2015, EL AÑO DE LOS WEARABLES

22 de julio del 2015 | por Christopher Dean, CEO de Swrve

A menos que hayas estado escondido debajo de una roca en algún lugar durante los últimos meses, quizá ya estés enterado de que el Apple Watch se lanzó el mes pasado. Para aquellos involucrados en cualquier tipo de marketing, sin duda se trata de un suceso emocionante e interesante. Después de todo, el reloj ofrece la oportunidad de una interacción más íntima y personal que nunca.

¡Y a los comerciantes les encanta la oportunidad de una interacción más íntima y personal!

Pero el Apple Watch y otros productos similares son apenas la punta del iceberg cuando se trata de la integración de la tecnología wearable y la aplicación móvil. El “alza en dispositivos wearables” no es sólo una oportunidad, sino que planteará cuestiones interesantes para los desarrolladores de aplicaciones móviles (el Apple Watch funcionará principalmente como una extensión de la aplicación móvil) y exigirá un control incluso mayor sobre la manera en que las empresas interactúan con sus clientes.

El 2015 verá el surgimiento de aplicaciones “multidispositivo” que se sincronizarán en todos esos dispositivo de acuerdo a las preferencias y patrones de uso de cada individuo. En otras palabras, la “experiencia” de interactuar con una marca en particular será posible en el teléfono y en el reloj, además de muchos otros dispositivos.

Eso es muy emocionante, pero seguramente a los consumidores les inquieta la posibilitad de recibir marketing “más invasivo e irritante que nunca” directamente en la muñeca. Los ganadores en este espacio considerarán y resolverán ese problema de frente —una opción sin duda mejor que obligar a los consumidores a resolverlo por sí mismos (¡lo resolverán eliminando la aplicación!)

Quizá el reto específico más obvio sea determinar qué debe aparecer en cuál dispositivo, y cuándo. Definitivamente no se puede esperar que los usuarios toleren cada notificación automática que los comerciantes envíen directamente al reloj, de modo que las empresas inteligentes deberán establecer un “jerarquía de mensajes”. Algunos mensajes se enviarán al reloj y otros sólo al teléfono —todo depende de las preferencias del usuario—.

El último punto nos recuerda que también queremos registrar la forma en que los individuos interactúan con su aplicación o servicio en diferentes dispositivos. ¿Cuáles son las notificaciones que por lo general se leen en el reloj? ¿Cuáles en el teléfono? ¿Qué acciones se realizan comúnmente en el reloj? Sólo si respondemos estas preguntas podremos tomar decisiones respecto al contenido que se mostrará en cada dispositivo.

Por último, también debemos considerar la manera en que los mensajes y las interacciones se muestran en cada tipo de dispositivo. Obviamente, no hay tanto espacio en el reloj como, por ejemplo, en la pantalla de un teléfono. Y, de hecho, en el Apple Watch hay dos maneras predeterminadas de mostrar los mensajes: la “corta” y la “larga”.

El diseño de las aplicaciones tendrá que evolucionar para cumplir estos distintos requerimientos, aprender de los patrones de uso únicos de cada individuo y entregar mensajes relevantes que sean adecuados para el tipo de dispositivo en el cual aparecerán.

Si logras todo eso, serás unos de los pocos en establecer relaciones sumamente sólidas en el nuevo ecosistema de los wearable. ¡Buena suerte!

Ligas de interés:

www.salesforce.com

www.salesforce.com/mx/

www.swrve.com/

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