EMPRESARIOS MEXICANOS, ¿LISTOS PARA BRINCAR A LA COMPETENCIA?

9 de marzo del 2011 | por Rodolfo Serralde Solórzano

∙ 2011 trae consigo expectativas económicas favorables para México, el PIB crecerá 4%, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe.
∙ Es tiempo de que los empresarios mexicanos busquen oportunidades agresivas de pulir su manera de desarrollar nuevos productos y servicios.

En el mercado competitivo actual, la agilidad de una empresa se determina por la velocidad con la que se enfrenta a una situación que día con día cambia. A pesar de los retos que los empresarios enfrentaron durante la crisis, 2011 trae consigo expectativas económicas favorables para México, pues de acuerdo con previsiones oficiales, el Producto Interno Bruto (PIB) crecerá 4%, y según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), el crecimiento de México en este año será de 3.5% y estará impulsado por el alza de los precios del petróleo y el incremento en las exportaciones nacionales. Además, el Fondo Monetario Internacional (FMI) hace una proyección del crecimiento nacional de 3.9%, pero no deja de lado que lo esperado es menor a otras economías de la región.

Aún es momento para que los empresarios mexicanos reenfoquen su visión en estrategias de crecimiento para los años siguientes y definan claramente cómo piensan brincar a sus competidores. En su favor, tienen que 2011 será un año de estabilidad financiera, pues los fundamentales de la economía están en orden, mientras que las tasas de interés continuarán a la baja, según datos de la Secretaría de Hacienda.

“Es el momento adecuado, pues a pesar de qué el futuro luzca poco claro, es aún momento para aprovechar los índices de expectativa de crecimiento de la economía y definir mapas que guíen por vías de éxito, mientras se genera una defensa en contra de las turbulencias que se pudieran mostrar más adelante” aseguró Manuel Reza, Senior Consultant en Guidon Performance Solutions para México. Añadió que “las empresas se pueden apoyar en programas de mejora de procesos y sistemas de extremo a extremo que definen cómo se trabaja en su organización para afrontar este reto».

¿Qué deben hacer las empresas mexicanas?

El siguiente paso para las empresas mexicanas es mantenerse muy atentas ante el clima financiero nacional e internacional para evitar ser sorprendidos por los giros inesperados que puedan llegar. Según el INEGI, la actividad económica de México medida por el Indicador Global de la Actividad Económica de México (IGAE), creció un 4.1% en diciembre del 2010 a tasa anual; sin embargo, es importante recordar que no existen garantías para el éxito en el futuro, pues siempre pueden rebotar los índices y rápidamente volver a caer; no obstante, sí existen algunas recomendaciones que pueden servir de base para que las empresas triunfen en los años venideros a pesar de los rebotes:

1. Mantenerse concentradas en construir procesos de negocio esbeltos y ágiles. 2010 se caracterizó en lo macroeconómico por una recuperación generalizada al grueso del aparato productivo nacional, con un crecimiento del PIB anual de 5.5%, tal vez en el día a día de cada empresa sea pesado lidiar con la recuperación, pero para aquellos que ya iniciaron su plan de recuperación, deben implementar la mejora de sus procesos de negocio con métodos como Lean Six Sigma para acelerar la mejora y llevar los costos al mínimo. Los que no han tomado acciones se arriesgan a morir en el intento.

2. Actuar con destreza y crear nuevos productos y servicios. El proceso en el que se transforman los conceptos en productos o servicios debe ser a la mayor velocidad posible y se deben centrar en las características que den el mayor valor para los clientes. Hay que buscar oportunidades agresivas e incluso considerar colaborar con nuevos socios de negocio, clientes y empresas que tal vez han sido competencia en el pasado. El éxito del portafolio depende de saber escuchar al mercado.

3. La Planeación Estratégica no es un proceso ocasional. Los días de planeaciones estratégicas anuales han quedado obsoletos. Para tomar decisiones viables para enfrentar el futuro incierto, las empresas deben responder más como gallos de pelea y menos como maestros de ajedrez.

4. Fomentar la Cultura de Agilidad en la organización. La agilidad organizacional es un requisito principal para el éxito. Las cabezas de las organizaciones, de los equipos de trabajo e incluso los líderes de proyectos deben ajustarse rápidamente a los retos que día a día presenta el mercado. La resolución de problemas y las formas de enfrentar al cambio ya no pueden ser proyectos, sino parte de su vida diaria, de funcionamiento inmediato.

Incertidumbre = cotidianidad

Si bien la economía de México es la segunda mayor de América Latina, también es cierto que a la velocidad que cambian los mercados en la actualidad, la incertidumbre se ha vuelto prácticamente el estado de normalidad y ahora es más importante que nunca estar preparado, no para sobrevivir, sino para estar listos para brincar a la competencia, incluso cuando la economía parece rebotar entre lo positivo y negativo todo el tiempo.

“Aquellas empresas que sean capaces de nadar contra la corriente de la ambigüedad haciéndose fuertes con la mejora constate y la adopción de procesos esbeltos, serán las ganadoras, incluso en escenarios difíciles”, dijo Michael Latuga, Director General de TBM Consulting Group. “Sin embargo, los líderes en México deben actuar cuanto antes y comenzar a desarrollar a su gente, sus procesos y su tecnología para agilizar los tiempos de respuesta de la organización y llevarlos a cambiar en tiempo real con la realidad del país”.

Después del periodo recesivo económico, las empresas mexicanas volverán a contar con presupuestos generosos para fortalecer su presencia en los mercados, opina la consultoría Ernst & Young. Según la firma, las empresas grandes y medianas del país están en una franca recuperación en términos de ingresos, flujos operativos y crecimiento orgánico.

Cada empresa debe analizar sus procesos y enfocar los esfuerzos de dirección hacia estrategias más ágiles, alinear los objetivos de la organización para lograr despliegues más rápidos, superar sus obstáculos de falta de eficiencia y gastos innecesarios, definir métricas de desempeño y potenciar cada faceta del proceso del negocio con el objetivo de generar tasas de cambio más rápidas.