VISIÓN POST-EMPLEO

6 de enero del 2016 | por Rene Zenón

Rene Zenón

A principios de mes, leí una publicación con la cual no estoy completamente de acuerdo, pero me lleva a plantearte las siguientes preguntas:

¿Qué edad tienes actualmente?
¿Cuál es tu estado de salud actual?
¿Si hoy pudieras elegir, a qué edad te gustaría dejar de trabajar, cuánto tiempo queda?
¿Qué cosas te gustaría hacer con ese tiempo que tendrás en lugar de estar laborando?
¿Con quién te gustaría compartir esa visión?
¿Cuáles serían tus fuentes de ingreso para lograr esa visión?
¿Qué estás haciendo hoy para transformar esa visión en un objetivo de vida post-empleo?

Si contestaste de manera clara y elaborada a cada una de las preguntas de arriba, te felicito, ya estás tomando acción para lograr que el cumulo de año trabajados sean parte importante en el logro de ese objetivo de vida post-empleo.

Si no fue fácil elaborar una respuesta a todas o algunas de las preguntas anteriores, también te felicito, ya que ahora vez lo importante que es tener clara este objetivo post-empleo y no llegar a la edad de 72 o más, con la necesidad de seguir trabajando; aun cuando los sistemas de retiro en México (actualmente) están diseñados para que alguien deje de laborar a la edad de 65 años.

La publicación que leí (en resumen) indica que los mexicanos se “jubilan” en promedio a edad 72, lo cual es 7 años después de la edad normal indicada por el IMSS, la cual es de 65 años de edad.

Lo anterior, lejos de ser una mentira, es una verdad a medias; lo que realmente sucede es que las personas en promedio dejan de trabajan a la edad de 72, no sin antes:

Haber sido cesados de su trabajo (inclusive antes de haber cumplido los 60 años) donde seguramente seguirían siendo capaces de contribuir al negocio y con una liquidación que muchas veces es menor a la que les corresponde por ley;
Haber recibido una pensión del Seguro Social reducida (si la solicitaron antes de edad 65) y;
Haber conseguido un trabajo de medio tiempo, por temporada, por honorarios, o peor aún, en la informalidad.

Todo esto con la baja probabilidad de poder mantener un ingreso similar al recibido en su último trabajo formal y con ello solventar posibles gastos relacionados con salud o mantener el mismo nivel de vida que se tenía anteriormente.

Y si bien la edad en la que dejamos de trabajar es importante, también es muy relativa; ya que cada persona dependiendo de sus capacidades y necesidades (económicas, físicas, de salud y familiares) tendrá que elegir ese momento.

Lo que definitivamente marcará la diferencia entre cada uno de estos individuos, es qué tan bien están preparados llegarán a ese momento de sus vidas; y es por ello que te invito a que te regales el tiempo de contestar las preguntas de esta nota.

Y si aún no te das cuenta que la persona más importante en tu vida y por la que deberías de estar dispuesto a hacer el mayor de los esfuerzos eres tú, entonces ¿cómo vas a apoyar a todas las personas que apoyas hoy?, ¿a las que querrás apoyar en el futuro? y ¿a las que seguramente pondrías antes que tú en la lista de importancia?

Afortunados son los que decidieron independizarse y lo logaron en el intento.

Por último, revisa el proceso de aceptación al cambio (imagen) y reflexiona en donde te encuentras en relación a este tema; de esa manera tendrás claro los siguientes estados de ánimo que debes atravesar para tener pleno control de tu objetivo de vida post-empleo.