CONVIERTA LA VOLATILIDAD EN RENTABILIDAD
24 de agosto del 2015 | por Argenis Bauza
En los primeros meses de 2015, como consecuencia directa del fortalecimiento del dólar, la mayoría de las monedas sufrieron depreciación: unas han perdido más que otras, y en el caso de México se estima que la pérdida de valor haya sido de alrededor de 20% desde junio de 2014.
Se trata de una situación periódica, que ocurre cada vez que las monedas fuertes incrementan su valor después de ciclos de debilidad. De hecho, en este mismo contexto, se han devaluado el euro, el real brasileño y otras monedas.
Dependiendo del sector empresarial en el que nos ubiquemos, para minimizar los impactos negativos que este fenómeno cíclico, existen equipos multidisciplinarios que, apoyados metodológicamente en el uso de matrices, determinan los aspectos críticos vinculados al riesgo cambiario en la cadena de suministro o supply chain.
El entorno de negocios en México es delicado y los indicios de que cambiará de manera significativa se vislumbran lejanos, dado que las proyecciones de crecimiento se han ajustado a la baja, a lo que se suma la alta probabilidad de que la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) inicie un aumento progresivo en las tasas de interés.
Por otra parte, la moneda funcional de la mayoría de las empresas mexicanas es el peso, así que la volatilidad del tipo de cambio peso-dólar también afecta la rentabilidad, induciendo el incremento en los precios de los bienes importados y un mayor requerimiento de capital de trabajo denominado en pesos.
¿Cómo dar salida a los costos adicionales?
Factores como los que mencionamos implican costos adicionales y el encarecimiento de la cadena de suministro, porque resulta más oneroso manufacturar, entregar productos y acarrear el inventario, dadas las alzas esperadas en el costo de fondeo.
Las empresas se ven forzadas a absorber parte de los gastos adicionales y a incrementar sus necesidades de capital de trabajo en pesos, obligándose a solicitar más crédito bancario o infusiones adicionales de capital por parte de los socios existentes, e incluso de nuevos socios (con la dilución accionaria respectiva), tan solo para mantener la misma escala de operación en unidades físicas, una cuestión que va en contra de su rentabilidad en el mercado.
Para contrarrestar los impactos negativos en sus resultados, las compañías deben tomar acciones innovadoras que les permitan minimizar en lo posible estas variables financieras exógenas, las cuales están fuera de su control, para mantener la rentabilidad y mejorar su competitividad con respecto a los competidores, quienes suelen tener exposición a estos mismos riesgos.
En los siguientes diagramas se muestran las matrices de diversos productos (A, B, C…, etc.), en función de su disponibilidad y la criticidad que tienen para el desempeño del negocio (diagrama 1), y en función de su costo y el riesgo cambiario que este implica (diagrama 2).
Cuando un producto (F) se ubica en un cuadrante de alta criticidad y poca disponibilidad, al mismo tiempo que representa un costo y un riesgo cambiario elevados, algunas acciones para mitigar la situación son:
- Garantizar el aprovisionamiento, negociando el mejor costo total
- Aumentar la base de proveedores
- Aumentar componentes con menor impacto cambiario
Las claves se encuentran en la velocidad y claridad del análisis; una apropiada dimensión de la exposición al riesgo cambiario que conlleve la contratación; la designación de una estrategia de cobertura eficaz, y la toma de decisiones y ejecución para salir al mercado. De no tomar el asunto con oportunidad, la solución podría llegar demasiado tarde.
Acerca del autor:
Argenis Bauza: es Socio Líder de Asesoría en Cadena de Suministro y Compras para América Latina de KPMG en México.
Ligas de interés:
E-mail: asesoria@kpmg.com.mx
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