COMBINAR LA COMPETITIVIDAD CON LA INCLUSIÓN ECONÓMICA, PRINCIPAL RETO DE LAS CIUDADES GLOBALES DEL FUTURO
4 de enero del 2017 | por Top Management
∙ “Los sectores más dinámicos, vinculados a las tecnologías punteras, redistribuirán el mapa de las ciudades globales”, afirma Greg Clark
∙ El analista de Brookings Institution señala que “la interacción entre la tecnología y las ciudades, así como la ‘economía de la experiencia’, serán factores clave de la evolución de las ciudades”
∙ “La gobernanza es fundamental para el desarrollo de las nuevas ciudades globales”, reconoce Clark
¿Por qué se han convertido algunas ciudades en grandes centros de poder globales? ¿Cómo se explica su ascenso y su caída? ¿Qué ciudades serán líderes en el futuro? Estas son algunas de las cuestiones en torno a las cuales Greg Clark, senior fellow de Metropolitan Policy Program de Brookings Institution, ha presentado su libro ‘Global Cities: A Short History’ durante un encuentro organizado por ESADEgeo junto con Barcelona Global, CIDOB y el Plan Estratégico Metropolitano de Barcelona. Según el autor del libro, “los sectores económicos emergentes, relacionados con los últimos avances tecnológicos, están redistribuyendo el mapa de las ciudades globales”, que “se encuentran ante tres imperativos estratégicos de futuro. En primer lugar, cómo ser competitivas y al mismo tiempo económicamente inclusivas, flexibles y resilientes; en segundo, cómo gestionar las consecuencias involuntarias de la globalización; y, finalmente, cómo hacer frente a los factores externos que desafían el modelo de las ciudades globales”. Una reflexión como ésta se hace particularmente pertinente, como ha señalado Clark, “en un momento en que se hacen notar las sensibilidades y las agendas anti-globalización y anti-comercio global en el escenario político mundial”.
Ciudades globales
“El comercio produce un efecto de catálisis en las ciudades: aquellas que comercian más allá de sus mercados nacionales se ven impulsadas a especializarse y a innovar; la innovación promueve el desarrollo urbano y la urbanización estimula el comercio”, ha indicado el analista de Brookings Institution. Este círculo virtuoso hace que la población sea “cada vez más diversa, abierta y emprendedora” e impulsa el “descubrimiento de nuevos mercados, productos y prácticas”. Asimismo, ha observado Clark, “en ciertos periodos de la historia, la evolución tecnológica se acompasa con los movimientos geopolíticos, creando ciclos durante los cuales se intensifica el intercambio internacional”. En dichos ciclos, ha proseguido, “se vuelven prominentes algunas ciudades que cumplen con determinadas características”.
Tal como ha indicado Greg Clark, en el ciclo actual –quizá por primera vez– “conviven tres tipos de ciudades globales: las ciudades globales ‘establecidas’, que son los tradicionales centros financieros del mundo; las ‘emergentes’, ciudades con un rápido crecimiento demográfico que concentran servicios comerciales, profesionales y financieros con alcance mundial y desempeñan un rol de ‘caja de conexiones’ entre los Estados-nación y la economía global; y las ‘nuevas’ ciudades globales, aquellas que “están particularmente implicadas en el desarrollo de los sectores económicos más dinámicos, vinculados a las tecnologías punteras” y “que tienen el potencial de convertirse en ciudades globales líderes en el futuro”, ha señalado Clark. Entre estas últimas, el autor lista a ciudades como Barcelona, Berlín, Boston, Ciudad del Cabo, Copenhague, Manchester, Miami, Oslo, San Diego, Santiago, Sídney, Tel Aviv, Vancouver o Viena, entre otras. “La población mundial, inmersa en lo que se ha dado a llamar la ‘economía de la experiencia’, busca nuevas ciudades globales donde vivir”, pero ello “depende en gran medida de la interacción entre la tecnología y las ciudades, y cuáles serán capaces de crear los entornos más favorables”, ha advertido Clark.
Retos de gobernanza
“La historia reciente ha demostrado que la globalización de las ciudades, al mismo tiempo que aporta grandes beneficios económicos –mediante la generación de valor para el sector empresarial, la creación de empleo o su contribución a las finanzas públicas–, también produce tensiones derivadas de la gestión del crecimiento, no sólo en la propia ciudad sino también en su relación con los diferentes niveles territoriales y sistemas económicos en los que participa”, ha señalado Clark. Las ciudades globales “atraen talento, inversión, recursos y negocios, y a veces acaban por debilitar el desarrollo de otras ciudades vecinas”, pero no hay que olvidar que también “generan oportunidades”, ha añadido. A este respecto, Oriol Estela, coordinador general del Plan Estratégico Metropolitano de Barcelona ha reflexionado acerca de si “tiene sentido mantener la fraseología del desarrollo urbano de las ciudades globales como una red de puntos interconectados entre ellos, sin considerar el resto de los territorios o la relación entre la ciudad y su entorno inmediato”.
Es por ello que, tal como ha advertido Clark, “la gobernanza –dirigida a hacer frente a los diversos retos internos y externos que se plantean– es fundamental para el futuro de las ciudades globales”. En particular, “la gobernanza de ciudad proviene de muchas fuentes, no sólo de gobiernos municipales o metropolitanos, sino que también implica a la academia, a los negocios, a los medios de comunicación, entre muchos otros actores”. “Ser o no ser una ciudad global es una decisión de gobernanza con la que las sociedades han de tomar compromiso”, ha concluido Mateu Hernández, director general de Barcelona Global.
La presentación del libro ‘Global Cities: A Short History’, celebrada en ESADE, ha sido moderada por el director de ESADEgeo, Angel Saz-Carranza, y ha contado también con la participación de Josep Maria Coll, investigador de CIDOB y coordinador del proyecto ‘Wise Cities’.
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