EL CONSEJO DE ADMINISTRACIÓN PUEDE INCREMENTAR EL VALOR CORPORATIVO MEDIANTE UNA BUENA ADMINISTRACIÓN TRIBUTARIA, ASEGURA ESTUDIO DE KPMG

26 de abril del 2007 | por Andrea Ramírez Riestra

Se observa un conservadurismo progresivo en cuestiones tributarias en los Consejos de Administración de todo el mundo en reacción a las peticiones de autoridades regulatorias, inversionistas y grupos de interés que exigen más y mejor información sobre política fiscal. Esta circunstancia aumenta la presión que se ejerce sobre los consejeros, en tanto éstos buscan equilibrar sus precauciones con la necesidad de encontrar formas de crear valor para sus accionistas.

Esta conclusión se desprende del nuevo estudio que realizó KPMG International sobre tendencias en la administración fiscal denominado El Buen Gobierno Corporativo Aplicado a los Impuestos (“The Governance of Tax”). El estudio argumenta que los directivos que adoptan una política demasiado conservadora en materia fiscal se arriesgan a perder valor frente a la competencia que trata a los impuestos como una fuente de ventajas competitivas.

“En los dos años transcurridos desde que publicamos Los Impuestos en la Sala de Consejo (Tax in the Boardroom), el tema de los impuestos ha logrado colarse en la agenda del Consejo”, dijo el responsable de la práctica mundial de Impuestos de KPMG, Loughlin Hickey, “pero en muchos casos, el tema ha descendido en la lista de prioridades”.

“Este nuevo trabajo concluye que los impuestos con frecuencia pueden ser considerados como un tema complejo y costoso y que lleva demasiado tiempo como para que los consejeros se ocupen de ellos. Además, las incertidumbres creadas por la atención de un número considerable de grupos de interés incrementa la complejidad. Esta circunstancia puede desalentar a los consejeros a la hora de explorar las opciones disponibles al momento de decidir de qué modo se deben administrar los impuestos”.

Sin embargo, KPMG International sostiene que, en la actualidad, los impuestos están en la lista de temas del buen Gobierno Corporativo y que los inversionistas, los medios de comunicación y las autoridades regulatorias pueden utilizarlos para determinar si la administración de una empresa se lleva a cabo correctamente.

La conclusión que se desprende de esto es que las empresas que controlan plenamente sus cuestiones tributarias, que saben qué es posible dentro de las limitaciones específicas de una organización y que las comunican a sus grupos de interés, tienen probabilidades de ser mejor vistas en el mercado que sus competidores.

Una empresa líder en temas tributarios deberá:
• Adoptar una postura clara y sustentable sobre el modo en que se gestionan sus impuestos y riesgos.
• Contar con una estrategia fiscal bien documentada y aprobada por el Consejo.
• Poseer una planificación de recursos a largo plazo que esté en condiciones de proporcionar información tributaria útil, como un ERP (Enterprise Resource Planning por sus siglas en inglés) .
• Presentar la información fiscal de forma clara y significativa, tanto para los grupos de interés externos como internos.
• Buscar influencia en el debate fiscal entre los contribuyentes y las autoridades fiscales.

“El número de empresas que reconocen activamente el significado estratégico de la función fiscal sigue siendo relativamente bajo”, aseguró Hickey. “Mas aquéllas que sí lo hacen, tienden a recurrir a los impuestos para crear valor, tal vez en la forma de una planeación fiscal impulsada por el negocio, una venta bien realizada o anticipándose a sus competidores previendo desarrollos de cumplimiento”.

El trabajo realizado por KPMG enfatiza que una buena administración tributaria es sólo una parte de la tarea. La comunicación clara y creíble es una parte central del abordaje a los impuestos que adoptan las empresas y recomienda un enfoque desde “afuera hacia adentro”.

Lo anterior inicia con los requerimientos de información de los diversos grupos de interés y que son los impulsores de la necesidad del Consejo de Administración de obtener conocimientos en materia fiscal, y ello, a su vez, impulsa a la organización y a la asignación de recursos del departamento de impuestos.

“Es necesario que la comunicación abierta sea matizada por las actitudes del Consejo con respecto a la revelación de información y la comunicación en general, de modo tal de evitar el exceso de información con respecto a los impuestos”, comentó Hickey. “Estoy convencido de que las empresas que reciben con beneplácito una mayor transparencia en sus asuntos fiscales y que invierten en las herramientas necesarias para administrar sus impuestos y comunicar información tributaria con efectividad se benefician enormemente”.




Comments are closed.