EXPERTOS DEL IPADE RECOMIENDAN MEDIDAS PARA ENFRENTAR EL IMPACTO ECONÓMICO DEL COVID-19
3 de abril del 2020 | por Top Management
∙ Afectaciones a la movilidad, a las cadenas de suministro y a las perspectivas de crecimiento económico de las principales economías anticipan una recesión económica profunda en el mundo.
∙ Una política monetaria y fiscal expansiva es necesaria para disminuir el impacto económico y mejorar las perspectivas para México.
La enfermedad Covid-19, provocada por el nuevo coronavirus SARS-Cov-2, descubierto el pasado mes de diciembre en la ciudad de Wuhan, en la provincia china de Hubei, ha tenido un impacto importante en la salud de cientos de miles de personas alrededor del mundo y tendrá serias implicaciones para la economía global. A diferencia de otras crisis recientes, esta pandemia ha golpeado a todas las economías al mismo tiempo, principalmente a los países desarrollados del G7.
El profesor Benjamín Alemán, del área de Entorno Económico de IPADE Business School, explica que «de manera general, la pandemia impacta a la economía a través de tres canales principales: trabajadores enfermos; medidas de contención de salud pública que, aunque son acertadas, restringen la movilidad y la posibilidad de que las personas realicen actividades económicas; y a través de la afectación de las expectativas de los inversionistas«.
El experto enlista las principales afectaciones que ha tenido la pandemia en el mundo, como son: interrupción de la movilidad internacional con el cierre de fronteras en muchos países; la disrupción de las cadenas globales de suministro; una parálisis generalizada de la economía en aquellos países que han implementado medidas de contención sanitaria; el desplome de los mercados internacionales, aunado a la caída de los precios del petróleo; y el consiguiente deterioro de las perspectivas económicas de la mayoría de los países afectados.
«Los pronósticos de crecimiento del PIB mundial para este año, elaborados por las principales bancas de inversión del mundo, son ya muy cercanos a 0%, y en el caso de México, el peor pronóstico, presentado por JP Morgan, indica de una caída anual en el PIB real de -7%. Claramente, se avecina una recesión profunda en el mundo, la cual ya comenzó en Europa y en Estados Unidos. Esa recesión es el costo inevitable de tratar de detener la expansión de la enfermedad Covid-19 y se prevé que sea igual o peor que la crisis financiera de 2008″, señaló.
El académico señala que la recuperación tomará tiempo, una vez que se comiencen a levantar las restricciones a la movilidad de la población. En ese sentido, los retos para la economía mexicana son:
- Tener en cuenta nuestra limitada capacidad en el sistema de salud, comparada con el resto del mundo, tanto en número de camas como de doctores.
- La economía mexicana viene de un proceso de debilitamiento desde el año pasado (PIB decreció, salida de capitales, tasa de subocupación alta).
- Destrucción de la confianza de los inversionistas. Standard & Poor’s señala éste como uno de los principales motivos de la reciente reducción de calificación de la deuda soberana del país.
Destaca que lo que pueden hacer las autoridades de México en el corto plazo es utilizar sus instrumentos de política monetaria y fiscal para suavizar la curva de la recesión, por ejemplo:
- Alinear las acciones de la sociedad y del gobierno bajo la premisa de que la salud y la vida de las personas son lo más importante.
- Una mayor disminución de las tasas de interés.
- Incrementar la liquidez en los mercados.
- Reorientar el gasto público, cancelando o posponiendo la ejecución de proyectos sin rentabilidad social, para invertir más recursos en el sector salud.
- Brindar estímulos fiscales en beneficio de los trabajadores subordinados que están en riesgo de perder su trabajo y otorgar apoyos económicos directos a los trabajadores independientes que no tienen la posibilidad de suspender sus actividades.
- Cuidar que las pequeñas y medianas empresas no quiebren, acercarlas a los mecanismos que está comenzando a ofrecer la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, a través de la banca de desarrollo, para que puedan acceder a créditos blandos que les permitan sobrellevar, por ejemplo, el costo de la nómina.
- Promover el incremento de la confianza de los inversionistas.