4 MITOS ACERCA DE LOS LÍDERES EN LAS EMPRESAS

MITOS, LÍDERES, EMPRESAS

7 de agosto del 2018 | por Top Management

Cuando escuchas la palabra líder ¿Qué es lo primer que viene a tu mente? Las respuestas más comunes de las personas son: alguien que manda, alguien que tiene seguidores, una persona en la que se puede confiar, un jefe, un individuo superior a los demás a su alrededor o que destaca, entre otros.

Pero los líderes van mucho más allá de eso. Un líder según el Diccionario de la Real Academia Española es una “persona que dirige o conduce un partido político, un grupo social u otra colectividad”. Sin embargo, a esta definición le hace falta mucho cuerpo. Para ser líder no basta con dirigir, un verdadero líder cuenta con estas características de Gananci que le ayudan a ser más exitoso a él o a ella junto con su equipo de trabajo.

A pesar de que exista mucha literatura dedicada a este tema -el liderazgo- lo que podría estar más fácilmente a la mano como la educación tradicional o incluso el diccionario no ofrece información muy amplia acerca del mismo. Por esta razón no todo el mundo tiene acceso al tema del liderazgo sino muy adelante en su vida o cuando las circunstancias los obligan a averiguar, por eso es normal que mucha gente tenga ciertos conceptos o ideas erradas acerca del mismo.

Esas ideas falsas pueden llegar a convertirse en mitos cuando muchas personas empiezan a compartirla y se extiende. Algunos de los mitos o creencias falsas que una buena cantidad de gente tiene acerca de los líderes son las siguientes:

1.- Un líder no trabaja tanto: algunos pueden creer que cuando se llega a la posición de “líder” (que asocian con jefe) ya podrán descansar un poco más, ya que los que deben trabajar más son los subordinados, pero esto no es cierto.

Los líderes verdaderos, con vocación y con excelencia toman la responsabilidad del equipo que lideran, por lo que no pueden simplemente cruzarse de brazos y esperar a que ellos hagan todo. Un líder no teme ensuciarse las manos para ayudar a su equipo.

En caso de que el líder esté en la misma posición de sus compañeros (es decir, que su puesto de trabajo sea el mismo que el de ellos), podría trabajar incluso más que los mismos porque además de preocuparse por sus funciones y además por el bienestar de las personas que están bajo su liderazgo.

2.- Los jefes son los líderes: deberían serlo, pero por desgracia no siempre es así. Se puede ser líder desde cualquier puesto donde te desempeñes y no siempre tienen que ser puestos de autoridad.

Por ejemplo, tú puedes ser líder para tus compañeros de departamento sin que necesites estar por encima de ellos. El liderazgo no te lo da un papel o el puesto que tu contrato dice que ocupas, el liderazgo lo da la manera en que actúas y que hace que los demás te vean como un ejemplo o como una persona digna de confianza y de ser seguida debido a sus resultados en la manera de actuar.

Si quieres empezar a ser líder no tienes que esperar un ascenso, puedes hacerlo desde donde estás y verás cómo el ascenso vendrá luego debido a las cualidades que demuestres, solo debes tomar la decisión de cambiar y empezar dar los pasos que te llevarán a ser ese líder en el que quieres convertirte.

3.- Para ser líder necesito seguidores: esto no es cierto. Los líderes actúan de una manera que hace que las personas quieran seguirlos, pero esto no significa que deban tener seguidores previamente. Es decir, su comportamiento es la causa que trae el resultado. No puedes esperar a tener personas que te sigan para empezar a actuar como uno porque es al revés.

Por otro lado, hay personas que no son líderes que también pueden influir sobre las personas. por ejemplo los que están en posiciones de poder influyen sobre las personas gracias a su cargo, desde el cual prácticamente pueden obligar a los demás a hacer lo que ellos les digan. Estas personas les siguen -o les obedecen- porque tienen miedo a las consecuencias que pueden ocurrir si no lo hacen.

En cambio, los seguidores de los líderes confían en estos porque saben que ellos buscan el bienestar no solo de sí mismos sino de las personas a su alrededor. Entonces el hecho de seguirles y obedecerles es porque están alineados con sus propios valores; no los siguen por miedo, sino porque confían en su criterio y en su autoridad.

4.- Los líderes aman el poder: más allá de amar el poder o la ambición -que no tiene por qué ser cierto- los líderes se deben más a las personas. Esta es la verdadera razón de ser de los líderes: la gente. No puedes llamarte líder si no te preocupas y ocupas de que las necesidades de las personas a tu alrededor estén cubiertas.

Por esta razón un líder más que estar al pendiente del poder, conservarlo o engrandecerlo, está pendiente de las condiciones de su gente y de cómo mejorarlas para que el rendimiento de la misma pueda ser óptimo, lo que repercutirá positivamente en el bienestar de todos.

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