EL CAMINO HACIA LA INSTITUCIONALIZACIÓN: EL CONSEJO DE ADMINISTRACIÓN EN LAS EMPRESAS FAMILIARES

20 de marzo del 2025 | por Jesús Luna, KPMG
Sin duda alguna, las empresas familiares desempeñan un papel crucial en la economía y la generación de empleos en el país; no obstante, sin importar su tamaño, enfrentan un desafío común y creciente: garantizar su continuidad y sostenibilidad. En este contexto, el gobierno corporativo, y en particular la conformación de un Consejo de Administración es clave para fortalecer al negocio a largo plazo.
Establecer un Consejo dentro de una empresa familiar no es solo una buena práctica, sino una necesidad estratégica para profesionalizar la toma de decisiones, reducir la dependencia de sus fundadores y garantizar la continuidad operativa de la organización. Esto debido a que los consejos de administración actúan como un puente entre los accionistas, la familia y la propia empresa, equilibrando los intereses de todas las partes y promoviendo una mayor transparencia y rendición de cuentas.
Además, avanzar hacia la institucionalización mediante la creación de un Consejo permite integrar perspectivas externas, así como adoptar mejores prácticas, lo que fortalece al negocio con una amplia gama de oportunidades frente a un entorno dinámico, sin dejar de lado que también existen riesgos, tales como la competencia y la disrupción tecnológica.
En este sentido, dar el primer paso y establecer un gobierno corporativo es esencial para cualquier empresa familiar, ya que durante el proceso surgen obstáculos como el apego emocional, la resistencia al cambio y la dificultad para delegar responsabilidades.
Un desafío común, por ejemplo, es la falta de claridad en roles y responsabilidades. En muchas ocasiones, la gestión operativa y la toma de decisiones estratégicas pueden terminar mezclándose con temas familiares, generando conflictos o decisiones impulsivas.
Otro reto importante es la incorporación de integrantes independientes, ya que existe la percepción de que “la familia siempre sabe lo que es mejor para la empresa”. Asimismo, persiste el temor de perder el control y la privacidad al incluir personas ajenas en el proceso de toma de decisiones.
Entonces, ¿cuáles serían los primeros pasos para establecer un Consejo de Administración en una compañía familiar? El camino hacia la institucionalización comienza con una reflexión interna sobre la necesidad de contar con un órgano de gobierno como este, así como con el compromiso de la familia para lograrlo; un factor clave para el éxito de este proceso es el apoyo unánime de toda la familia.
Por lo tanto, algunas consideraciones recomendadas son:
- Definir la visión y objetivos: la familia debe establecer claramente las metas del Consejo, alineándolas con los valores y la visión a largo plazo y sostenible del negocio
- Seleccionar consejeras y consejeros adecuados: es fundamental identificar perfiles que aporten valor estratégico y experiencia; el objetivo es que las y los integrantes del Consejo de Administración se complementen entre sí. Por otro lado, aunque no es un requisito contar con externos, siempre será recomendable una combinación entre las personas de la familia y consejeros o consejeras independientes, lo cual puede enriquecer la toma de decisiones
- Establecer reglas claras: es necesario diseñar un marco de gobierno corporativo que defina roles, responsabilidades y el funcionamiento general del Consejo; este marco suele estructurarse en lo que normalmente se conoce como “manual de gobierno corporativo”
- Implementar reuniones periódicas: la constancia en las reuniones permite evaluar avances y ajustar estrategias; la frecuencia de estas debe definirse según los lineamientos del propio Consejo de Administración
- Adoptar una mentalidad de aprendizaje: participar en capacitaciones y foros sobre gobierno corporativo ayuda a comprender mejor las prácticas, así como a construir una cultura de mejora continua dentro de la organización
En resumen, la institucionalización en empresas familiares no está exenta de retos; sin embargo, los beneficios son evidentes: mayor sostenibilidad, resiliencia, profesionalización y capacidad para enfrentar un entorno competitivo. Al superar paradigmas y dar los primeros pasos hacia la conformación de un Consejo, las empresas familiares pueden asegurar su permanencia y sucesión generacional, fortaleciendo no solo su legado, sino también su impacto económico y social.
Acerca del autor: Jesús Luna es Socio Líder de Private Enterprise de KPMG México.
Liga de interés: www.delineandoestrategias.com