¿CÓMO PREPARAR A TU EMPRESA PARA EL REGRESO AL “NUEVO NORMAL”?

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9 de junio del 2020 | por Alejandro González, CEO en CYROI

La decisión de “vaciar” los centros de trabajo y mandar a la gran mayoría de personal a hacer “trabajo en casa” fue una decisión difícil, pero obligada y justificada por la premura, la emergencia y por la precaución de no tener un contagio masivo dentro de las instalaciones.

En muchos casos, las condiciones del trabajo en casa se fueron implementado durante la contingencia, empezando por el espacio asignado al home office, el equipo, la papelería, los recursos ofimáticos propios de las empresas, y claro, las comunicaciones. En otros casos, nunca se establecieron.

Las video conferencias por distintos sistemas, las compras por internet, el trabajo fuera de los horarios, la convivencia en tiempo real de trabajo con familia, son aspectos que se han ido madurando y que han permitido la continuidad de la operación de las empresas, sin importar mucho las formas.

Ahora, para la recuperación de la operación “cotidiana”, por llamarla de alguna forma, aunque es un hecho que será muy diferente a la que se tenía antes de la contingencia, se tendrán que reconstruir las formas, procedimientos, hábitos, protocolos. Será un “NUEVO NORMAL”.

Ya no se podrá improvisar, ni justificar la falta de cumplimiento de las condiciones mínimas de sanidad para mantener un entorno confiable, con bajo riesgo de contagio.

Se presenta una época de retos, de cambiar de orientación, e ir ahora, en contra de muchas “buenas prácticas” que se fortalecieron y se fomentaron hasta hace unas semanas: Permanencia en los lugares de trabajo más allá de las 8 horas reglamentarias; horario de ingreso igual para todos; comités y juntas presenciales para resolver casi cualquier tema; espacios de trabajo abiertos; facilidades para sentirse “como en casa”: comedores, cafeterías, gimnasios, máquinas de refrescos y golosinas, el carrito de dulces y ensaladas, clases de actividades físicas en las propias oficinas, ludotecas, espacios recreativos; densidad de ocupación “al tope” o más allá si era posible.

Será necesario un cambio de planeación, de prioridades, y sobre todo, de distribución de presupuesto. Identificar las áreas de oportunidad para compensar los costos extraordinarios que implicará generar el ambiente sano. Modificar las políticas tradicionales de asistencia, de “hora de entrada”, de convivencia.

Cada quién tendrá que realizar su propia lista de verificación de las adaptaciones a esta nueva forma de trabajar y convivir. Seguramente en el transcurso de esta transición se presentarán oportunidades y ajustes, pero partiendo de una base, se puede considerar:

Adecuación espacios. Lograr espacios con distancias mínimas de 1.50 en áreas de trabajo, en salas de junta, en comedores, en recepciones. Crear carriles de flujo para evitar los encuentros “cara a cara”, sobre todo en entrada y salida general. Preparar el espacio para sospechosos o enfermos. Incrementar la mezcla de airea fresco, mejorar los sistemas de filtración.
Suministro de protecciones. Proveer a personal interno y visitas cubrebocas, lentes de seguridad, caretas, toma de temperatura.
Instalación de facilitadores. Crear espacios “Libre de Manos”: puertas de operación con el pie o con el brazo, automatizadas, apagadores y botones de proximidad, dispensadores y descargas de sanitarios con sensor, señalizaciones.
Suministro de sanitarios. Gel, tapetes sanitarios. toallas desechables desinfectantes, contenedores de desechos biológicos, lámparas de sanitización.
Establecimiento de procedimientos. Reducción de riesgo de contagio de acuerdo a lista de verificación IMSS, cumplimiento de requerimientos oficiales, seguimiento y mejora continua. Asignar distintos horarios de trabajo, alternar asistencia, preferir videoconferencias a juntas presenciales y a viajes. Cambio de hábitos.
Trabajo en casa. Espacios adecuados para trabajar, con recursos de oficina y de comunicación adecuados.

Una nueva forma de vivir inicia, en el “regreso al trabajo”, y en cada una de las actividades que realizamos día a día. En la medida que nos adaptemos como personas o como empresas a todos estos lineamientos, será nuestra incorporación al “NUEVO NORMAL”.

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