LAUDATO SI. LA ENCICLICA SOBRE EL CAMBIO CLIMATICO

19 de junio del 2015 | por Laura Serralde

Este jueves fue divulgada la encíclica «Laudato Si: sobre el cuidado de la casa común» en la que el Papa Francisco expuso sus argumentos teológicos, científicos y morales para desarrollar estrategias contra el cambio climático.

La encíclica de 190 páginas y que ha sido calificada por algunos como «histórica», por ser la primera vez que un Papa dedica un documento de este tipo a la protección medioambiental, toma su título del canto de San Francisco de Asís: «Alabado seas, mi Señor, por la hermana nuestra madre tierra, la cual nos sustenta, y gobierna y produce diversos frutos con coloridas flores y hierba».

laudato-si-spEl Pontífice se refirió  al cambio climático como un problema global con graves dimensiones ambientales, sociales, económicas, distributivas y políticas, que plantea uno de los principales desafíos actuales para la humanidad. El Papa Francisco señala que el daño ecológico es el resultado de prácticas económicas que no contemplan el cuidado de la tierra como la herencia para las generaciones futuras.  En la encíclica aborda temas como la falta de ética, el consumismo, la desigualdad en la distribución del ingreso, la explotación  irracional de los recursos y hace un llamado al cambio de conciencia a través de la educación, e invita a vivir en sobriedad y con humildad, buscando un desarrollo sostenible e integral. 

 

Estas son algunas de las principales ideas contenidas en el texto:
  • La exposición a los contaminantes atmosféricos produce un amplio espectro de efectos sobre la salud, especialmente de los más pobres.
  • La tierra, nuestra casa, parece convertirse cada vez más en un inmenso depósito de porquería.
  • Todavía no se ha logrado adoptar un modelo circular de producción que asegure recursos para todos y para las generaciones futuras, y que supone limitar al máximo el uso de los recursos no renovables, moderar el consumo, maximizar la eficiencia del aprovechamiento, reutilizar y reciclar.
  • Muchos de aquellos que tienen más recursos y poder económico o político parecen concentrarse sobre todo en enmascarar los problemas o en ocultar los síntomas.
  • Conocemos bien la imposibilidad de sostener el actual nivel de consumo de los países más desarrollados y de los sectores más ricos de las sociedades.
  • Un problema particularmente serio es el de la calidad del agua disponible para los pobres, que provoca muchas muertes todos los días.
  • Este mundo tiene una grave deuda social con los pobres que no tienen acceso al agua potable, porque eso es negarles el derecho a la vida radicado en su dignidad inalienable.
  • Los recursos de la tierra también están siendo depredados a causa de formas inmediatistas de entender la economía y la actividad comercial y productiva.
  • Cuando sólo se busca un rédito económico rápido y fácil, a nadie le interesa realmente su preservación (de la ecología).
  • Hoy advertimos, por ejemplo, el crecimiento desmedido y desordenado de muchas ciudades que se han hecho insalubres para vivir.
  • Pero hoy no podemos dejar de reconocer que un verdadero planteo ecológico se convierte siempre en un planteo social, que debe integrar la justicia en las discusiones sobre el ambiente, para escuchar tanto el clamor de la tierra como el clamor de los pobres.
  • Culpar al aumento de la población y no al consumismo extremo y selectivo de algunos es un modo de no enfrentar los problemas.
  • La inequidad no afecta sólo a individuos, sino a países enteros, y obliga a pensar en una ética de las relaciones internacionales. Porque hay una verdadera « deuda ecológica », particularmente entre el Norte y el Sur.
  • Llama la atención la debilidad de la reacción política internacional. El sometimiento de la política ante la tecnología y las finanzas se muestra en el fracaso de las Cumbres mundiales sobre medio ambiente.
  • La economía asume todo desarrollo tecnológico en función del rédito, sin prestar atención a eventuales consecuencias negativas para el ser humano.
  • Dejar de invertir en las personas para obtener un mayor rédito inmediato es muy mal negocio para la sociedad.
  • Para que siga siendo posible dar empleo, es imperioso promover una economía que favorezca la diversidad productiva y la creatividad empresarial.
  • La conciencia de la gravedad de la crisis cultural y ecológica necesita traducirse en nuevos hábitos. Es importante incorporar una vieja enseñanza, … la convicción de que « menos es más ».
  • La espiritualidad cristiana propone un crecimiento con sobriedad y una capacidad de gozar con poco.
  • El amor a la sociedad y el compromiso por el bien común son una forma excelente de la caridad, que no sólo afecta a las relaciones entre los individuos, sino a «las macro-relaciones, como las relaciones sociales, económicas y políticas».

Desde su presentación, la encíclica ha despertado innumerables comentarios en medios de comunicación y redes sociales.  La cuenta del Papá en Twitter @Pontifex_es  ha posteado diversos fragmentos  de la encíclica.

La Casa Blanca publicó una declaración del Presidente Barak Obama quien da la bienvenida a la declaración tan «clara  poderosa y con tanta autoridad moral» llamando a la acción contra el cambio climático.

El Presidente Obama aseguró que discutirá estos temas con el Papa Francisco cuando el próximo Septiembre visite la Casa Blanca, esperando que mientras tanto todos los líderes del mundo reflexionen en el llamado del Papa para luchar juntos por «cuidar nuestra casa común».

El texto completo de la encíclica Laudato Si está disponible en la página del vaticano.

 

Fotografía: Gabriel Andrés Trujillo Escobedo

 

 

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