LAS EXIGENCIAS DE TRANSPARENCIA FISCAL REPRESENTAN UN NUEVO RETO PARA LOS NEGOCIOS
27 de enero del 2007 | por José María Serralde Díaz
Cuatro tendencias mundiales se están combinando para obligar a las empresas a mejorar la administración de sus funciones de impuestos, y a enfrentar penalizaciones inesperadas de tipo financiero que pudieran afectar su reputación, aseguró Loughlin Hickey, Socio a cargo de la práctica Global de Impuestos de KPMG.
No obstante, las compañías que acepten el cambio pueden generar valor para sus inversionistas e incrementar su reputación demostrando una clara estrategia en cuanto a planeación fiscal, buen control financiero y resultados sostenibles mediante un cumplimiento adecuado.
En una conferencia que dio en Suecia ante una audiencia de 300 líderes de negocios, Hickey comentó que la competencia fiscal entre países, las nuevas presiones normativas, la modernización de las administraciones fiscales y el creciente interés del público significan que las empresas de todo el mundo están siendo medidas bajo nuevos estándares de transparencia en impuestos.
“En un mundo competitivo, los impuestos son una palanca a la que han recurrido los gobiernos para atraer o retener inversiones” , declaró. “Deben seguir financiando un gasto social cada vez más costoso. Lo anterior significa que cualquier déficit en los ingresos fiscales presupuestados deberá compensarse con un cambio a impuestos indirectos y una mayor vigilancia de la cantidad de impuesto que pagan los contribuyentes corporativos que operan en el país – generalmente mediante políticas fiscales más agresivas, particularmente en relación con precios de transferencia”.
Esta propuesta para aumentar la transparencia se refleja en un mayor interés de los medios en asuntos de gobierno fiscal y en un renovado interés entre los analistas en el tema de los impuestos.
“La comunidad de analistas acepta que no es especialita en impuestos, pero lo que les preocupa es que en ocasiones las empresas con las que hablan no parecen infundir confianza en cuanto a que los impuestos están bajo control y que están agregando valor cuando sea procedente”, expresó Hickey.
“En la actualidad, la política fiscal engloba mucho más que los tan publicitados impuestos corporativos. Incluye impuestos indirectos y al empleo y no es suficiente que todo marche bien en el país en que se tiene la oficina sede. La gerencia global necesita trabajar y ver que se está trabajando”.
Enfrentando esta creciente presión, las compañías pueden optar por esperar a ver qué les exigirán las entidades reguladoras y cumplir según se les requiera. El socio de impuestos global de KPMG argumentó que una de las formas más eficaces para disuadir las excesivas reglamentaciones impositivas en torno a la responsabilidad y a la revelación, pudiera ser adoptar de manera voluntaria un enfoque más abierto y mejor comunicado hacia los impuestos.
Identificó como líderes a las compañías determinadas en obtener algunos beneficios del proceso de cambio. Estos beneficios incluyen una sólida defensa en contra de los agresivos desafíos fiscales y mejor planeación de negocios, particularmente en la administración de la cadena de distribución.
Los líderes podrían también crear valor para los inversionistas comunicando una sólida, sostenible y responsable política fiscal al mercado. Este es un signo de una empresa poderosa, competitiva en el área de impuestos, bien controlada y cumplidora, atributos valiosos en un mundo incierto.
“Algunas no tomarán acción alguna hasta que exista una crisis, dentro de la empresa, en el país o en la industria”, dijo. “En lugar de esperar a que se de la crisis, quiero resaltar señales en el sentido que el gobierno fiscal y el corporativo son un asunto emergente, es un asunto global y probablemente fije nuevos estándares de transparencia en impuestos en todo el mundo” , finalizó.