EL MARIDAJE EN EL E-LEARNING

14 de junio del 2008 | por Ricardo Jiménez

Las personas que gustan de la buena comida y bebida tienen una alta expectativa en lo referente a la armonía entre los platillos y las bebidas que están por degustar, para que esta experiencia resulte en un acompañamiento perfecto, entre los elementos, sin que ninguno de los sabores tenga un efecto de neutralización o dominio sobre los otros. Esta armonía en el argot gourmet se conoce como “Maridaje”.

La palabra Maridaje proviene del término francés «mariage» que significa matrimonio . En materia gastronómica, podríamos decir que es el término acuñado de un tiempo a esta fecha para definir la elección del vino más adecuado para armonizar o «casar» con un platillo o comida .

En el tema o materia de e-Learning encuentro muchas afinidades o un buen sustento analógico para este término: Maridaje. En gastronomía existen investigaciones sobre este tema pero en el e-Learning desgraciadamente no. No obstante haremos uso de esta información para explicar un aspecto crucial de la educación a distancia.

La reflexión que se me ocurre en un plano más coloquial es, “¿A quién confiaría una recomendación de Maridaje?, ¿a un “sommelier” o a un alcohólico?”, donde el alcohólico no requiere mayor explicación, aunque no debemos demeritar su experiencia en vinos y licores y el “sommelier”, quien es el experto para recomendar el vino exacto para el platillo exacto . Esta reflexión llevada a un entorno en donde una empresa requiere una asesoría para diseñar, iniciar o bien realinear su estrategia de e-Learning, ¿a quién confiaría su éxito o fracaso?

Apuntalando la analogía veo como un “sommelier” en e-Learning a una empresa o experto que de manera honesta e imparcial puede asesorar sobre cuales son las mejores estrategias, herramientas y el mejor manejo del contenido, en resumen la asesoría que en e-Learning cumpla con ese “Maridaje”: “la entrada”, que en este caso es la infraestructura tecnológica con la que se cuenta; “la ensalada”, que serían los temas de capacitación a desarrollar y “el plato fuerte”, que es el objetivo estratégico de todo proyecto de e-Learning. “El postre” es la medición puntual y seguimiento de la estrategia. ¿Y el vino? Sí, el vino sería el involucramiento y compromiso de las diversas áreas de la empresa con el proyecto.

El alcohólico sin embargo, sería el pseudo-asesor o empresa que condiciona su labor a la compra de un software propietario o del que se tiene representación; o que condiciona su labor a la compra de un hardware o bien a la adquisición de un volumen de horas, trabajo o cursos que garantice su profit. Este alcohólico da preferencia a la cantidad sobre la calidad, vendería considerando primero su “negocio” al ofrecer productos de baja calidad, como lo son los conocidos en el medio como “pasa páginas” (texto e imagen), que no involucran inversión en diseño instruccional, gráfico y creatividad.

Dicho personaje se sentiría satisfecho sólo con vender el software o el hardware ya que estas ventas están siempre bajo la consideración de que el presupuesto otorgado no sacrifique su utilidad. Y aquí recuerdo las palabras de un ex jefe que tristemente me decía, “piensa como empresario, no en el cliente”. Hoy en día, que por obligación así lo tengo que hacer, pienso exactamente como empresario, pero con una pequeña innovación: nunca olvido que los clientes representan también una parte de lo mejor que tiene la empresa.

¿Qué pasa cuando no se piensa en el cliente? Lo más grave de aceptar dicha asesoría es el hecho de que el maridaje entre la tecnología, los contenidos y la estrategia corporativa del proyecto no lograrían integrarse y alguno de estos elementos tendría un peso mayor, que resultaría en una ausencia de balance entre los factores clave para el éxito de la estrategia.

Hace algunos días me comentaban sobre una persona que se considera experto en la materia y que hacía referencia a los Factores de Éxito del e-Learning. Esta persona mencionaba que debían existir tres cosas para el éxito de una estrategia de este tipo: La participación y compromiso de todas las áreas de la empresa; cierto grado de obligatoriedad de los empleados hacia la estrategia y, por último, un correcto seguimiento y administración de la estrategia.

Comparto su opinión, no obstante me gustaría complementar con tres preguntas ¿Dónde dejamos el análisis técnico y tecnológico? Ya que no debemos olvidar que el e-Learning es una solución tecnológica de automatización y optimización de procesos; ¿Por qué olvidar la alineación de la estrategia general y particular de cada material, con los objetivos de la empresa? El objetivo debe estar enmarcado o direccionado a cumplir un número, ya sea reducir tiempos, incrementar desempeño o aumentar ganancias, si el empleado no sabe de su participación y de su compromiso al aprender, tal o cual cosa, no trabajará en un proceso de mejora, ¿por que no enfatizarlo y hacerlo cumplir?; Por último ¿Está bien el pasar por alto la calidad de los materiales a transformar en e-Learning? Sabemos que cada competencia a adquirir por desempeño, producto o conocimiento será desarrollada o adquirida con actividades de aprendizaje totalmente diferentes y se requiere del análisis previo para definirlas.

Existe una más y que es igualmente importante ¿Desarrollo o me desarrollan los materiales conforme a los estándares o solamente los cumplo para que “corran” o funcionen en mi herramienta de administración (Learning Management System o LMS, por sus siglas en inglés)? Esto es tan amplio que lo abordaré posteriormente, como un tema aparte, porque el objetivo de este documento sólo es invitarle a reflexionar si es un alcohólico o un “sommelier” en quien está confiando el Maridaje de su estrategia de e-Learning. Cabe mencionar que este asesor no siempre es alcohólico por su culpa, sino por que no lo dejan o no puede ser “sommelier”. En todo caso, consulte a verdaderos expertos en el tema, quienes lo asesorarán sobre qué es lo mejor para su empresa.

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