El servicio de contenidos audiovisuales por streaming [1] pretende desterrar la industria física de la cinematografía, instalándose como mejor opción que los mismos estudios de Hollywood. Series originales, alcance por suscripción y proyectos ambiciosos a futuro, son los ases de la compañía que ya es reconocida por su liderazgo en el universo online.
Es posible que hoy digamos Netflix en cualquier parte del mundo, y su nombre sea reconocido como el líder de la distribución de contenidos audiovisuales por streaming, tanto así como desde hace años es reconocido Facebook como la red social más usada, o Google, como el motor de búsquedas más utilizado.
Pero de ahí que una plataforma de servicio online de entretenimiento logre opacar la tayectoria de una industria como la de Hollywood, podría sonar un tanto ambicioso, por no decir, soberbio. Sin embargo, a los números nos remitimos y al parecer, algo de esto está sucediendo, lo cual presagia que en un futuro no muy lejano, así como la radio vive en la nostalgia de la audiencia, la pantalla grande forme parte del cúmulo de industrias que supieron dar lo suyo, mientras era su momento.
Como ya lo he mencionado en otros artículos en donde ahondo en el negocio de Netflix, éste se está convirtiendo en un mercado novedoso que sabe cómo apreciar el mejor momento para mejorar su servicio. En cambio, las salas de cine están cada vez más vacías y las recaudaciones por boletería no superan en porcentaje las ganancias que los films de la época dorada supo administrar.
La audiencia prefiere invertir en un streaming, un buen sillón y la comodidad del hogar para ver una película, tras otra, pausarla, volver a ver o, ahora, descargarla en un dispositivo portátil. Todas estas opciones no las puede ofrecer Hollywood, así que por entonces le toca ser la cuna que le dió vida a una industria cinematográfica que por el momento presenta otros intereses y otro modelo de negocio.
La avasalladora propuesta de Netflix ha logrado sumar, hacia octubre de 2016, un total de 86 millones de suscriptores en más de 190 países, lo cual se traduce en un gran ingreso que parte de un aproximado de 9 dólares por persona por suscripción. Esto representó al cierre del año 2015, un ingreso por 6,78 mil millones de dólares. ¿Cabe alguna duda de cuán poderosa se ha convertido la página web[2]?
En la bajada de este artículo menciono algunas razones por las cuales Netflix es lo que es en la actualidad, no hay que enumerar un plan de mercadeo con muchos objetivos, sólo algunos pero que los ha cumplido al pié del cañón:
-Netflix Originals: Producto que nació en el 2013 y que en el año 2016 alcanzó unas 126 series producidas por la compañía.
-Alcance por suscripción: Comenzó ofreciendo el servicio por suscripción por medio del correo electrónico del usuario. Luego perfeccionó a una plataforma por streaming, logrando que en el 2016 cierre el año con 81,5 millones de usuarios en todo el mundo.
-Inversiones billonarias: Este es quizás el punto más interesante últimamente puesto que ha salido el rumor desde las oficinas de Netflix que afirmaría que la empresa está destinando dinero para perfeccionar la plataforma y competir con Amazon Instant Video.
Hollywood in-home
El propósito de traspasar el mercado de la gran industria cinematográfica no es un rumor, el mismo CEO, Reed Hastings, lo dijo al semanario Bloomberg al referirse a qué debe tener Netflix para ganarle la pulseada, dijo que la compañía “debe ser mucha más que Hollywood para el mundo”. Para ello se propone compartir historias de todo el mundo -lo cual no es una jugada inocente cuando el mercado internacional representa el 80% de la base de sus clientes.
Lograr que Netflix llegue cada vez a más personas con éxito tiene una receta digna de ver paso por paso, no es para nada completa, aunque sí llevará su tiempo e inversión:
En una entrevista que le realizaron a Hastings, éste dijo que el primer paso es estudiar el mercado, aceptando las limitaciones, puesto que no todos los países cuentan con la misma infraestructura tecnológica y el mismo nivel de acceso a internet, para saltear este obstáculo, aplica un segundo paso que es la realización de convenios de trabajo con empresas de telecomunicaciones locales.
El tercer paso supone el perfección del sistema de comunicaciones puesto que implica instalar la imagen de Netflix por medio de campañas publicitarias en la televisión tradicional de la cadena dominante en cada región. Por último, y como forma de localizar los intereses de cada parte del mundo, Netflix se propondría contratar actores oriundos de cada región para desarrollar series originales destinadas únicamente a esos mercados.
La ruta hacia ese propósito parece ya trazada, basta con revisar la cantidad de contenidos que la firma está desarrollando -en el año 2016 produjeron 600 horas de films originales a un costo de 500 millones de dólares. El mismo semanario que realizó la entrevista reportó que la firma ofrece contenido actualmente a más de 100 nuevos países, como Brasil y posiblemente en un futuro se incorpore la India.
Por el momento, el talón de aquiles para la firma no sería una limitación económica, sino regulatoria, puesto que lo único que le impide la expansión en el total del mundo es el acceso a países en donde sus leyes no permiten la intervención del mercado externo, como sucedió con China.
