MI JEFE ¿INCOMPETENTE?
14 de marzo del 2010 | por Martha Olavarrieta
Al interior de la empresa se viven situaciones que pueden ser agradables o desagradables, desafortunadamente en algunas ocasiones, un liderazgo mal enfocado o un clima laboral negativo, se convierten en verdaderos dolores de cabeza para los empleados, lo que provoca que la productividad baje y la rotación de personal esté a la orden del día.
Uno de los factores que pueden provocar estrés e insatisfacción laboral en los seres humanos tiene que ver con lidiar con un jefe “incompetente”, es probable que el trabajador esté realmente comprometido con la empresa e incluso disfrute de las labores que realiza, sin embargo, toparse con un superior así, puede provocar desmotivación y frustración; emociones que lo orillan a tomar la decisión de renunciar.
Un líder que no está preparado para el rol que asume dentro de la compañía, presenta las siguientes características: no es apto o no está capacitado para el puesto, delega en exceso las actividades a sus subordinados, tarda en tomar decisiones importantes que beneficien al equipo y/o empresa, se involucra poco con la gente que le rodea y por lo tanto carece de información de sus empleados, somete a presión, entre otras.
Trabajar en esta realidad es una situación que definitivamente el subordinado no puede controlar directamente, ya que quien decide cómo se conformará un equipo de trabajo es la dirección, la gerencia o el área de recursos humanos; sin embargo, para los empleados existen algunas medidas que pueden ser tomadas en cuenta para sobrellevar la situación y aminorar los malestares que desencadenan el deseo de salir de la empresa.
Un subordinado siempre debe respeto: es importante reconocer que el jefe tiene poder, y ante los ojos de los demás él tiene “razón”, por este motivo, es importante evitar evidenciarlo o acusarlo frente a sus superiores, ya que lejos de ayudar puede provocar más problemas, dejando como antecedente que quien se “queja” es una persona “conflictiva”. Mantener una línea de respeto puede ser de gran ayuda.
No declarar la guerra: aunque le gustaría hacerle la vida imposible a su jefe porque está cansado de “hacer su trabajo”, es vital que se fomente el trabajo en equipo, convertirse en su aliado, tratar de mostrarse receptivo a sus observaciones, complemente sus ideas con las de usted, notará que con el tiempo él comenzará a darle más valor a su opinión y usted se sentirá menos frustrado.
Negociación: buscar la manera de hacer sinergia para que de manera diplomática pueda orientar a su jefe sobre cómo ejecutar el trabajo, sin que él se ofenda o se sienta amenazado.
Alinear criterios: trabaje de manera autónoma y busque la unión de sus ideas con las de su jefe, de esta manera se agregará más valor al trabajo en conjunto que se realice.
Buscar aliados: la mejor manera de mostrar el trabajo y el esfuerzo de cada uno es siendo honestos y proactivos, al tiempo que se sugiere construir una red al interior de la organización, para que ellos sin que usted delate, se den cuenta del potencial que posee y puedan promoverlo para su crecimiento profesional.
Solicitar un cambio de área: finalmente si ya siente demasiada molestia, puede acudir al área de recursos humanos y comentar que ya se siente listo para dar un paso más y tomar mayores responsabilidades por lo que solicita un cambio de área. Jamás hable mal de su jefe, mejor sea propositivo y ofrezca soluciones.
Margarita Chico, Directora General de Trabajando.com México, recomienda que “lo más importante es aprender a ser tolerantes e inteligentes para actuar de la mejor manera, un empleado jamás podrá correr al jefe ni podrá tomar decisiones acerca de su destino, sin embargo, tiene el poder de demostrar con su trabajo cuáles son sus capacidades y quién es dentro de la empresa”.
Asimismo, Chico comenta que también “es vital que las empresas cuiden el proceso de reclutamiento y selección colocando a personas aptas para cada función y reforzando que quienes lideren las áreas o las empresas sean individuos que sepan guiar, motivar y propiciar el desarrollo de sus empleados”.