LA POLÍTICA ECONÓMICA DE TRUMP: REPERCUSIONES PARA AMÉRICA LATINA

TRUMP, ECONÓMICA, POLITICA

16 de junio del 2017 | por Gonzalo Bernardos

ESADE, GONZALO BERNARDOS

Gonzalo Bernardos, Prof. del MMBA de ESADE

El presidente de Estados Unidos   tiene un plan económico basado en tres principales pilares: el incremento del gasto público, la reducción de los impuestos y el impulso a la extracción de combustibles fósiles. A corto plazo, la combinación de los tres previsiblemente llevará a un elevado crecimiento económico.

Un gran incremento del gasto y una considerable reducción de los tipos impositivos generarán un notable déficit público. Un aumento que deberá ser financiado mediante la emisión de mucha más deuda. Por tanto, la oferta de bonos aumentará, su precio bajará y subirá el tipo de interés a largo plazo, dada la relación inversa existente entre las dos últimas variables.

La tasa de inflación incrementará debido al aumento de la demanda de bienes, el mayor crecimiento de los salarios y el de los beneficios empresariales. Dicha subida llevará a la Reserva Federal a incrementar varias veces el tipo de interés de referencia, el principal determinante de dicho tipo en el corto plazo, en los próximos tres años. La gran incógnita será cuánto tiempo tardará en aumentar significativamente la inflación y en qué medida lo hará.

Si la mayor extracción de combustibles fósiles logra hacer que el precio de las materias primas energéticas disminuya considerablemente, la subida de la tasa de inflación será moderada. Si así sucede, el tipo de interés de referencia volverá progresivamente a situarse a un nivel normal y su aumento no será lo suficientemente importante para afectar de forma muy negativa al PIB. Por tanto, en los tres próximos años, EE.UU disfrutará de un período de expansión económica, con un elevado crecimiento del PIB y una  moderada tasa de inflación.

En cambio, si dicho precio aumenta, el elevado incremento de la tasa de inflación obligará a la Reserva Federal a actuar de forma rápida y firme. Por tanto, el tipo de interés de referencia aumentará en gran medida en poco tiempo. Dicha subida desalentará la petición de préstamos, reducirá la capacidad de gastos de empresas y familias y probablemente provocará que en el segundo semestre de 2019 Estados Unidos caiga en recesión.

De los dos anteriores escenarios, el primero comporta a corto plazo el triunfo de la política económica de Trump y el segundo su fracaso. En ambos, existe una bomba de relojería: el elevado aumento de la deuda pública. Una situación que llevará a medio plazo a EE.UU. a subir impuestos o reducir el gasto público y muy probablemente hará que el país entre en recesión, como muy tarde, en alguno de los primeros años de la próxima década.

El primer contexto es el mejor para México. El país azteca obtendrá un gran provecho de la expansión económica de EE.UU. y de la gran deprecación del peso con respecto al dólar observada durante el último año y medio. Ambos factores harán que aumenten sustancialmente las exportaciones y las remesas de inmigrantes. Las primeras no se verán afectadas por las grandes restricciones al comercio bilateral con que Trump ha amenazado repetidamente. Los motivos son dos: la necesidad de importaciones baratas que generen desinflación en EE.UU y las distintas características que tiene la producción realizada en ambos países.

No obstante, también habrá repercusiones negativas. El moderado aumento del tipo de interés en EE.UU hará que el país azteca deba incrementar también el suyo. Una situación que desincentivará el gasto de las familias. No obstante, los aspectos positivos superarán a los negativos y a corto plazo México verá impulsada su economía.

ESADE, TRUMP, ECONÓMICAPara otros países, tales como Brasil, Colombia, Ecuador y Perú, los dos escenarios descritos son negativos para sus intereses. La duda estriba en cuál de los dos es el peor. En dichas naciones, el sector privado está muy endeudado, la burbuja inmobiliaria ha estallado o está a punto de hacerlo y sus ingresos por exportaciones dependen en una elevada medida del precio de las materias primas.

El primer escenario supone una subida del tipo de interés, necesaria para controlar la inflación, y una caída de las ventas al extranjero. Por un lado, tiene lugar la reducción de la demanda interior; por el otro, la exterior. El resultado probablemente será una profunda recesión, pues a los dos anteriores factores se unirá el desplome del sector de la construcción.

El segundo contexto también será negativo para ellos. La peor combinación es un precio de las materias primas similar al actual y una gran subida del tipo de interés de referencia de la Reserva Federal y de la cotización del  dólar. La menos mala conduce a un aumento significativa del anterior precio y de los ingresos por exportaciones. Si así sucede, estos últimos compensarán parcialmente los perjudiciales efectos del incremento de los intereses y de la cotización del dólar.

En definitiva, como otras muchas veces sucede en Economía, lo que parece no es. México, el país que da la impresión de ser el más negativamente afectado por la política de Trump, puede convertirse en el más beneficiado. A diferencia de lo que muchos piensan, le interesa que el nuevo presidente de Estados Unidos tenga éxito.

En Sudamérica, la coyuntura será completamente distinta. La política económica de Trump les puede ir mal o fatal. A una deficiente contexto interior muy probablemente se añada uno exterior. Un cóctel que no es Molotov, pero que desde un punto de vista económico puede tener unos efectos similares a aquél.

Acerca del autor: Gonzalo Bernardos es profesor del Multinational MBA de ESADE Business School y Adolfo Ibañez School of Management

 

Liga de interés:

www.the-multinational-mba.com

 

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