CAMINO A LAS ORGANIZACIONES INTELIGENTES Y COMPETITIVAS EN MÉXICO

8 de septiembre del 2007 | por Salvador Díaz Espejel y Antonio Maza*

Como pueden ser competitivas las organizaciones si no saben gestionar el recurso vital de cualquier entidad empresarial: su información. Y más aún, cómo hablar de Gestión Empresarial, Gestión de la Cadena de Suministro, Gestión Financiera, Gestión del Know How si algo peor que no tener información disponible es tener mucha información y no saber qué hacer con ella, es decir, no evolucionar la información en conocimiento. Para ello, la Inteligencia de Negocios o Business Intelligence (BI) es la mejor alternativa a los problemas para Gestionar la información, por medio de la cual se generan escenarios, pronósticos y reportes que apoyan la toma de decisiones en las diversas posiciones de la jerarquía empresarial con la información correcta, en el momento y lugar correcto, lo que les permite tomar mejores decisiones de negocios. La información adecuada en el lugar y momento adecuado incrementa efectividad de cualquier empresa.

La Inteligencia de Negocios o Business Intelligence (BI) puede definirse como el proceso de analizar bienes y datos acumulados en la empresa y extraer una cierta inteligencia o conocimiento de ellos.

Evolución: de Información a Conocimiento

“Vivimos en la era de la información”, frase que escuchamos con demasiada frecuencia y, sin embargo: ¿esto es bueno o malo? ¿nos beneficia o nos perjudica?

Desde luego, las respuestas podrán caer en el terreno de la subjetividad, pero si nos enfocamos al ambiente del mundo de negocios, donde la búsqueda de la competitividad es quizás el tema más preocupante a nivel estratégico, entonces la respuesta sería:

“La información sirve de muy poco… A menos de que se convierta en CONOCIMIENTO, y éste se utilice para tomar decisiones que agreguen VALOR”.

Estos conceptos son precisamente la esencia de la Inteligencia de Negocios a nivel estratégico también llamada Inteligencia Competitiva.

El Proceso de Inteligencia de Negocios

A nivel conceptual, la Inteligencia de Negocios puede definirse como el proceso sistemático de identificación, adquisición, análisis, registro y presentación de las amenazas y oportunidades relevantes para la organización, esencialmente con el propósito de:

• Entender mejor muestro entorno.
• Evitar sorpresas.
• Tomar decisiones a tiempo o incluso anticipadas.
• Crear continuamente capital intelectual como activo de la empresa.

Ahora bien, como se mencionó antes, todo este conocimiento puede resultar “un lujo” o algo poco útil, a menos de que se utilice para generar valor para los involucrados:

Para esto es necesario fortalecer las habilidades para tomar decisiones, combinando ambos hemisferios del cerebro: el pensamiento racional y el pensamiento emocional, es decir, utilizando técnicas cuantitativas y técnicas cualitativas. Entonces sí, un modelo completo para incrementar la competitividad se vería así:

En resumen, aprender a crear conocimiento y aprender a utilizarlo de manera continua, fluida y natural, es lo que permite construir la competitividad, la base de la creación de valor en el presente y fundamento de la sustentabilidad a largo plazo.

Aplicaciones de IN

La forma de sacar provecho a la inteligencia de negocios puede abarcar diversas alternativas. En un extremo, la empresa decide crear la función internamente, dedicando a una o dos personas (más si fuera muy grande) a generar “productos de inteligencia” que responden a las necesidades de la organización. En el otro extremo, la empresa subcontrata sus requerimientos a un tercero, especialista, bien sea de manera continua como outsourcing de la función, o bien de manera puntual cuando surge una necesidad específica.

En el caso de que se desee crear la función, el primer paso suele consistir en llevar a cabo un diagnóstico de las necesidades de conocimiento de la organización; aquí debe resultar evidente que la liga entre Inteligencia de Negocios y Gestión del Conocimiento, tiene que ser estrecha e indisoluble.

Una vez entendidas las necesidades pueden construirse mapas de conocimiento por áreas o funciones; por ejemplo, para mercadotecnia en una empresa procesadora de alimentos, un mapa que muestre los conocimientos relevantes que posee y que debería poseer puede representarse mediante una gráfica de radar, en la cual se visualicen las principales brechas:

Conocimientos relevantes para mercadotecnia
(empresa enlatadora de alimentos)

A partir de aquí se pueden identificar brechas y construir perfiles de interés para cada usuario y a partir de éstos, diseñar los “productos de inteligencia” que pueden ser, por ejemplo:

• Abstracts o resúmenes.
• Boletines de alerta.
• Libros blancos.

Los dos primeros normalmente se envían a cada usuario, con la información que llena los requisitos de su perfil de interés. En el ejemplo anterior, se incluiría el resumen de cualquier noticia relacionada con nuevas inversiones en México de los principales competidores.

Los boletines de alerta indican simplemente los títulos de la información publicada, sin analizar o resumir, mientras que los “libros blancos” constituyen un traje a la medida y solamente se realizan a solicitud expresa del usuario. Aquí se pueden incluir estudios de mercado completos, perfiles del estado del arte de cierta tecnología, etc.

De esta manera, la función de inteligencia de negocios asegura que la organización dispone de la información y conocimiento que requiere en el momento necesario para tomar decisiones que generen valor.

*Acerca de los Autores:

Los autores son consultores de INTELINET y socios de negocio para Corporate Resources Management, S.C. Se han especializado en los temas de estrategias de negocios e inteligencia desde hace más de veinte años.

El artículo fue elaborado en coordinación con Corporate Resources Management, S.C., la firma de expertos y consultores en el desarrollo e implantación de estrategias de negocios y en programas de formación y certificación del capital humano.




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