TRANSFORME SU NEGOCIO EN UNA EMPRESA INNOVADORA

7 de noviembre del 2007 | por Michael Latuga

El entorno económico en el que se desenvuelve México presenta grandes oportunidades para el desarrollo del sector empresarial, pero de igual manera constituye una serie de retos que deben vencerse para lograr su prosperidad. Si bien México alcanzó el lugar 52 en el Ranking de Competitividad Global del Foro Económico Mundial 2007-2008 (WEF), es cada vez un peor sitio para hacer negocios. Además México es percibido como peligroso (está en el lugar 118 de 131 naciones en el rubro de seguridad), el crimen organizado y la violencia imponen un significativo costo para hacer negocios.

La resistencia al cambio cultural, la falta de liderazgo y la poca capacitación del personal son solamente algunas de las barreras que muestran las compañías nacionales para lograr un pleno crecimiento productivo. Lo que se requiere es una transformación real en el corazón de las organizaciones, un cambio en el que la innovación y la creatividad sean una constante. Un ejemplo exitoso de cómo los dos elementos antes mencionados ayudan a la recuperación de una compañía es el caso de la industria relojera suiza, ya que a pesar de que ésta poseía la mayor participación de mercado en los años 40, en 1951 una compañía estadounidense introdujo una línea de relojes desechables y de bajo costo con el nombre de Timex. Para 1970 Timex vendía más relojes en Estados Unidos que cualquier otra manufacturera en el mundo; al mismo tiempo, los japoneses se apoderaban del mercado asiático. Estos fenómenos hicieron que la participación de los suizos disminuyera de un 80% en 1946 a tan sólo 42% en 1970.

El no saber cuál es el verdadero negocio en una compañía puede ser la ruina de la misma y es una de las principales razones por las cuales la creatividad es frenada y las estrategias se vuelven obsoletas. Así como los productos tienen un ciclo de vida, también las estrategias siguen el mismo ritmo de nacimiento, crecimiento, desarrollo y muerte. Resulta complicado identificar una estrategia en pleno deceso aun cuando las ventas sean efectivas y las operaciones mantengan una mejora continua. Hacer siempre lo mismo no hará que la compañía crezca y logre su máximo potencial; para innovar es preciso reinventar tanto las estrategias y modelos de negocio como los productos y servicios.

Al identificar el negocio y su valor real, cualquier empresa será capaz de ofrecer nuevos productos y servicios que satisfagan plenamente a sus clientes. Además, logrará transformar sus procesos y operaciones, alcanzando una gran eficiencia y precisión sobre sus competidores. Muchas organizaciones todavía se encuentran luchando por obtener el resultado más valioso de una innovación exitosa: un cambio impactante. Estudios muestran diversas paradojas en cuestiones de innovación, entre las que destacan:

Las aspiraciones de cambio se desvanecen con el incremento de acciones Los encuestados citaron que el desarrollo de nuevos productos y servicios es una prioridad, sin embargo, menos del 25% de los proyectos de innovación están enfocados en esfuerzos de “novedades para el mercado”.

El conocimiento del cliente no hace el liderazgo. Muchas compañías cuentan con fondos y grandes presupuestos para investigar las necesidades y prioridades de sus clientes y alinearlas subsecuentemente con las diversas innovaciones y desarrollos, pero más de la mitad de los nuevos productos y servicios son reactivos a la situación del mercado en lugar de ser iniciativas proactivas que satisfagan realmente los requerimientos y demandas del consumidor.

Las inversiones se adecuan, los recursos no. A pesar de que los directivos afirman que en sus empresas se destinan grandes inversiones a nuevos proyectos, también comentan que las limitaciones en cuanto a recursos (humanos, materiales y tecnológicos, entre otros) son una razón de gran peso para el bajo rendimiento del área de Investigación y Desarrollo.

El verdadero reto

La innovación en los negocios y la mejora continua no son actividades de una sola ejecución en las empresas; deben convertirse en parte natural de la vida diaria de la organización: ser una constante. Algunas ideas que pueden inyectar energía a la empresa son:

• Llevar a cabo una planeación estratégica; ésta fue diseñada para alinear los recursos de la empresa a las oportunidades, así como para definir el estilo corporativo. El definir un proyecto para los próximos tres años no es estrategia. Estrategia es dar dirección a la organización, definir el rumbo y balancear el análisis con el desarrollo de nuevas ideas.

• El confiar todo a la Investigación y Desarrollo tradicional puede ser una zanja de dinero. Bill Gates construyó Microsoft con tan solo comprar productos semiterminados, en lugar de empezar de cero.

• Invierta en capital de la empresa en apuestas selectivas que presenten un Retorno de Inversión a mediano plazo. El problema con la mayoría de las corporaciones es que planean a plazos de 15 años o más. La ventaja de los plazos cortos o medianos, como 5 años, es que la presión obliga a los líderes a enfocarse en el rendimiento, desempeño y en la iniciativa.

Si un directivo busca que sus empleados estén comprometidos y aporten ideas nuevas que favorezcan el crecimiento del negocio, es necesario que éstos participen en la fase de reestructuración, ya sea de procesos, estrategias, productos o cualquier otra actividad. El cambio en la organización no debe darse sólo en el exterior, debe venir del corazón de la misma para alcanzar un desarrollo integral y ventajas competitivas.

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