal a principios del mes de marzo de este año, que incluye también novedades en materia de tributación indirecta, augura que habrá un debate parlamentario relativo a las tasas impositivas aplicables y a medidas dirigidas a reducir la informalidad e incrementar la recaudación tributaria.

La implicación más relevante para las empresas derivada de esta tendencia en los impuestos indirectos es el impacto en el flujo de efectivo y, por lo tanto, la necesidad de hacer más eficiente la administración de los impuestos indirectos a través de la especialización interna y externa, así como del uso de tecnología.
Los negocios que respondan de forma proactiva al nuevo panorama fiscal otorgando a las funciones fiscales mayor prioridad para mitigar el riesgo y gestionar de manera más eficiente la tributación indirecta, podrán estar mejor colocados para capitalizar las oportunidades emergentes que el futuro traerá.

Acerca del Autor:
César Catalán es Socio de la Práctica de Impuestos Corporativos e Indirectos de KPMG en México.
Su correo electrónico es: asesoria@kpmg.com.mx

Para más información visite: www.delineandoestrategias.com

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