LA CRISIS DE CRÉDITO IMPACTA A LOS ADMINISTRADORES DE FONDOS INTERNACIONALES
23 de julio del 2008 | por Martha Olavarrieta
· 65% afirma haber implantado modelos de gestión de riesgos o tiene previsto hacerlo en los próximos dos años.
A pesar de que la crisis de crédito ha dejado a los Administradores de Fondos Internacionales en una mejor posición que a la Banca hasta este punto, el escenario ciertamente ha cambiado. El 70% de los inversionistas institucionales internacionales afirma que la crisis crediticia ha reducido su apetito por productos financieros considerados complejos en términos de la obtención de su valor razonable y riesgos, tales como derivados crediticios, obligaciones garantizadas por hipotecas y productos estructurados sobre subyacentes crediticios como categoría de activos. Para el 60% de estos inversionistas la confianza en los Administradores de Fondos se ha deteriorado, de acuerdo a la más reciente encuesta de KPMG International Beyond the credit crisis: the impact and lessons learnt for investment managers (Más allá de la crisis de crédito: impacto y lecciones que aprendieron los administradores de inversión).
Los Administradores de Fondos actualmente enfrentan un riesgo importante para adaptarse a un entorno de negocios radicalmente nuevo post crisis de crédito, y las estrategias que deberán adoptar como respuesta serán: centrarse en sus procesos de administración de riesgos, en sus estructuras de gobierno corporativo y transparencia, y en aumentar la especialización de sus profesionales. A pesar de que el uso de instrumentos financieros de elevada complejidad está aumentando (el 57% de los Administradores de Fondos tradicionales utiliza derivados en sus carteras), el 20% de los Administradores de Fondos encuestados a nivel global admitió no contar con especialistas dentro de sus organizaciones con experiencia adecuada para gestionarlos.
Tom Brown, Socio Director de Gestión de Inversiones de KPMG en Reino Unido, comentó: “A nivel internacional, las habilidades de los profesionales del sector, en muchos casos, no han evolucionado al mismo ritmo que la creciente sofisticación del sector”.
Los inversionistas institucionales revelaron que enfrentan un riesgo mayor, y uno de cada tres invierte en estos instrumentos aun cuando no tienen experiencia internamente en gestionar los mismos, según la encuesta de KPMG.
Nicolás Olea, Socio de Administración del Riesgo Financiero, dentro de la Práctica de Servicios de Asesoría en Riesgos de KPMG en México, expresó: “Hasta ahora, han sido bancos ubicados fuera de México quienes han sido los más afectados por la crisis de deuda tóxica y liquidez, pero esta nueva investigación demuestra que la industria de Administración de Fondos Internacionales también fue contaminada y no sólo en términos de desempeño. Esta industria enfrenta el reto de refrendar su esencia en materia de gestión y responder de manera real y práctica a los problemas que han surgido por esta crisis. Hay un sentimiento compartido en esta industria de que se tiene que actuar ya”.
Reformas en controles y gobierno corporativo
El informe señala que ante la crisis financiera, muchos Administradores de Fondos están instrumentando importantes reformas en sus controles y procesos internos. En concreto, el 65% de las firmas internacionales encuestadas, afirma haber implementado modelos de administración de riesgos en los últimos dos años o tiene previsto hacerlo en los próximos dos. En este sentido, una parte importante de los encuestados afirma que ya está reconsiderando sus métodos de valuación y sus procesos de gobierno corporativo en materia de gestión de riesgos (risk governance), o tiene previsto hacerlo próximamente.
Además, el estudio de KPMG encontró que será vital un nuevo enfoque para preparar a los accionistas en cuanto a cómo trabajar los productos financieros complejos y generar una mayor certeza respecto a cuestiones de gobierno corporativo en materia de gestión de riesgos, y de esta forma ayudar a restablecer la confianza. De un modo confortante, la encuesta reveló que los métodos de valuación y las adecuaciones en los procesos de gobierno corporativo en materia de gestión de riesgos están siendo abordados o están como prioridades en la agenda de una gran parte de los encuestados.
Olea agregó: “Aquellos que han invertido en estos instrumentos ligados a la crisis hipotecaria norteamericana, han tenido una masiva pérdida de confianza, reduciendo su disposición y apetito al riesgo. No hace mucho que estos mismos inversionistas internacionales resultaron muy afectados por la burbuja tecnológica y los recuerdos aún son recientes. El sector de gestión de fondos deberá estudiar detenidamente su modo de operar, mejorando sus destrezas y conocimientos para entender instrumentos complejos, haciendo más estricta la gestión de los riesgos asociados a éstos y alcanzando mejores prácticas de gobierno corporativo y transparencia para demostrar que se puede adaptar a un entorno prácticamente transformado por la complejidad financiera”.
Por lo que respecta a México y tratando de evitar la crisis de deterioro que experimentó el sistema Argentino de Pensiones cuando detonó su crisis en este siglo (debido principalmente a la alta concentración en inversiones en papel de las provincias y gobierno de dicho país), recientemente los reguladores locales han ampliado la gama de posibilidades para que inversionistas institucionales domésticos bajo su supervisión (básicamente representados en mayor cantidad por las Siefores administradas por las Afores y por las Sociedades de Inversión, aunque éstas últimas no se asocian al retiro de los trabajadores), alojen instrumentos financieros emitidos en otras jurisdicciones y así diversifiquen los riesgos de concentración, tales como: deuda soberana y cuasi-soberana, sectorial, moneda y plazos.
Dentro de los instrumentos que estos gestores de activos financieros han estado invirtiendo, no hay evidencia explícita de una transmisión de deterioro en sus portafolios, atribuibles ya sea a la degradación en emisores internacionales (no rescatados) en esta crisis hipotecaria, o a la contaminación atribuible a la potencial tenencia de productos estructurados complejos, asociados a hipotecas de pobre calidad, que colaterizan estos productos estructurados originados en el mercado hipotecario norteamericano (CDOs o CMO, por sus siglas en inglés).
Tan sólo se ha visto deterioro en las subsidiarias locales de emisoras, o en sus casos, Aseguradoras Hipotecarias (monoline insurances), basado en el degradamiento que sus casas matrices experimentaron en Estados Unidos. El riesgo en el caso de Sociedades de Inversión yace en aquellos “fondos de fondos” cuyos portafolios alojan o pueden potencialmente alojar instrumentos emitidos en Estados Unidos y que resultaron dañados por esta crisis de deuda tóxica hipotecaria en dicho país.