ALZHEIMER: A 100 AÑOS DEL MAL DEL OLVIDO
22 de septiembre del 2006 | por José María Serralde Díaz
A 100 años de la presentación del primer estudio que describiera la enfermedad de Alzheimer, se han dado grandes pasos, pues aunque todavía está lejos su cura, hoy día los tratamientos como Akatinol ofrecen al paciente una buena calidad de vida al inhibir el progreso de la enfermedad, por consiguiente, retrasar la pérdida de funciones básicas (como vestirse, comer, y reconocer a sus familiares), y tener que depender completamente de terceros para subsistir. Como se ha visto a lo largo del proceso de la enfermedad, el cuidador es la columna vertebral de la subsistencia del paciente, y es hacia él donde se encaminan muchas de las acciones actuales de apoyo, como lo son pláticas sobre entendimiento de la enfermedad, depresión, actividades de soporte, así como conocimiento de las Clínicas de Día que ofrecen ver y apoyar al paciente, para permitirle al cuidador llevar una vida lo más normal posible.
Lo anterior fue dado a conocer en conferencia de prensa por el Dr. Luis Miguel Gutiérrez, Jefe de La Clínica de Evaluación Geriátrica, del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, y la Sra. Lili Groues, Presidenta de Alzheimer México, I.A.P.
Fue en Noviembre de 1906, cuando Alois Alzheimer presentó por primera vez un estudio de lo que más tarde sería denominada Enfermededad de Alzheimer. En una reunión de psiquiatría germánica el tema «Una enfermedad característica de la corteza cerebral», describió a una paciente llamada Auguste D., una mujer de 51 años de edad, procedente de Frankfurt que presentaba pérdida de memoria, desorientación, afasia, apraxia, agnosia, parafasia y manía persecutoria.
Uno de los primeros síntomas que presentó Auguste D. fue la aparición de celos hacia su marido; muy pronto manifestó alteraciones de la memoria e incluso pensaba que alguien la quería matar. Su enfermedad le permitió vivir cuatro años y medio más. Al morir, su cerebro fue donado a Alois Alzheimer para proceder a su estudio; los resultados de la autopsia evidenciaron la existencia de atrofia generalizada y arteriosclerosis; así mismo se encontraron, por primera vez en la historia de la neuropatología, ovillos neurofibrilares y depósitos de sustancia amiloidea. Ya por 1910 la enfermedad se denominó demencia senil.
Como enfermedad de Alzheimer, comenzó a tomar importancia hasta finales de la primera década del siglo pasado. Los avances médicos han permitido aumentar las expectativas de vida, debido a esto es que hoy día se tenga mayor número de personas con este tipo de manifestaciones.
La enfermedad del Alzheimer es la más común forma de demencia. El número de pacientes estimado es de aproximadamente 850,000 en Alemania, 4 millones en los Estados Unidos, y 15 millones alrededor del mundo, se piensa que la cantidad de pacientes crecerá en forma exponencial en el futuro.
Merz es el líder en el campo de la investigación y desarrollo de la primer droga aprobada para el tratamiento del Alzheimer en todas las etapas de la enfermedad. Memantina, está disponible con diferentes nombres en los países Europeos, en Sudamérica y ahora en México con el nombre de Akatinol.
Cuando la sobrevida aumenta… la demencia se incrementa
La demencia es una enfermedad que cada día afecta a más personas a lo largo y ancho del mundo, porque según y aparentemente surge en personas de edad avanzada, por lo que los países con un promedio de sobrevida elevado son los principales afectados. Ahora bien, como en el mundo en general la expectativa de vida ha aumentado, también así la demencia, convirtiéndose en un grave problema de salud pública.
Demencia: un cambio social para la sociedad
No sólo los pacientes con demencia sufren la enfermedad, también la familia, parientes, amigos y personas que los atienden. La persona con demencia requiere de cuidados que exceden la capacidad de cualquier familia, ésta, regularmente tiene que apoyarse en otras personas como enfermeras, servicios de ambulancia, asilos y hospitales, requiriendo con ello no sólo de apoyo moral sino también de recursos económicos suficientes.
A través de la terapia con Akatinol, las habilidades cognitivas y funcionales de los pacientes pueden mejorarse. Además, a pesar de la inversión económica que implica el tratamiento para la demencia, hay una reducción en los gastos generales, que, a la larga son un efecto salvador mucho más importante en la medida que el porcentaje de población adulta aumenta.
El Declive Comienza Subrepticiamente
Esta enfermedad tiene muchas facetas y su progresión puede diferir en gran medida de un paciente a otro. Los expertos han dividido la demencia en tres etapas principales. El comienzo de la enfermedad por lo general no es evidente – incluso aquellos afectados a menudo muestran los síntomas hasta después de un periodo de tiempo considerable. Muchos reaccionan con vergüenza o menosprecian «el asunto», sin embargo temen a lo que pueda esperarles. Ya que incluso en las etapas tempranas, la memoria a corto plazo se debilita y las capacidades se van perdiendo. Se vuelve difícil concentrarse y llevar a cabo tareas familiares. El desinterés y la apatía comienzan a echar raíces. Los problemas inicialmente de orientación se vuelven evidentes. Aún es posible llevar una vida independiente. Mientras tanto, la enfermedad avanza inexorablemente.
La transición a la etapa moderadamente severa es gradual: la memoria continúa menguando, los amigos ya no se reconocen de manera apropiada; la orientación espacial y temporal se pierde poco a poco; se descuida la higiene personal; los afectados dependen de ayuda cada vez más. Ir al tocador, vestirse y desvestirse, comer, lavarse – todos estos son enormes obstáculos. La inquietud y la apatía se alternan, el paciente se vuelve irritable, surgen alucinaciones. La capacidad del habla comienza a decaer.
Y el problema está en aumento. La edad avanzada es el gran factor de riesgo para este mal. Hay predisposiciones considerables: en promedio, el 20 por ciento de los parientes cercanos de un paciente con demencia desarrolla la enfermedad durante su vida. Lo delicado de esto es que se desconocen las causas. Procesos de envejecimiento, enfermedades previas del cerebro, predisposiciones hereditarias e influencias ambientales indican un probable papel en este mal.
Cuando el Cerebro Pierde el Entendimiento
El declive distintivo de capacidades mentales se caracteriza como «demencia» (que significa «sin entendimiento»). El mundo médico se refiere a la demencia primaria y secundaria. La demencia primaria se subdivide en degenerativa, vascular y mixta. El mal de Alzheimer pertenece al grupo degenerativo. Es responsable de hasta el 75 por ciento de la demencia degenerativa.
Los médicos descubrieron varios procesos bajo el cráneo como resultado del mal de Alzheimer. Las células nerviosas mueren y son reemplazados por depósitos que contienen proteínas – les llaman placas y bultos neurofibrilares. Las placas son compuestas por la proteína amiloidea, que se deposita en las células nerviosas. Los bultos neurofibrilares son bultos de proteína con cambios patológicos. Los investigadores aún no han podido decodificar su significado exacta para el desarrollo de la enfermedad.
La interacción de los procesos individuales en el cerebro es compleja – y el resultado es drástico. El cerebro de un paciente con Alzheimer pesa un promedio de 500 gramos menos que el de una persona saludable. Los lóbulos parietales del cerebro son particularmente afectados por estos procesos.
Los problemas de circulación sanguínea hacia el cerebro también pueden reducir significativamente el desempeño del cerebro. En el caso de la llamada demencia vascular, los vasos sanguíneos del cerebro son bloqueados o destruidos. La causa directa de esta forma de demencia suele ser el resultado de ataques cardiacos menores.
En el caso de las llamadas formas secundarias de demencia, el causante de la enfermedad no se encuentra directamente en el cerebro. En vez de esto, la demencia es provocada por enfermedades metabólicas, el alcoholismo o enfermedades particulares tales como el mal de Creutzfeld Jacob, el SIDA, la meningitis o el mongolismo (Síndrome de Down). La depresión puede conducir a lo que llaman la «seudo-demencia».
FACTORES DE RIESGO
Los factores de riesgo de la enfermedad de Alzheimer pueden sintetizarse en:
Genéticos
• Historia familiar: un familiar cercano (padre o hermano) que haya padecido la enfermedad de Alzheimer, constituye un factor de riesgo.
• Síndrome de Down: existe una relación clara entre el síndrome de Down y la enfermedad de Alzheimer. Estas personas muestran a los 40-50 años lesiones características de la enfermedad.
Demográficos
• Edad: es el principal factor de riesgo para la aparición de la enfermedad. A partir de los 65 años la EA aumenta exponencialmente, duplicándose cada cinco años.
• Género: las mujeres presentan una mayor incidencia.
• Nutricionales: las dietas hipercalóricas y las ricas en ácidos grasos saturados, la obesidad y la ingesta excesiva de alcohol suponen un factor de riesgo.
• Medio rural: pertenecer a familias con condiciones poco favorables, económicas, sanitarias, nutricionales, etc., puede favorecer a que la educación y maduración cerebral sea menor, limitándose por ello la reserva cerebral.
• Actitud existencial: las personas con tendencia al optimismo presentan un menor riesgo.