LA MOVILIDAD DEL TALENTO DE AMÉRICA LATINA

11 de noviembre del 2007 | por Laura García Rubio*

La movilidad se manifiesta de múltiples formas, desde los distintos esquemas de circulación de talento que están impulsando las empresas globales, hasta los nuevos modelos de teletrabajo, el incremento de las estadías internacionales por motivos académicos y los flujos migratorios como fenómeno económico y social.

La integración global de economías y empresas acelera el intercambio internacional de dinero y bienes. Este proceso de globalización, que ha venido avanzando a un ritmo vertiginoso en los últimos lustros, se encuentra ahora con un nuevo reto: la globalización del talento.

Las tendencias que impulsan la movilidad de las personas, como las condiciones que han acompañado la globalización financiera y comercial, se deben a causas estructurales que no tienen marcha atrás:

1. La estructura demográfica mundial entre países de destino y de origen, que revela una necesidad en los primeros de atraer talentos, y en los segundos la oportunidad de suplir esa necesidad.
2. Las diferencias en el ingreso y calidad de vida, que se transforman también en necesidades insatisfechas y en oportunidades económicas y sociales.
3. La revolución tecnológica y de comunicaciones, de la información y del transporte, que facilita a las personas y a las organizaciones la creación de redes socio-técnicas, así como el traslado y la circulación de recursos y actividades.

La dinámica de la localización transnacional de los procesos operativos de las empresas, la integración de cadenas de suministro transfronterizas y transregionales, y el ritmo del comercio mundial, aumentan las tensiones del mercado laboral provocando mayor movilidad internacional de personas. Al igual que otros bienes, los requerimientos laborales de la actividad económica moderna trascienden las barreras geopolíticas.

Con economías en desarrollo, instituciones sociales en proceso de consolidación, y pirámides poblacionales con predominio de jóvenes, Latinoamérica (LATAM) destaca como una gran fuente de talento para el mundo en las próximas dos décadas.

La movilidad del talento resulta necesaria para los países de destino, que la demandan tanto para incorporar cerebros, como para resolver problemas económicos estructurales y dinamizar sus mercados internos. Para las sociedades de origen, la movilidad laboral estimula además el potencial de las personas en todos los niveles y para todas las ocupaciones y especialidades, pues incrementa el acceso a información nueva, a oportunidades económicas y a posibilidades de innovación. Por motivos como éstos, la demanda de talento proveniente de LATAM ha venido en aumento en Estados Unidos, pero también se ha ido incrementando rápidamente el nivel de vida y el poder de compra de los latinoamericanos residentes en ese país, aún a pesar de las distintas restricciones físicas, administrativas y normativas implementadas recientemente.

Sin embargo, cabe destacar que por el momento en LATAM, el nivel educativo –sobre todo en educación básica – no satisface los estándares globales. Siendo la educación una herramienta indispensable para impulsar el desarrollo y la competitividad, las necesidades de una estrategia educativa adecuada llegan mucho más allá de la mera reducción del analfabetismo, y requieren integrar el manejo de tecnologías e idiomas (desde el Inglés hasta quizás el Chino mandarín). A esto hay que añadir que la alineación de una educación competitiva con las necesidades de la inversión productiva, exige un cambio en la mentalidad tradicional de los distintos actores.

La academia, por ejemplo, se está haciendo cada vez más consciente de que tanto los individuos y la empresa privada, son los clientes a los que la educación debe servir. La empresa por su parte debe apoyarse más en la academia como fuente de competitividad, en una dinámica nueva de información compartida e interacción para la innovación. Los gobiernos de LATAM, mientras tanto, deberán encontrar los mecanismos para entender las necesidades tanto de la empresa como de la academia, y así lograr una vinculación efectiva e integral.

Otro fenómeno de trascendencia innegable, se encuentra en los lazos sociales a partir de los que se forman “redes sociales” o comunidades transnacionales, que sirven como puente para una movilidad incremental del talento. Estas redes seguirán facilitando el movimiento de personas a través de fronteras, proporcionándoles un apoyo que facilita su integración al trabajo y a la comunidad en el país destino. Este tipo de comunidad o red social, con vínculos fuertes tanto en el origen como en el destino, será cada vez más organizada y más poderosa en términos culturales, económicos e incluso políticos. Por este motivo, las redes de conocimiento de las diásporas están siendo crecientemente consideradas por empresas, gobiernos e instituciones educativas, debido a su gran potencial de atracción de Talento Global a la región, y de movilización de conocimiento (transferencia de know how) y habilidades.

Habilitando y acelerando estas tendencias, debemos subrayar además el papel de la revolución tecnológica. El acceso a la comunicación instantánea y al transporte eficiente se está universalizando a pasos agigantados: en la próxima década, las telecomunicaciones y los avances en aviación comercial, motores de la integración económica y la movilidad, llegarán prácticamente a todos los segmentos socioeconómicos de LATAM.

Con redes sociales mejor organizadas, mayor acceso a la tecnología y al transporte, niveles educativos en aumento, y mayor competencia global por las capacidades de los jóvenes, el talento de LATAM seguirá significando una fuente importantísima de riqueza social y económica en la próxima década.

Como es sabido, LATAM ocupa ya el liderazgo global en recepción de remesas. Ante la importancia de estos flujos monetarios en términos absolutos, y la dependencia que muchas economías locales dentro de LATAM han generado por su efecto en el consumo, las remesas se han convertido en un foco de atención para diversos actores económicos y sociales, públicos y privados. El correcto aprovechamiento de estos flujos monetarios, como motor del desarrollo de las comunidades de origen, depende, en efecto, de la capacidad de la base productiva de la economía local para beneficiarse con esta especie de ahorro externo, a través de una oferta de valor que trascienda el consumo de bienes no perdurables.

Como producto significativo de la movilidad de las personas en el mundo, encontramos además retos crecientes para los gobiernos, para las empresas y para los individuos, ante la realidad de sistemas de salud y seguridad social que no fueron diseñados para un mundo globalizado con movilidad del talento. En diversos países de LATAM se han iniciado reformas que pretenden expandir los servicios de los sistemas de seguridad social por medio de la combinación de los esquemas públicos con seguros privados, pero en general, los esquemas de protección social y los esquemas de pensiones necesitan ser considerados tomando en cuenta la realidad de la movilidad de las personas.

Tocará a una generación de jóvenes latinoamericanos (la generación del bono demográfico) enfrentar dos décadas de intensa globalización del talento. Las tecnologías seguirán avanzando, las aspiraciones de las personas por vivir experiencias multiculturales seguirán creciendo, y las necesidades de un mundo integrado económicamente, que enfrenta una paradoja estructural de escasez de talento, seguirán demandando las capacidades y la vitalidad de las personas de LATAM, cada vez con más intensidad.

La región ya cuenta con un capital humano muy significativo: con movilidad, con recursos, no sólo en cantidad sino también en calidad y especialización. Una nueva casta de líderes latinoamericanos está formándose y obteniendo experiencia global. Resta saber si LATAM podrá aprovechar estas tendencias en su beneficio, de forma sustentable y equilibrada.

La movilidad del talento es tecnológicamente posible, económicamente necesaria, atractiva para los individuos, conveniente para las empresas, y enriquecedora para la sociedad. En este contexto, LATAM será cada vez más una fuente de talento para el mundo, por su juventud, su base cultural, su mentalidad, y su grado de desarrollo económico y social.

La movilidad del talento de América Latina cambiará la fisonomía de la región. Si los individuos, las empresas, la academia y los gobiernos se enfocan en conducir esta realidad con visión, la oportunidad histórica que se le presenta a LATAM cambiará el futuro de su desarrollo y su lugar en el mundo.

Para consultar gratuitamente el estudio “La Movilidad del Talento de América Latina”, acceder al sitio http://www.manpower.com.mx/mx/main_cyn.htm

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* Laura García Rubio es Gerente de Relaciones Públicas de Manpower México, Centroamérica y República Dominicana. Su correo electrónico es: lgarciar@manpower.com.mx

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