EN BUSCA DE LA PERFECCIÓN TECNOLÓGICA
22 de marzo del 2010 | por Erasmo Rojas
La comunicación móvil nos fue presentada a todos hace algún tiempo con un sistema experimental resultante de las limitaciones técnicas dadas por la escasa disponibilidad de espectro y una tecnología en sus inicios. Si bien no recordamos mucho sobre ella (aunque se trata de un pasado próximo), dicha tecnología llamada de primera generación (1G) permitió que el mundo se conectara, haciendo posible llegar a cualquier persona en cualquier momento y lugar. Se trataba del inicio de una nueva era en las comunicaciones.
La necesidad actual de los usuarios de conectividad e información en línea suscitó demandas técnicas y funcionales, como el desarrollo de redes más rápidas (2G) y nuevos equipos compatibles con las necesidades de los usuarios. Una vez más, la tecnología debió “perfeccionarse”, transformando simples celulares en mini-computadoras, verdaderas máquinas que van mucho más allá de la funcionalidad inicial del teléfono: la comunicación oral.
Actualmente, con la disponibilidad de franjas más amplias de espectro (más espacio para la transmisión de voz y datos), la tercera generación (3G) de celulares de la familia GSM, que se inició en 2006, en América Latina permite a sus usuarios una amplia gama de servicios, que van desde el simple chequeo de emails hasta la realización de operaciones en bancos, pagos de cuentas y compras. En México al término del 2009 la penetración fue de 92%; GSM: 90.44% y 3G HSPA: 1.43%
No es una novedad afirmar que estamos preparándonos para un mundo completamente conectado y que todas estas deficiencias iniciales y contratiempos son necesarios para perfeccionar la tecnología. Para tener una idea de esa rápida expansión, basta observar que a febrero de 2010, ya había 324 redes comerciales 3G operativas en 136 países. Como la evolución tecnológica es casi natural, el desafío está en manos de los operadores, que precisan evolucionar cada vez más y llevar novedades al mercado, además de comprometerse con la calidad de los servicios ofrecidos.
En el camino evolutivo de HSPA aparece HSPA+, que ya se implantó en 42 redes en 24 países y que, en breve, evolucionara a LTE. La tecnología futura (en servicio ya al término de 2009 en algunos países como Suecia y Noruega) permite una velocidad nominal de transmisión de datos de hasta 100 Mbps, mayor que la velocidad disponible con la 3G (HSPA) al momento de su introducción, que era de hasta 7Mbps.
Otro factor interesante para analizar es la “ausencia de fronteras” de esta evolución, en la que países grandes y pequeños por igual adoptan innovaciones tecnológicas. En América Latina, la tecnología de tercera generación HSPA se expandió desde fines del 2006 en 24 países, con 52 redes comerciales. La estrategia de los operadores para 2010 en la región es ofrecer módems y smartphones habilitados para esta nueva tecnología HSPA+. Esto sucede en un momento bastante oportuno para los operadores, ya que existe espacio para el crecimiento de este tipo de usuarios de alto consumo – hoy, la participación de mercado de los smartphones en América Latina es de tan solo el 5%.
Está claro que nada de ello sería posible sin infraestructura e inversiones. Sin embargo, esto no es suficiente. A modo de ejemplo, una de las apuestas de los especialistas del sector es implantar la tecnología LTE (Long Term Evolution o Evolución para el Largo Plazo) para la próxima generación de telefonía celular (4G). Técnicamente, esta migración traerá más ventajas, con una velocidad de transmisión de datos mayor, que puede llegar a los 100 Mbps en descargas y a 30 Mbps al subir información. El tráfico incluirá datos, voz, video y mensajes. La dificultad tiene que ver con qué frecuencias podrán utilizarse en América Latina, tema aún pendiente de definición, y que podría estar dentro de las franjas de 2.5 GHz o de 700 MHz.
La demanda por banda ancha móvil continuará creciendo permanentemente y debemos estar preparados para ello. Se prevé la implantación total de HSPA+ y LTE, proceso que puede requerir cerca de dos años. Los operadores móviles precisarán tres veces más espectro del que poseen actualmente para entregar un producto de alta calidad y velocidad. Entonces el país alcanzará una marca tecnológica histórica y relevante, ya que la cobertura de banda ancha simplemente se multiplicará.
La alternativa es adecuar algunas franjas, como la de 2,5 GHz o 700 MHz, cuanto antes. Se tratará de un boom de banda ancha móvil y el inicio de la tecnología de cuarta generación (4G). Si algo está claro es que la evolución tecnológica no se detiene.