ANÁLISIS DE OPENTEC SEÑALA: MÉXICO SE REZAGA EN EDUCACIÓN A DISTANCIA, COMPARADO CON PAÍSES DE AMÉRICA LATINA

19 de enero del 2007 | por Martha Olavarrieta

· Brasil presenta un mayor potencial
y crecimiento en este tema.

La educación a distancia en América Latina y el Caribe comienza a escalar cuesta arriba y a competir y colaborar con los programas tradicionalmente presenciales de diversas empresas e instituciones de la región.

Hoy en día la educación a distancia es vista como un elemento importante y un complemento directo a la educación presencial ya que brinda programas a comunidades rurales y marginadas que tradicionalmente no tenían acceso a la educación debido a razones geográficas y económicas.

La educación a distancia ha apelado también a las necesidades de profesionales quienes debido a las limitaciones de tiempo y compromisos laborales, pueden tomar ventaja de las posibilidades ofrecidas por la educación a distancia, ajustándola a su disposición de tiempo y su ritmo de trabajo.

Educación a distancia, una prioridad

Recientemente, delegados de 79 países participaron en la conferencia “22º Conferencia Mundial de Educación a Distancia” de la International Council for Open and Distance Education, celebrada en Río de Janeiro, Brasil, en la que se reevaluaron conceptos y se planteó la necesidad de derribar varios de los mitos que se consolidaron equivocadamente en las prácticas formativas desarrolladas bajo la modalidad de la educación a distancia.

“La educación a distancia no puede seguir siendo una segunda alternativa educativa. Hay que valorar su importancia en la diseminación del conocimiento. Debemos crear las bases de una educación flexible, continua y a distancia en todo el mundo como clave para incrementar los niveles de desarrollo. La calidad de la educación a distancia y el e-learning deben ser una prioridad en la agenda de la política educativa de México”, dijo José Luis Martínez, director comercial de OpenTec y participante de esta conferencia.

El directivo de OpenTec sostuvo que es necesario lograr un compromiso por parte de todas las organizaciones sociales, políticas y económicas en torno a la educación a distancia, con lo que se podría superar en México el desfase y las diferencias educativas y tecnológicas actuales.

“La educación a distancia y el e-learning son dos poderosos instrumentos de inclusión digital que ya forman parte de nuestra sociedad y nuestra vida cotidiana y sin ellos no se logrará cumplir con las metas educativas nacionales ni mundiales”, comentó José Luis Martínez.

Las lecciones de Brasil

En el caso del gobierno de Brasil, sus ministros de Educación han señalado que ha resultado esencial apropiarse de los avances tecnológicos para recuperar el tiempo perdido y poder crecer a través de la educación a distancia.

En Brasil se habla mucho sobre la Universidad Abierta de Brasil (UAB), la cual ha fortalecido la educación brasileña y cuya prioridad es formar a los profesores en servicio, atendiendo a todas las regiones del país.

“Esta universidad señala que si no es posible llevar al profesor a la universidad, llevará la universidad al profesor. El objetivo es que sus educadores alcancen un alto nivel de formación. Esto forma parte de un ciclo en el que la capacitación de calidad suministrada a cada docente se traslade al aula, beneficiando a los alumnos”, dijo José Luis Martínez.

De acuerdo con los directores de la universidad, la UAB iniciará sus actividades el próximo mes de marzo en 150 polos distribuidos en todo Brasil, a los que se sumarán otros 150 polos en agosto de 2007. Directivos de la UAB mencionan que si cada año se suman 300 polos más, en 4 años Brasil estará plenamente asistido por la educación basada en las nuevas tecnologías, con lo que la Universidad Abierta de Brasil revolucionará la educación brasileña.

Brasil, fuerte inversión en programas sociales

El gobierno de Brasil ha destacado recientemente por la necesidad de implementar políticas para estabilizar una economía deficitaria y para amortiguar un panorama de emergencia social. La nueva etapa comprende distribuir la riqueza con la generación de empleo.

De tres años a la fecha, Brasil creó nuevos puestos de trabajo, pagó la deuda de 15.500 millones de dólares que tenía con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el volumen de dinero para los programas sociales aumentó cada año. Cabe recordar que Brasil pagó, en diciembre de 2005, con dos años de anticipación, sus compromisos con el FMI, lo que le ahorró unos 900 millones de dólares en intereses.

Las iniciativas del gobierno de Brasil tuvieron dos etapas. La primera, principalmente económica se distinguió por tres elementos: altas tasas de interés, superávit fiscal muy elevado, pago de la deuda externa y un crecimiento apreciable del producto bruto interno.

Este período, que representó una estabilidad económica como no se vivía en el país desde hacía más de una década, también se caracterizó por política agresiva en material social, ya que el país se encontraba estancado después de una etapa marcada por déficit público, la apertura económica, la internalización de la economía y el aumento del desempleo y de la pobreza. Si bien las nuevas medidas no eran las tan ansiadas soluciones de fondo, sirvieron para que casi 50 millones de brasileños se reinsertasen en el mercado de consumo.

La segunda, que se inició con el desendeudamiento, puede denominarse de transición hacia una política económica expansiva, enfatizando de forma simultánea, en el abandono paulatino de la asistencia estatal y en la equitativa distribución de la renta.

Para lograr ese objetivo, el gobierno brasileño piensa en el lanzamiento de un fuerte programa de generación de empleo, una de las principales demandas de la sociedad brasileña. Hoy en día han generado seis millones de puestos de trabajo y la apuesta sería llegar a la creación total de diez millones.

En términos de crecimiento, Brasil -con un Producto Bruto Interno (PIB) de 795 millones de dólares para el 2005-, recuperó su posición de mayor economía de Latinoamérica y undécima del mundo- estaba decimoquinta-, sólo detrás de Estados Unidos, Japón, Alemania, Reino Unido, Francia, China, Italia España, Canadá y Corea.

La economía brasileña está por encima de las de Rusia (décima segunda con 722.100 millones de dólares), México (décima tercera con 758.100 millones de dólares), India (746.100 millones de dólares) y Australia (683.800 millones de dólares).

Brasil es responsable de la tercera parte del PIB de Latinoamérica y no sólo superó a México, sino que mantuvo una distancia grande frente a Argentina (177.300 millones de dólares), Venezuela (131.000 millones de dólares), Colombia (112.300 millones de dólares) y Perú (77.200 millones de dólares).

Según cálculos oficiales, los gastos en programas sociales pasaron de 11.400 millones de reales en 2003 (unos 3.700 millones de dólares) a 14.000 millones de reales (unos 4.800 millones de dólares) en 2004 y a 17.800 millones de reales (unos 7.400 millones de dólares) el año pasado. El ejercicio de este año prevé un gasto social de 10.000 millones de dólares.

Ante una economía marcada por grandes intereses corporativos, el actual presidente de Brasil, Lula Da Silva, encontró en los planes sociales la única manera de que la distribución del superávit fiscal llegue a las manos de los más postergados y evitar que se convierta en un subsidio para los sectores privilegiados.

En Brasil 310 mil personas estudian a distancia con reconocimiento oficial

Cabe señalar que además de los avances que ha mostrado el gobierno brasileño en diferentes áreas, más de trescientos mil alumnos brasileños (309.957 personas) están oficialmente acreditados como estudiantes remotos en instituciones educativas habilitadas para emitir certificados y diplomas válidos a nivel nacional.

Así lo reveló el Anuário Brasileiro Estatístico de Educação Aberta e a Distância 2005, la primera investigación que ha contabilizado la penetración de esta modalidad en los ámbitos federal, estadual y municipal; presentada en un seminario promovido por la Asociación de Educación a Distancia de Brasil (ABED).

A partir de estos números, hay quienes señalan que en un año se ha duplicado la cantidad de alumnos matriculados en instancias académicas a distancia respecto del año 2004. Sin embargo, más allá de que esta metodología está experimentado un avance sostenido, los niveles de progreso aún no han sido tan elevados.

Según los datos estadísticos de ABED, en 2003 Brasil contaba con 76.769 personas matriculadas en esta modalidad, mientras que un año después la cifra llegaba a 159.366. En este caso si se produjo un crecimiento puro del 100%, si se tiene en cuenta que ambos períodos fueron analizados universos similares. Una evolución que, según especialistas del área, obedeció a la adopción de políticas más eficientes de control sobre la oferta educativa.

Lo interesante es que más allá de las discusiones sobre el índice de crecimiento, si se consideran a aquellos estudiantes que cursan estudios no oficiales, la cifra de alumnos a distancia podría ascender en los próximos años a 1.100.000 personas en todo Brasil.

Retos de la Educación a Distancia en América Latina

La educación a distancia, en América Latina no ha tenido todo el impulso que cada uno de los proyectos puestos en marcha ambicionó para esta modalidad. “Podemos atribuir muchos factores para este balance negativo de la experiencia, entre los cuales y seguramente de mucha importancia, señalaremos el problema de los medios de comunicación y su costo”, dijo José Luis Martínez.

Los medios audiovisuales tienen en América Latina un costo considerable de producción y distribución, que sumado a la poca experiencia en el lenguaje y gramática medial de los productores, hacen que el material que llega a manos del alumno, sea en el mejor de los casos largo y aburrido.

Esto suele tener una razón muy simple. En una sociedad acostumbrada a la espectacularización de la imagen a través del cine norteamericano o los videojuegos, es muy difícil que un material pensado desde lo pedagógico solamente, tenga una recepción que estimule al aprendizaje. “La solución – enfatizó José Luis Martínez – sería la espectacularización de los contenidos, a la manera de la televisión británica, estadounidense o como las nuevas consolas de videojuegos”.

Los medios de comunicación electrónica, radio y televisión, han incursionado tímidamente en los espacios de la educación en Latinoamérica y el mayor problema ha sido y quizás será el tema económico (basado en el rating de audiencia) y el tema político.

Con respecto al rating es claro, que ningún programa de educación a distancia, pretende ser tan masivo como para lograr un horario central de televisión o radio a partir de su audiencia.

La política forma otro capítulo, ya que un programa de este tipo sí podría ocupar un lugar central en la programación de un canal estatal o bajo fondos del gobierno, pero la cultura democrática de nuestros países no permite por lo menos hasta hoy, la necesaria libertad para que un equipo a cargo de un proyecto, pueda plantear algo distinto a la política oficial en educación o aún plantearse un programa en un canal estatal sin pensar en hacerlo para quedar bien con el gobierno, o el funcionario a cargo del canal, sólo para sobrevivir en el aire.

Y quizás el medio más independiente por su antigüedad y estructura económica es el periódico, y a la fecha no se ha planteado realizar un programa de educación a distancia en combinación con un medio de este tipo.

Internet está demostrando ser una opción viable aún a pesar de los proveedores y empresas telefónicas que plantean, en ocasiones, un sistema monopólico de altas tarifas, sólo asequible para quien tiene un equipo de computación y conexión a la red o acceso a éstos.

Pero el gran problema sigue siendo el desarrollo de contenidos. Para crear un proyecto de educación a distancia vía Internet, lo importante no son los medios (computadora, módem, conexión, etc.), sino las ideas que hay detrás del proyecto, la solidez de la formación profesional de quien lo dicta y una continua búsqueda de actualización de modos de presentar el curso dentro de la red, de manera de no perder la atención del alumno.

“Este espacio está libre para el propio crecimiento; estamos justo en el momento de competir seriamente con países desarrollados, en igualdad de condiciones, además de entrar en sus mercados, pero debemos hacerlo lo antes posible, porque de aplazarlo, próximamente podríamos estar experimentando un rezago mucho más amplio. En el tema de educación a distancia tenemos 10 años de retraso con respecto a Estados Unidos y 5, con respecto a Brasil. Siendo México un país que se mide en ‘sexenios’, de no actuar ahora, tendremos dentro de pronto 12, 18, 24 o más años de retraso con respecto a otros países”, concluyó José Luis Martínez.




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