86% DE LAS INSTITUCIONES DE SERVICIOS BANCARIOS A NIVEL GLOBAL ACTUALMENTE UTILIZAN TECNOLOGÍAS DE INTELIGENCIA ARTIFICIAL
19 de noviembre del 2017 | por Adriana E. Torres Nava, Country Head de TCS en México
Dentro de los grandes retos del sector financiero encontramos que la calidad, seguridad, inmediatez y disponibilidad de los servicios para un número cada vez mayor de usuarios, implica estar preparado con poderosas soluciones tecnológicas que garanticen la continuidad del negocio ante una creciente demanda de información. Sin embargo, en la era digital de hoy en día el impacto de la innovación tecnológica más que una ola, es una transformación que abarca todo. En el mundo de los negocios 4.0 que se ha caracterizado por la innovación digital, ya sea a través de la automatización, la robótica, el internet de las cosas o el big data, es la convergencia de las tecnologías la que hoy en día tiene el mayor impacto, más que una tendencia particular sí misma.
Los servicios de los bancos, por ejemplo, deben poder realizar más transacciones a una mayor velocidad garantizando el acceso continuo de la información personal y financiera de cada usuario desde cualquier lugar, en los diversos dispositivos móviles a cualquier hora del día; lo que les requiere estar a la vanguardia en sus plataformas tecnológicas y procesos considerando también la experiencia de cada segmento de usuarios.
Las instituciones bancarias enfrentan cambios constantes en sus diferentes servicios tradicionales, donde están viviendo una transformación que demanda cambios en su forma de operar y en consecuencia en infraestructura tecnológica que soporta sus operaciones. Hoy en día escuchamos hablar sobre Inteligencia Artificial (IA) como un aliado del negocio, cuyo impacto puede verse reflejado directamente en la productividad interna y en la calidad y oportunidad del servicio al cliente.
Todas estas transformaciones obligan al sector financiero a fortalecer su presencia de marca ofreciendo más y mejores servicios y productos, orientados a satisfacer las expectativas de los diversos usuarios, un ejemplo de ello es el reciente Estudio Global de Tendencias publicado recientemente por Tata Consultancy Services (TCS): “Ganando Inteligencia por Sector: La manera en la que 13 Industrias Globales Utilizan la Inteligencia Artificial”, el cual refleja claramente cómo es que la Industria Financiera camina con pasos firmes de la mano con soluciones de IA.
Es notable destacar que el 86% de las empresas encuestadas dedicadas a servicios financieros y banca actualmente utilizan tecnologías de IA, mientras el 14% restante planea usarlas para 2020. El departamento de TI es quien más se está apoyando de esta tecnología, principalmente para detectar y disuadir las intrusiones de seguridad. La Industria Financiera es uno de los sectores más sensibles, al que se le exige mayor calidad en el resguardo y confidencialidad de su información, en un ambiente de seguridad, confiabilidad y con extraordinarios tiempos de respuesta y sobre todo, disponibilidad total, en términos de espacio y tiempo.
Sin embargo, también observamos que, áreas como contabilidad, marketing y servicio al cliente adoptan cada vez más a la IA, además de los avances tecnológicos se suma a las necesidades de los usuarios; esto ha orillado a los bancos a invertir en iniciativas de IA, por ejemplo, en 2015 el estudio nos muestra que la industria gastó un promedio de $ 77 millones de dólares por compañía.
Si miramos al futuro a mediano plazo, se espera que para 2020 esta suma se incremente a $99 millones de dólares en promedio por compañía. El sector se está moviendo, sin embargo, hay que apresurar las decisiones, innovar y arriesgarse a probar soluciones de IA que les garanticen que la información, la calidad y eficacia de sus procesos, la lealtad ante sus clientes, eficiencia en el servicio, pueden analizarse con datos estructurados, no estructurados y porque no, considerando que el aspecto cognitivo de dichos usuarios ante ciertas variables, lo que nos ofrece una enorme cantidad de posibilidades que nos facilitaran tomar decisiones y ajustar estrategias de atención, prospección, motivación, preferencias y continuidad en el consumo de productos y servicios, considerando el tipo de usuario, edad, ámbito socio cultural, ubicación geográfica y estacionalidad entre otros.
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