LA FALTA DE LIQUIDEZ AUTO-INFLIGIDA: EL PROBLEMA NÚMERO 1 DE LAS PYMES

DISÍ, LIQUIDEZ, PYMES

6 de agosto del 2019 | por Claudio Kandel

DISÍ, CLAUDIO KANDEL

Claudio Kandel, Disí

Es sabido que las Pymes son un segmento importante para el PIB nacional y actualmente escuchamos el concepto “emprendedor” en cualquier lugar; sin embargo, esto es más que un tema de moda. Al crear pequeñas y medianas empresas, los emprendedores tienen la capacidad de impulsar al país y, al mismo tiempo, se encuentran con grandes retos al tomar ese riesgo.

A pesar de que México está catalogado como un buen país para emprender, según un estudio global de Harvard Business Review solo 10% de las Pymes llegará a cumplir más de diez años de vida, aunque, desde mi punto de vista, es posible transformar las estadísticas a través del trabajo y del análisis de las razones del fracaso del otro 90% de esas empresas.

Uno de los vicios más importantes de las Pymes es la falta de liquidez auto-infligida. ¿A qué me refiero? Es muy común que, a pesar del monto que el empresario suma a la inversión que le representó un producto, no vea ganancias (o parezca que no las hay) y, en muchos casos, esto se debe a la brecha entre los plazos que el emprendedor debe cumplir para pagar a sus proveedores y los plazos que otorga a sus clientes para pagar con el afán de fidelizarlos y conseguir más ventas, que es la principal preocupación en este tipo de negocios.

Dicho círculo vicioso puede provocar incluso que una Pyme cierre; existen diversas maneras de evitarlo, pero lo importante es centrarse en las opciones verdaderamente posibles:

  • La primera solución -que resulta obvia- es vender de contado (por lo menos, durante los primeros meses de existencia de la Pyme); no obstante, esta táctica no resulta viable para todos los pequeños y medianos empresarios pues las ventas en plazos o diferidas, por ejemplo, suelen ser una buena estrategia para retener y captar clientes.
  • Otra propuesta es la negociación con los proveedores para lograr mayores montos de crédito a pagar a mayores plazos, lo que permitirá al empresario alejar las cuentas por pagar y le dejará un margen de acción para poder cobrar a sus clientes; pero, aunque el financiamiento es la opción más viable, depende de que los proveedores acepten y, en ese sentido, influyen las garantías que pueda presentar la Pyme, no solo en cuanto a propiedad material sino en cuanto a formalidad, legalidad y honestidad.
  • La última opción es insertar capital propio a la empresa; sin embargo, no todos los empresarios cuentan con dinero suficiente para cubrir los primeros gastos.

Todo lo anterior nos lleva a pensar que, en general, muchos emprendedores desconocen el manejo de una empresa y este es un factor importante para que suceda esta falta de liquidez auto-infligida.

Cada uno de los consejos que presento aquí está directamente relacionado con la planeación y la negociación, habilidades que tal vez algunos emprendedores deban aprender en la práctica y con el paso del tiempo. Por eso, estoy convencido de que siempre será primordial rodearse de las personas adecuadas, prepararse en la medida de las posibilidades de cada empresario y, de ser necesario, buscar asesores.

Un negocio no debe morir al enfrentarse a los primeros obstáculos; como sucede en la vida, también las Pymes están sujetas a mecanismos de prueba y error. El análisis profundo de las estrategias implementadas y sus resultados siempre traerá una retroalimentación positiva.

 

Acerca del autor: Claudio Kandel es director de DiSí Operaciones, ha sido también director de productos financieros en Banco Azteca, director de riesgo de crédito y director de operaciones en HSBC, gerente de marca de «Western Union: Dinero en Minutos» en Elektra, entre otros. Cuenta con amplia experiencia en el sector financiero, tanto en México como en Estados Unidos, Luxemburgo, Rusia, Suiza, Israel, Guatemala, Panamá, Honduras, El Salvador, Colombia, Perú, Brasil y Argentina. Twitter: @CkMontefiore

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