LA LLAVE EN MANO DE LOS COLABORADORES
3 de agosto del 2023 | por Roberto Esparza, BitCar
Mantener o atraer talento a las organizaciones es una de las principales preocupaciones para los líderes empresariales en la actualidad. El salario sigue siendo el elemento más determinante, pero cada vez cobran más valor otro tipo de prestaciones y esquemas de compensación: horarios flexibles, trabajo remoto, seguro de gastos médicos, fondo de ahorro, son algunos de ellos.
Poner las llaves de un auto en manos del colaborador de la empresa es otra forma novedosa de hacer atractiva una posición laboral. Y no me refiero a ofrecer un vehículo de la empresa para que se utilice mientras dure la relación de trabajo. Hablo de un coche que esté totalmente a disposición de la persona, a través de un arrendamiento, que incluso puede llegar a ser suyo.
Con esta idea en mente nació BitCar para Empresas, como una opción para que las compañías puedan facilitar el acceso a la movilidad, o mejorar el automóvil de su equipo, a través de un arrendamiento. Todo ello sin ninguna obligación para el patrón.
Para los que no estén familiarizados con el concepto de arrendamiento, es un servicio financiero a través del cual el usuario puede acceder a un vehículo, pagando rentas mensuales. Al inicio del contrato no se requiere un enganche, sino rentas en depósito, que pueden ir desde una mensualidad hasta tres, dependiendo del historial crediticio del individuo; en todo caso el monto inicial (incluso menor al 7% del valor del coche) es mucho más bajo que en el enganche de un crédito tradicional para la adquisición del auto, cuyo desembolso puede entre 15% y 30% del valor del vehículo. Finalmente, una vez finalice el plazo del contrato (entre 12 y 48 meses) el usuario puede cambiar el auto por uno nuevo, adquirirlo por el valor residual o simplemente finalizar el mismo.
De acuerdo con el reporte Auto Nacional de México de la consultora Mercer, el automóvil como prestación laboral se dirige principalmente a los cargos de directores generales, directores, gerentes, supervisores, en cargos de operación y personal de ventas. Es decir, el grueso de la plantilla laboral no tiene ningún tipo de acceso a este beneficio, lo cual no es criticable, pues no es viable para una empresa disponer de un vehículo para cada uno de sus colaboradores.
Un ejemplo de ello es la empresa Johnson Controls en México, en la cual la proporción de la fuerza laboral que cuenta con vehículo como prestación es de 20%.
El mercado en México demanda cada vez más arrendamiento vehicular, y las cifras de la Asociación Mexicana de Distribuidores Automotores (AMDA) dan muestra de ello. Entre el 2021 y el 2022 hubo un crecimiento de 24% en la adquisición de vehículos para este fin.
Entre las razones que están detrás de este comportamiento se encuentran el incremento en las tasas de interés automotriz (promedio de 1.8% en el último año) y el crecimiento en los plazos del financiamiento para adquirir un coche (el promedio se ubica entre 60 y 72 meses), lo cual implica un compromiso a más largo plazo por parte de quien desee comprar por medio de financiamiento.
Dada la incertidumbre económica que se vivía meses atrás ha ido creciendo el interés por otras alternativas de movilidad por parte de las personas, y una de ellas es el arrendamiento. Con plazos que van desde los 12 hasta los 48 meses, quienes optan por esta alternativa pueden tener un mayor control sobre sus finanzas y evitar la descapitalización que implica pagar el enganche de un vehículo, bien que se va depreciando en el tiempo.
Al llevar la versatilidad del arrendamiento a los colaboradores de una empresa, a través de BitCar, éstos tienen la oportunidad de acceder a un vehículo con mejores condiciones a las que se encontrará en el mercado. De esta forma la empresa facilita el acceso al vehículo a toda la plantilla laboral, con beneficios en las rentas mensuales.
Que todos el personal de una organización, con ingresos superiores a los 30 mil pesos mensuales, tengan la posibilidad de acceder a un vehículo nuevo, bajo condiciones especiales, y cambiarlo cada dos o tres años, puede ser ese elemento diferenciador que contribuya a retener o motivar a los colaboradores dentro de las organizaciones.
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