DIGITALIZACIÓN: UN IMPERATIVO COMERCIAL Y SOCIAL EN AMÉRICA LATINA

14 de diciembre del 2015 | por Daniel Cohen

El mundo se digitaliza, y América Latina y el Caribe es una de las regiones que lideran la revolución.

El mercado móvil[1] de Latinoamérica es el cuarto más grande del mundo, cuenta con casi 326 millones de usuarios de teléfonos inteligentes (Smartphone) u otros dispositivos móviles. La forma en que la población utiliza el teléfonos inteligentes está en evolución también, ya que el 54 por ciento de los usuarios de smartphone del continente ha hecho compras con este dispositivo (comercio móvil) a través de Internet[2]; y alrededor de 22 millones de usuarios nuevos[3] planean convertirse pronto en compradores de comercio móvil.

Incluso aquellos que no se han lanzado aun a las aguas digitales están pensando hacerlo. El 74% de los adultos de Latinoamérica está interesado en usar servicios móviles[4], entre ellos banca y billeteras digitales. Además de lo anterior, se proyecta que el número de consumidores de la región que hacen pagos recurrentes con tarjeta ya registrada en algunos comercios va a aumentar, pasando del 23% hoy en día, al 87% dentro de una década. La rápida adopción de servicios de pago instantáneo como Über está alimentando gran parte de ese crecimiento[5].

Los comerciantes y las instituciones financieras que adoptan la convergencia digital en todos los puntos de contacto tienen una enorme oportunidad de reforzar el negocio y evitar las dificultades creadas por negocios atípicos que se mueven rápido y crean mucho trastorno –entre ellos miles de negocios incipientes de tecnología financiera que han surgido por todas partes.

Aquellos que no den el paso hacia la digitalización, corren el riesgo de ser irrelevantes, incapaces de competir en esta dinámica e híperconectada economía global.

Latinoamérica: Más allá del Efectivo y del Plástico

Los consumidores quieren aplicaciones móviles inteligentes y fáciles de usar, ofrecidas por todos los comerciantes; el 77% espera que la tecnología provea una experiencia de compra más cómoda[6]. Así que invertir en plataformas digitales para simplificar las transacciones puede ser muy lucrativo para las empresas del continente.

Los tarjetahabientes que regularmente hacen muchos tipos de pagos digitales gastan 10 veces más[7] que los que no lo hacen. Claramente, atender a esos compradores de mayores ingresos puede ser una ventaja para los  negocios de América Latina.

Pero ¿cómo? Los avances tecnológicos –desde la informática en la nube hasta la Internet de las Cosas– hacen el comercio digital más generalizado y asequible en precio. Cada objeto conectado –desde automóviles hasta refrigeradores– es un dispositivo potencial de comercio, y esta propagación de plataformas digitales está cambiando la forma en que los comerciantes venden y los consumidores compran.

En Perú la operadora de telefonía móvil, Movistar está suministrando a 16 millones de clientes el primer servicio de dinero electrónico del país. Una cuenta de dinero electrónico vincula el número telefónico del usuario con su tarjeta Tu Dinero Móvil; luego, a través del celular, el usuario puede transferir fondos, hacer compras en tienda y cargar su saldo – sin tener cuenta bancaria alguna.

Brasil, donde las ventas de comercio electrónico aumentaron 20 por ciento en 2014, fue el primer país de América Latina en ofrecer MasterPass, nuestra innovadora tecnología de pago para comercio electrónico. Este servicio, que almacena de manera segura los detalles personales, las direcciones de envío y las tarjetas favoritas, simplifica hacer compras usando cualquier dispositivo móvil.

Conectando servicios digitales a las tendencias de compra: Los negocios de Latinoamérica pueden incluso usar la convergencia digital para atraer y captar a un nuevo grupo de clientes potenciales, aquellos que habían sido anteriormente excluidos.

Rompiendo barreras a la Inclusión Financiera

Las empresas comerciales que adoptan soluciones digitales están abatiendo las barreras a la Inclusión Financiera, las cuales han impedido a muchas personas de la región participar en el mercado global.

Según el Banco Mundial[8], alrededor de 210 millones de adultos de Latinoamérica no tienen cuentas bancarias. En consecuencia, ellos corren más riesgo de ser víctimas de robo o de no poder sustituir el dinero perdido. Además de eso, estas personas viajan a menudo grandes distancias o hacen fila para pagar sus cuentas, lo que limita su productividad y su potencial de ingresos.

En un sentido positivo, el número de personas que no tienen cuenta bancaria ha disminuido considerablemente. Hoy en día, alrededor del 51% de los adultos de Latinoamérica tiene una cuenta bancaria, comparado con apenas 39% hace cuatro años[9]. Un acceso más fácil a los fondos –como pagos digitales a través del teléfono móvil o terminal en tienda– acelera la participación completa de estas personas en la economía digital.

Numerosos estudios han mostrado que pagar sueldos o la ayuda gubernamental por vía digital abre la puerta a la Inclusión Financiera. Cuando los gobiernos, comerciantes al detalle e instituciones financieras amplían sus propuestas de servicio digital, el impacto es inmediato – y considerable.

Por ejemplo, en Colombia[10] tres millones de personas reciben ahora beneficios de seguridad social electrónicamente, lo que les facilita ahorrar dinero, pagar sus cuentas en forma segura y eficiente, y reducir su pobreza.

Otras expresiones de la convergencia digital beneficia a los marginados económicamente, particularmente a la población femenina. En Latinoamérica el 23% de las mujeres es propietaria de pequeños negocios[11]. Pero en muchas zonas rurales, la capacidad de competir en pie de igualdad se ve entorpecida por la falta de acceso al sistema financiero.

Esas luchas presentan un nivel más reducido en México, donde BANSEFI usa pagos electrónicos para distribuir los beneficios sociales. La mayoría de las personas que reciben esos servicios son mujeres, así que el programa está dando a muchas –por primera vez– la oportunidad de depositar fondos, ahorrar dinero y realizar otras transacciones financieras.

Los negocios que ofrecen soluciones de comercio digital seguras omnicanal y fáciles de usar están respondiendo al llamado de los consumidores, quienes piden experiencias excepcionales.

En América Latina y en otras regiones, digitalizarse se transforma rápidamente en la apuesta inteligente para mantenerse competitivo en nuestro mundo -un mundo en rápido movimiento y siempre conectado-.

Acerca del autor: Daniel Cohen es Vicepresidente  de Pagos Digitales para la región de América Latina y el Caribe de MasterCard, donde cinco millones de comerciantes en 37 países están afiliados a las tarjetas MasterCard.

Fuentes:

[1] GSMA, The Mobile Economy Latin America 2014.

[2] IDG Global Solutions, Global Mobile Survey 2014: Mobile Evolution, Junio de 2014.

[3] Datos de investigación propios de MasterCard.

[4] MasterCard and Mashable, A Mobile Payment Romance: How M-Commerce is Courting Latin America, February 3, 2015.

[5] Datos de investigación propios de MasterCard.

[6] Digitas LBi, Abril de 2014

[7] MasterCard, Embracing Digital Payment to Influence Cardholder Behavior and Issuer Loyalty, white paper, Agosto de 2015.

8] World Bank, 2014 Global Index.

[9] Ibid.

[10] Better Than Cash Alliance, Press Release, Enero 27, 2015

[11] Datos de investigación propios de MasterCard.

 

Liga de interés:

 www.mastercard.com

www.mastercard.com.mx/site/

 

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