LLAMADA DE ATENCIÓN A GOBIERNOS Y EMPRESAS: ESTUDIO DEMUESTRA DEFICIENCIAS EN EL USO DE LAS TECNOLOGÍAS DE COMUNICACIÓN
2 de febrero del 2008 | por Rodolfo Serralde Solórzano
Empresas y gobiernos deben hacer un mejor uso de su infraestructura de comunicaciones y cómputo si desean aprovechar el potencial económico y el impacto social que las Tecnologías de Información y Comunicación (ICT por sus siglas en inglés) pueden ofrecer.
El Conectivity Scorecard es un reciente estudio publicado por el Profesor Leonard Waverman de la London Business School y la consultora económica global LECG diseñado para analizar no sólo el ICT de la infraestructura de una nación sino la efectividad de su uso e impactos.
De acuerdo con el estudio comisionado por Nokia Siemens Networks, incluso los países mejor conectados no están explotando las tecnologías de comunicación a su máximo potencial y en muchos casos las acciones regulatorias y políticas diseñadas para promover la conectividad no están teniendo el impacto previsto.
El Conectivity Scorecard coloca a Estados Unidos como la primera de un grupo de 16 economías impulsadas por la innovación (así definidas por el Foro Económico Mundial), aunque su calificación sea de sólo 6.97 de 10.00 puntos posibles. La naturaleza innovadora del Conectivity Scorecard en comparación con otros índices está ilustrada por el hecho de que Corea, que califica típicamente alto en otros índices, ocupa aquí el lugar número 10 de la lista con un puntaje de tan solo 4.78.
El Conectivity Scorecard mide la dimensión total de uso de las tecnologías de conectividad por parte de los gobiernos, negocios y consumidores. Es decir cables de cobre, líneas de fibra óptica, teléfonos móviles y PCs que hoy apuntalan la economía de la información y que inciden de manera directa en el desarrollo social y económico.
En cada rubro del Conectivity Scorecard, los países son clasificados con respecto al mejor de su categoría, así que si un país fuese el mejor en todas las dimensiones, obtendría un puntaje máximo de 10.00. Los países típicamente considerados como altamente conectados obtienen un puntaje modesto en este índice– el puntaje promedio de un grupo de 16 países entre los que se encuentran los EEUU, Suecia y Corea fue de 5.05.
De acuerdo con los investigadores, la métrica y los resultados del estudio representan una oportunidad para que las diferentes economías del mundo reflexionen sobre el uso que hoy dan a la conectividad y los cientos de miles de millones de dólares en beneficios económicos desaprovechados por ineficiencias. Los autores señalan también un reconocido estudio realizado por Crandall y Jackson[1] que mostraba un beneficio económico de largo plazo de $500 mil millones de dólares sólo para Estados Unidos mediante la universalización en el uso de comunicación de banda ancha.
Considerando además las mejoras en otros rubros y en múltiples categorías de la conectividad, existe razón suficiente para inferir que el beneficio mundial sería exponencialmente más alto.
El Conectivity Scorecard es único al categorizar indicadores de conectividad por consumidor, negocios y gobierno, con estándares hechos a la medida de cada país. Un puntaje bajo refleja una brecha en la infraestructura de un país, en el uso de la conectividad o ambas. Los Estados Unidos, por ejemplo, obtienen puntajes más bajos en infraestructura del consumidor debido a la baja penetración de la tecnología de banda ancha, mientras la calificación de Corea es notablemente baja en su uso en los negocios.
“Lo que este estudio demuestra es que ni los países mas ricos del mundo pueden conformarse con el perfil actual de sus infraestructuras de telecomunicaciones y computación. Cada una de las naciones analizadas debe llevar a cabo cambios sustanciales para conseguir un puntaje ideal en conectividad”, dice Leonard Waverman, Profesor de economía en la London Business School y creador del Conectivity Scorecard. “Para incrementar los beneficios sociales y económicos derivados de la conectividad, los países deben considerar la infraestructura y su uso como una norma combinada”.
Rusia ocupó el primer puesto entre nueve naciones que fueron clasificadas en el estudio como economías de recurso o impulsadas por la eficiencia. El alto nivel de alfabetización, junto con un sólido puntaje en varias de las mediciones de uso e infraestructura, especialmente en uso de móviles, resultó en una calificación de 6.11. Malasia terminó en segundo y México en tercero con 4.37, mientras India y Nigeria se colocaron en los últimos lugares, con puntajes de 1.68 y 1.10 respectivamente.
“El estudio es un llamado a gobiernos y empresas a tomar acciones inmediatas. En un período de gran incertidumbre económica existen importantes beneficios potenciales gracias al uso más eficiente de la infraestructura de comunicaciones. Al acercamos cada vez más a la visión de 5 mil millones de personas conectadas para el año 2015, políticos y líderes empresariales deben motivar de manera simultánea el desarrollo de infraestructura e inversión, así como el aprovechamiento de ésta en su máximo potencial”, dijo Ilkka Lakaniemi, Jefe de diálogos políticos globales e iniciativas en Nokia Siemens Networks.
El estudio también arroja que algunos países cuentan con diferentes áreas de oportunidad para maximizar los beneficios consecuencia de la conectividad. Estados Unidos, por ejemplo, necesita atender el problema de aumentar la penetración de la banda ancha y hacer estos servicios más accesibles al público; Corea, por otra parte, necesita entender el porqué sus negocios gastan aparentemente tan poco en telefonía empresarial y aplicaciones de IP; India y Nigeria enfrentan el difícil reto de mejorar el desempeño de alfabetización básica y medidas de acceso, sin quedarse atrás en el desarrollo de banda ancha y tecnologías de punta de movilidad.
De acuerdo a Nokia Siemens Networks, mejorar la infraestructura y alentar el uso inteligente de tecnologías de telecomunicación y computación permitirá la obtención de beneficios sociales y empresariales clave, como una mayor colaboración, innovación, productividad y calidad de vida.
En el caso de las economías impulsadas por la innovación, el crecimiento económico dependerá de las nuevas formas para usar la conectividad y adaptar las tecnologías a la fuerza de trabajo, ya sea a través de la mejora de procesos existentes o de la invención de nuevos procesos de transformación. Mientras las poblaciones en estos países crecen en edad, la optimización del uso de la conectividad es la mejor fuente de crecimiento económico a futuro.
Para las economías de recursos e impulsadas por eficiencia, el desarrollo económico y la educación, juegan un papel muy importante en la obtención del máximo rendimiento de las inversiones en conectividad. En estos países, las tecnologías de conectividad no sólo proporcionan acceso, sino que transforman vidas dándole a las personas los medios para conectarse mutuamente y acceso a servicios e información que les sirven en su vida cotidiana.
“El uso de tecnologías de conectividad podría ser comparado a la forma en la que el uso de Internet ha evolucionado en años recientes. Aún los países considerados como los más avanzados hoy, han alcanzado sólo una primera generación de conectividad y no han sido capaces o no han querido explotar el máximo potencial las herramientas disponibles. Hace sólo una década, se había apenas comenzado a aprovechar una fracción del potencial útil de la Web”, dicen Waverman y Lakaniemi. “Y así como el Internet ha llegado ya a la Web 2.0, donde el uso efectivo de la tecnología disponible ha traído mejoras significativas, ha transformado la productividad de los negocios y ha resultado en innegables beneficios sociales, creemos que un paso similar hacia la Conectividad 2.0 bien valdría la pena”.